El agravio es una costumbre

Por estos días, un hombre de 35 años que tiene algo más de una década dedicada a la política y es legislador por primera vez, mantiene atento al presidente Tabaré Vázquez y ya ha provocado la reacción del titular de la mesa política nacional del Frente Amplio, Javier Miranda.
Es que Martín Lema es prácticamente un recién llegado a estas lides y, desde los inicios de la actual legislatura, se metió de lleno en uno de los grandes temas como es la gestión de los hospitales públicos, con un acicate denominado “investigadora parlamentaria”. Una frase que, ciertamente, genera tirria en la interna del gobierno, si se tienen en cuenta las consecuencias que dejó una comisión de similares características por Ancap.
Lema comenzó su trabajo con “visitas sorpresa” en las emergencias de varios centros de salud de Montevideo y tanto “caía” a la hora 0, como entrada la madrugada, para constatar problemas por falta de seguridad, dificultades edilicias y carencia de insumos, entre otras cuestiones denunciadas por los propios funcionarios. El hecho de “aparecerse sin avisar” generó la reacción del organismo y molestias en el oficialismo, pero Lema recordaba que Vázquez retiró la representación de la oposición en ASSE, por lo tanto “yo tengo dudas que creo que son legítimas, así que voy a seguir yendo. Solo estoy haciendo mi trabajo”, respondía.
Así comenzó a adquirir notoriedad, hasta que surgieron denuncias por contratos irregulares y tercerizaciones de servicios que tocaban la conjunción del interés público con el privado, y por la comisión comenzaron a desfilar las autoridades actuales y anteriores, que deberán brindar explicaciones por contratos con redes de ambulancias cuyos propietarios son directores de hospitales públicos, contrataciones para estudios con empresas que se encuentran fuera del territorio nacional, arrendamientos de traslados y servicios por encima del costo del Estado, entre otras situaciones de dudosa legalidad. De hecho, en algunas de ellas “está mal” que haya ocurrido así, de acuerdo con las declaraciones de la presidenta del directorio de ASSE, Susana Muñiz.
Y tan vertiginosas surgieron las denuncias, que Vázquez se reunió con Miranda para expresarle su preocupación y solicitarle un informe a su fuerza política sobre la gestión del organismo cuestionado, en tanto resultaron confusas hasta las declaraciones de la expresidenta de la mencionada institución, Beatriz Silva, quien “no recordaba” aspectos referidos a la contratación con una empresa específica. Paralelamente, en medio del trabajo de la investigadora, el mandatario presionó para que ASSE destituyera al entonces director del nosocomio riverense, consideró “inadmisible” e “insostenible” las contrataciones de tomografías a una clínica privada en Brasil, el apartamiento del Tocaf y que autoridades sumariadas continuaran en sus cargos. Es decir que el desvío constante de recursos se transformó en un modo de decisión de las autoridades de varios centros hospitalarios del Interior al momento de efectuar las contrataciones de servicios.
Con las acusaciones sobre las bancas de la investigadora y la comparecencia de los jerarcas de turno, Lema envió una carta al presidente Tabaré Vázquez, pidiéndole que se expida sobre las denuncias.
El mandatario respondió que su involucramiento “caería en una exorbitancia”, al tiempo que “no existe norma legal o constitucional que autorice al legislador a excitar el celo de la Presidencia de la República –como parte del Poder Ejecutivo– de manera que se pongan en marcha los procedimientos establecidos en los artículos 197 y 198 de la Constitución”. Tales artículos corresponden a observaciones o destituciones de directores de organismos estatales, ante la constatación de irregularidades.
Tamaña labor de investigación solicitada a la mesa política, que no hará otra cosa que salir a defender la gestión de los hospitales –como ya ocurre–, provocó la reacción de Miranda, quien no termina de sanar las heridas que le dejó el último Plenario con la renuncia del exvicepresidente, Raúl Sendic. “Es un atrevido” que además no hace “ni un solo aporte”, dijo con respecto a Lema, y así retorna a la izquierda la costumbre de la respuesta de alto tenor, para impactar a través del agravio, en vez de despejar las dudas que sobrevuelan –incluso– en el Poder Ejecutivo.
Asimismo, dijo que contestará al “show mediático que armaron en el Parlamento”, donde “todos los martes tenemos un nuevo episodio”, en clara referencia a la labor de la investigadora, para reivindicar el Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS), que cumplió una década y aún no solucionó los problemas de fondo que desde siempre existieron en la salud pública. Sin embargo, el “show mediático”, cuya frecuencia semanal de los días martes aporta nuevos insumos para la reacción oficialista, ya movilizó al ministro de Salud, Jorge Basso. El jerarca anunció una segunda reforma de la salud, con la profesionalización de la gestión pública –que hoy se presenta bajo la modalidad de verdaderas “chacritas” políticas en las direcciones hsopitalarias– y darle fin a las contrataciones irregulares en ASSE, donde “tenemos un problema serio”, reconoció.
No obstante, un aspecto de la reforma será programática con miras a las elecciones de 2019, y otra legislativa, con la inclusión de dos proyectos de ley, pero en cualquier caso la labor política y republicana se basa en la investigación para dejar las cosas claras.
Si a Lema no le asiste razón, si las denuncias no son ciertas y si en cualquier caso la investigadora incurrió en la difamación de personas que han sido reconocidas en las crónicas con nombre y apellido, entonces que activen los mecanismos existentes y la población –que también es usuaria de esos servicios– sabrá dirimir estas cuestiones.
Por ahora, lo único que queda claro es que el “show mediático” sirvió para motivarlos a una investigación hacia su propia interna partidaria que todavía muestra cicatrices recientes, porque el descrédito y la agresión son recursos demasiado fáciles para los experientes.