Cuidado del ternero y la vaca durante y después del parto

Luego de una primavera, verano y principio de otoño deficitarios con respecto a la producción de pasto, muchos rodeos no han podido mejorar su estado nutricional. Esta situación puede atentar para que las pariciones no se desarrollen correctamente. Por este motivo y para lograr mejores resultados, es necesario tener en cuenta algunos elementos claves durante el proceso de parto, para ayudar a la vaca y al ternero.
La doctora Bettina Cóppola, del Instituto Plan Agropecuario, sostiene, con respecto al parto, que para poder evaluar si un animal está próximo a parir, debería estar en un lugar accesible, cercano a las viviendas y deberíamos recorrer el rodeo como mínimo unas dos veces por día. De esa forma, podremos monitorear las vacas, los partos y la necesidad o no de intervenir en cada caso”.
“Debemos también monitorear los terneros nacidos, si están vitales, si se paran en un plazo de una hora luego del parto y si toman calostro en las primeras seis horas de vida. Por el tipo de placenta que tienen las vacas, no pueden transmitir inmunidad al ternero, a no ser por la vía del calostro. Es por eso que la supervivencia del ternero está sumamente condicionada a un correcto calostrado, teniendo en cuenta el momento, cantidad y calidad de este alimento”, dijo la profesional.

Intervención

Si el ternero no ha sido expulsado luego de tres horas de que sus miembros aparecieron fuera de la vagina, se debe intervenir y ayudar a la vaca. “En estos casos, lo primero es higienizar la zona que rodea la vulva y bajo el ano (perineo) de la vaca y mantenerla limpia durante el proceso de ayuda”.
Cóppola establece que “se debe realizar una inspección del canal vaginal para detectar la posición del ternero, que debe asomar primero sus manos y la cabeza. Antes de realizar la inspección, debemos colocarnos guantes para evitar un posible contagio de enfermedades que puedan trasmitirse del animal al humano, lavarnos bien las manos y desinfectarlas para no introducir contaminantes al útero y provocar una infección”.
Si la posición del ternero es correcta, “realizaremos una tracción alternada de las manos, atándolas previamente. En algunos casos, una rotación del ternero facilita la salida, ya que los diámetros desencontrados de las caderas de la vaca y del ternero optimizan su esfuerzo expulsivo”.
Otro factor a tener presente es realizar “la fuerza de tracción simultáneamente con las contracciones de la vaca. Si la posición no es correcta, debemos primero corregir la posición del ternero de manera tal que pueda atravesar el canal de parto sin riesgos para él o su madre. Si no podemos corregir la posición, se debe consultar a un veterinario”.

Después de nacidos

En caso de que el parto sea asistido y la vaca no realiza o no puede realizar una buena limpieza del recién nacido, “debemos realizarla nosotros, eliminando posibles membranas en la nariz y boca, para que pueda respirar adecuadamente”. Se debe identificar el ternero recién nacido, “verificar que mame calostro en las primeras seis horas después de nacido y realizar una buena desinfección del ombligo”, dijo.
La profesional exhortó a realizar “buenos cuidados al recién nacido, limpiando de moco las vías aéreas, estimulando la respiración, secándolo (si es necesario), monitoreando las demoras en pararse y mamar. Desinfectar con yodo el ombligo siempre que sea posible, ya que es vía de entrada para infecciones que originan problemas articulares”.

La placenta

La retención de placenta es la permanencia total o parcial de la placenta en el útero, por un período mayor a 12 horas luego del parto. Existen muchas causas de esta patología y varias están relacionadas con el manejo que se realice de la vaca en las semanas anteriores al parto (en la actualidad, según el estado nutricional de las vacas).
“También puede ser consecuencia de procesos infecciosos de distinto origen. En este momento, lo único que se puede hacer es tratar de ayudar a su eliminación, ya sea con extracción manual o la administración de antibióticos y de hormonas”.
Entre las posibles complicaciones posparto, “tenemos, además de la retención de placenta, la metritis y la piómetra. La metritis es una inflamación del útero muchas veces provocada por microorganismos. Puede ser diagnosticada mediante la observación de descargas vaginales purulentas. Si la metritis no es severa, las vacas se pueden recuperar sin tratamiento en unas cuantas semanas”.
Sostuvo que, para tratarlas, “administramos antibióticos directamente dentro del útero, previa consulta a un veterinario. Otra de las posibles complicaciones posparto es la piómetra, que es una infección en la que el útero se llena de pus y puede poner en riesgo la vida del animal. Por encontrarse el cérvix cerrado, el material purulento se acumula dentro del útero. Todas estos factores alteran la involución normal del útero, que debe ocurrir luego del parto, y puede comprometer la eficiencia reproductiva de esa hembra en el futuro”.

Importante

Consideró importante “reservar un potrero para pariciones que sea de fácil acceso, con agua y sombra a disposición”.
Además, “recorrer el rodeo que está pariendo, dos a tres veces por día”. Manifestó que “se debe ser paciente en el proceso de parto, pero esté preparado para dar la asistencia correcta si es necesario. Si asiste el parto, utilice medidas de higiene adecuadas para no provocar una infección. Si no puede corregir la posición del ternero, consulte a un veterinario”, aclaró.
“Provea buenos cuidados al recién nacido limpiando las vías aéreas, estimulando la respiración y monitoreando las demoras en pararse y mamar”, y agregó que en vacas “se debe controlar la eliminación de la placenta en los plazos mencionados y la ausencia de infecciones uterinas”.