Pablo Mieres apela a la solidaridad con inmigrantes que llegan a Uruguay

A la vez de lamentar reacciones xenófobas en nuestra sociedad, ante la llegada de inmigrantes de países caribeños, el líder del Partido Independiente, senador Pablo Mieres, dijo que es preciso acoger solidariamente a estas personas que se vienen desde sus países debido a apremiantes necesidades económicas, aunque consideró entendibles algunas reacciones en nuestro medio por falta de empleo y los problemas económicos de muchas familias uruguayas.
Sostuvo Mieres que “por primera vez en muchas décadas nuestro país está recibiendo una importante ola de inmigrantes provenientes, fundamentalmente, de tres países de América Latina”, y destacó que durante mucho tiempo “nuestra percepción social desde el punto de vista demográfico se caracterizó por concebirnos como un país envejecido, en donde nacen pocos niños (cada vez menos), la gente vive cada vez más tiempo y los más jóvenes emigran”.
Consideró que “estas últimas tres características se mantienen estables. En efecto, cada año se registra un menor número de nacimientos, es decir que los uruguayos están reduciendo paulatinamente y progresivamente el número de hijos por hogar. Esta tendencia se debe en gran medida al cambio en los roles de género, la incorporación creciente de la mujer al mercado de empleo y pautas de relación social modernas que producen la postergación de la formación de la pareja y, en línea con ello, la postergación de la paternidad y maternidad”.
Evaluó que la emigración sigue siendo un tema y que “hemos pasado por momentos en los que el flujo de emigrantes fue muy importante. Particularmente a mediados de los setenta y luego nuevamente con la crisis de 2002”, con el agregado ahora de “la novedad de la inmigración de estos últimos tres o cuatro años. Gente joven proveniente sobre todo de Venezuela, República Dominicana y Cuba que llega a nuestro país en situación de extrema necesidad, huyendo de una situación social, política y económica muy grave y angustiante”.
Puntualizó que “hay miles de inmigrantes que han cambiado nuestro tradicionalmente muy homogéneo hábitat social”, y que “es casi seguro que en la vida cotidiana uno se encuentre con personas con acento caribeño (cada uno con su propio tono) que ocupan diferentes tareas en nuestra sociedad actual”.
Pero, como ocurre “en cualquier sociedad que está acostumbrada a la homogeneidad, la irrupción de un número importante de inmigrantes en un país de escasa población se hace notar fuertemente y genera reacciones variadas. Lamentablemente, una de las tendencias que comienza a apreciarse es la reacción negativa frente al inmigrante, cuestionando particularmente su presencia por convertirse en un competidor por los puestos de trabajo. Es una reacción que fácilmente se transforma en un reflejo xenófobo, crítico y cuestionador de la presencia de estas personas”.
Subrayó que si bien es entendible la reacción, sobre todo en un contexto de crisis del empleo y de dificultades económicas, “es un gran objetivo superar esa reacción inicial y defender y acoger con espíritu abierto y democrático a quienes vienen a buscar su destino en esta tierra”.
Señaló que una sociedad solidaria “tiene que ser una sociedad abierta a recibir a quienes buscan alternativas de vida y llegan al país con actitud dispuesta al trabajo y al esfuerzo. En segundo lugar, porque vivimos en un mundo cada vez más global y el intercambio y las dinámicas de tránsito de personas de un país a otro será cada vez más intenso. Pero, en tercer lugar, porque nosotros mismos somos un país de inmigrantes. Casi todos los uruguayos somos descendientes, en algún grado, de aquellos que llegaron desde España, Italia u otros países, en situación de extrema necesidad para hacerse un lugar en esta tierra”.
Señaló que todos “estamos orgullosos de nuestros abuelos o bisabuelos que llegaron a Uruguay con la esperanza de encontrar un lugar para crecer y desarrollarse. Y todos hemos escuchado con alegría y emoción los cuentos de quienes llegaron hace décadas a estas tierras para abrirse camino. Pero, además, cualquiera de nosotros tiene algún pariente o amigo cercano que se ha ido de nuestro país a buscar su futuro en otras tierras. Y todos queremos que los reciban bien y que tengan la oportunidad de salir adelante alcanzando las aspiraciones que no lograron en nuestro país”.