Estudio del SUL concluye que el uso de burras es una muy buena herramienta para proteger a los ovinos

El Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), realizó una investigación con burras, teniendo en cuenta que los predadores son uno de los desafíos que debe enfrentar el productor ovino, siendo la visión mayoritaria de que son “una buena o muy buena herramienta”, sostiene el trabajo realizado por el ingeniero agrónomo Javier Frade.
En sus conclusiones, el profesional explica que “su desempeño es mejor en potreros chicos solo con ovinos; su efectividad es más marcada contra cánidos (perro y zorro); el cuidado y manejo es muy sencillo; y en general se integran a los ovinos aproximadamente antes del mes de incorporada a la majada.
Frede sostiene que ante el aumento de ataques a los ovinos por diferentes predadores en el país como jabalí, zorro, carancho y perros, “es que hemos venido desarrollando diferentes estrategias para proteger al rebaño. Es así que estamos utilizando los animales de guardia incorporándolos a las majadas”.
“Primero realizamos la experiencia con llamas y perros de la raza Maremma y en 2016 iniciamos una evaluación de la utilización de burras como animal de protección del rebaño”, explica el profesional. Diferentes estudios (sobre todo en Estados Unidos) han mostrado que los perros de guardia, llamas y burros reducen la predación”.
En el norte de nuestro país, Frade encontró 4 establecimientos con manadas importantes de burros, los cuales fundamentalmente son utilizados para el control del “caraguatá o cardilla”.
Como un primer paso para realizar la experiencia en el uso de burros “tuvimos en cuenta información variada que indica que es conveniente la utilización de hembras frente a la opción de machos, ya sean enteros o castrados, ya que pueden ser agresivos no solo con los predadores sino también con las ovejas”. Eso lo corroboró en una estadía en Chile en el Centro de Investigación Agropecuaria, INIA Rayentué, bajo la coordinación del investigador Nilo Covacevich, donde vienen trabajando con burras desde hace tiempo. “La recomendación que nos hicieron es que lo mejor para lograr un mayor éxito es que una burra que está en un rebaño quede preñada y tenga una hija hembra; al cabo de 6 a 7 meses destetarla sacando a la madre y que quede la burrita con el rebaño. Con esto se logra una muy buena “impronta” y la burrita toma la posición de líder del rebaño, por lo que lo va a proteger como propio”.
Las burras tanto por su capacidad de rebuznar, morder o patear, y por su actitud segura, “se presentan como un serio problema frente a los predadores sobre todo los cánidos los cuales le tienen particular aversión”, sostiene el técnico.
El número de burras debe ser una, a lo sumo dos por majada, ya que de lo contrario propenderán a formar entre ellas un grupo que puede quedar separado de la majada.
“Cuando comenzamos en 2015 la evaluación; primero se probaron 6 burras, 4 en nuestro campo Experimental en Florida (Ciedag) y dos en predios de productores”, dijo.
En agosto de 2016, “se ofrece a través de nuestros técnicos de transferencia a distintos productores la posibilidad de incorporarse a esta evaluación. Se interesaron en la propuesta 17 productores que incorporaron 27 burras”. Para la elección de esas 27 burras de un total de una manada de 80 se realizó una prueba con un perro de trabajo entrenado para ver la actitud de cada burra frente a ese desafío (ya que las referencias es que hay importantes variaciones individuales), eligiendo aquellas que tenían una actitud más marcada de defensa.
A los productores destinatarios de estas burras se les entregó una guía con una serie de puntos que nos parecieron importantes para que tuvieran una información previa básica.

Recomendaciones

Algunas de las recomendaciones a tener en cuenta, establecen que se debe poner de 4 a 6 semanas en un potrero, la burra “no conocedora”, para que se vincule con los ovinos y estos se acostumbren a su presencia, alejándolos de otros burros o caballos.
Cuidado con los perros, ya que los aborrecen, aunque se acostumbran a los del establecimiento, siempre que no se sientan presionados.
Al introducir un burro a la majada es conveniente hacerlo inicialmente en un potrero chico para que se familiarice con los ovinos. Los burros se defienden dando fuertes patadas con sus patas traseras, mordiendo y rebuznando.
Basan sus acciones de detección de amenazas en la vista y en el oído. Un burro será adecuado para cuidar predadores de agresividad moderada, aunque no extrema como jaurías. Cuidan áreas chicas, ya que no deambulan como los perros.
Un número aproximado de ovinos a cuidar sería como máximo una majada de 300 a 500 ovejas pudiendo variar según la topografía del terreno. Es importante que el potrero donde esté tenga un solo dormidero para los ovinos donde también lo hará la burra, ya que la mayoría de los predadores atacan en la noche. Los burros no protegen contra pequeños predadores como aves de rapiña.

Primera Evaluación

Como forma de hacer una evaluación del comportamiento de las burras entregadas, se realizaron dos relevamientos de información básica a los productores. Un primer relevamiento en junio de 2017 y otro en setiembre 2018.
En el primer relevamiento se buscó obtener información general del establecimiento y de la integración de la burra con el rebaño. En cuanto a la incorporación de la burra, la mitad lo hizo solo con ovinos y casi la otra mitad con ovinos y vacunos y solamente un caso lo hizo con ovinos, vacunos y caballos.
La mayoría de los productores manifestó que el principal predador que desean controlar es el zorro, por tanto la mayor predación que sufren es en corderos. En cuanto al tiempo que fue necesario para la integración de la burra a los ovinos, el 70% manifestó menos de 30 días, 15% 30 días o más y un 15% manifestó que no se integró. Ante la consulta de si percibió algún comportamiento de la burra dirigido a la defensa contra algún predador u otro peligro, la mayoría de los de 17 productores, 11 manifestaron contra perros ya sean del establecimiento o ajenos y 3 manifestaron reacción contra gente.
En cuanto al grado de satisfacción de la herramienta, 4 manifestaron como muy buena, 7 buena y 4 no lo tenían claro hasta ese momento. Prácticamente todos manifestaron que iban a incorporar la burra con la majada a parir ya que la idea es el control mayoritariamente del zorro.

Segunda Evaluación

En el segundo relevamiento, se buscó analizar la utilización de esta herramienta y la satisfacción o no del productor. En casi la totalidad de los casos se manifestó que la integración con los ovinos es muy buena, siendo esto más fuerte cuando está sola con ovinos y en potreros chicos.
En general la satisfacción con la herramienta es de buena a muy buena, con la tendencia antes mencionada, en cuanto a que si la superficie del potrero es chica y se encuentra solo con ovinos, la satisfacción del productor es mayor.
La percepción en cuanto a una menor predación (fundamentalmente por zorro) es generalizada, aunque difícil de cuantificar numéricamente por parte de los productores. Es también generalizada la descripción de un comportamiento de defensa frente a los perros; los que son del establecimiento al cabo de un tiempo son reconocidos por las burras, por lo que no interfiere en el manejo de los ovinos.
Como forma de ampliar esta línea de trabajo, el pasado mes de octubre se repartieron en varios departamentos del país 27 ejemplares cedidos por el productor Juan Carlos Franco del departamento de Paysandú, a quien Frade agradeció “su generosidad que nos permite continuar con esta actividad”.