Solicitada

LA DRA. MUÑOZ, MINISTRA DE EDUCACIÓN Y CULTURA Y EL MUSEO GURVICH
Según información trascendida en el Semanario Búsqueda, la señora ministra en el lanzamiento de “Museos en la noche” (en Montevideo), anunció que el gobierno gastaría tres millones de dólares en comprar el museo particular “Gurvich” que existe en la peatonal Sarandí de Montevideo.
Tanto las 226 piezas del museo como el edificio son propiedad de la familia Gurvich. Martín Gurvich, hijo único del artista y la señora Totó Añorga de Gurvich. Pocos son los habitantes de Montevideo que conocen que existe ese Museo particular y mucho menos son los habitantes del interior que oyeron hablar alguna vez del mentado museo.
No obstante estar instalado en el corazón de la ciudad vieja donde la circulación de peatones y autos es muy intensa y por donde pululan los miles de turistas de los gigantescos barcos cruceros, en 2017 tuvo 13.400 visitas y en 2018, 13.840.
El edificio donde está instalado, fue la sede de las oficinas centrales de la mayor empresa de ómnibus urbanos de Montevideo, CUTCSA, y fue adquirido por Martín Gurvich, que ahora lo vendería al Estado junto con las piezas de la colección. O sea nos lo vende a todos nosotros, que somos el Estado. Según datos, Uruguay tiene 200 museos, de los cuales 65 están en Montevideo.
El museo actualmente está gestionado por una fundación. Y en vez de hacer como con muchos otros, que reciben apoyo del Estado pero el sostén, funcionamiento y gestión lo hacen particulares interesados en la temática, éste pasaría a ser propiedad del Estado y la fundación a mera gestora.
La directora del museo es la señora Vivian Honisberg y su encargada del Departamento de Cultura es la señora Florencia Astori, hija del Ministro de Economía, Danilo Astori. No está corroborado el precio definitivo a pagar por este museo y tampoco los sueldos a percibir por sus funcionarios que pasarían a ser empleados públicos. Pero los esfuerzos porque no se conozca mucho sobre esos asuntos han despertado sospechas y corren rumores de sueldos astronómicos.
Esta situación discriminatoria con otros museos mucho más representativos para el acervo cultural nacional, resulta muy rechinante. Hace unos pocos años recuerdo que fui al Museo Romántico en la ciudad vieja, a ver la Sala donde está la obra del laureado músico Lauro Ayestarán. En forma insólita, la sala estaba clausurada porque el museo estaba, desde hacía mucho tiempo, en reparaciones que por falta de rubros nunca terminaban.
Lo mismo me pasó durante largo tiempo con el museo instalado en la Casa del Gral. Juan Antonio Lavalleja, cerrado al público durante años. Durante muchos veranos he visitado los museos de la Fortaleza de Santa Teresa y del Fuerte San Miguel. Todos los años muestran los efectos de un deterioro progresivo implacable. Dependen del Ministerio de Defensa y son mantenidos por personal de las FFAA. Por lo tanto, para ellos no hay dinero, ya que no lo hay ni para que el sueldo de los soldados alcance al salario mínimo y puedan “llegar a fin de mes”. Tanto es así que el 45% del personal subalterno vive en asentamientos.
Vale decir que la reconstrucción de la Fortaleza de Santa Teresa como del Fuerte San Miguel, se hizo luego de que fueran desenterrados de los arenales de Rocha por una obra insigne del presidente de la República, Gral. Arq. Alfredo Baldomir, y el historiador Horacio Arredondo. Representan un esfuerzo formidable que volvió a la vida elementos de nuestra Historia Nacional arrancando de la época colonial. Y que culminaron con una obra museística de dimensiones verdaderamente formidables. Para eso que es parte de nuestra historia, los hechos muestran que el Estado no tiene ningún interés en destinar un solo peso.
Por eso es que llama poderosamente la atención el fervoroso interés de este gobierno que quiere que el Estado (o sea Juan Pueblo) rescate del anonimato al pintor de marras. Y haga ir al bolsillo de una familia tres millones de dólares, asegurándole un jugoso empleo público a unos pocos ciudadanos entre los cuales, ¡oh casualidad! se encuentra la hija del Ministro de Economía, Danilo Astori.
Mientras tanto aquí en Paysandú, el Teatro Florencio Sánchez existe como tal, pura y exclusivamente porque existe una honoraria y honorable Comisión de Apoyo al mismo. Tampoco encuentra eco la idea de que aquí exista un Museo Histórico Nacional en torno a la gloriosa Defensa de Paysandú de 1864-65. Lo cual va de la mano con el despreciativo abandono en que se enterró el Mausoleo al general Leandro Gómez.
Si las cosas hubieran rodado de otra forma, en el predio del ex cine Astor bien pudo haber habido un edificio que con uno o dos subsuelos para estacionamiento, en planta baja una sala de espectáculos de primer nivel, encima dos o tres pisos amplios para estudios y oficinas del teatro y sede del Museo Histórico Nacional.
De un cuarto piso en adelante se podía seguir con otros pisos destinados a apartamentos. Todo en l8 de julio –la calle principal– y en un predio que también tiene un frente por la calle lateral Baltasar Brum, lo que agilitaría el uso del estacionamiento cuando hubiera aglomeración de gente por la realización de eventos artísticos en la Sala.
Todo eso pudo haber contado con un fuerte apoyo del Gobierno nacional, con el mismo entusiasmo que ahora se muestra por el Museo Gurvich.
Lo que sí se hará realidad, dejando lo dicho tan solo en una idea, será una especie de peña de nostálgicos, que adorarán un frente con pretensiones de obra imperecedera.
Esto es: descentralización en el papel y centralismo en los hechos. Y cabe la pregunta: ¿no habrá alguno de los miles de edificios públicos sin uso para albergar las 226 obras de arte, sin necesidad de comprar la ex sede de CUTCSA a los Gurvich? En vez de responder a eso, la señora ministra María Julia Muñoz, con cara de “baronesa ofendida”, refiriéndose a los que objetamos el fondo y la forma de la compra nos contesta en su declaración a radio Monte Carlo desde Punta del Este: “ignorantes hay siempre” (El País 06/01/19). Vaya si lo sabemos. ¡Lo malo es que el Frente Amplio les de cargos a esos y a otros con malas mañas! ¡Y que todos juntos ejerzan el poder!
Ing. Ramón Apprratto Lorenzo.