Indicadores públicos se prestan a interpretación, pero son confiables

Los indicadores de los sistemas de información del Estado en nuestro país son confiables, a juicio del líder del Partido Independiente, senador Pablo Mieres, quien destacó que este es un aspecto fundamental para contribuir a elevar el nivel del debate preelectoral.
Evaluó que la campaña electoral ya ha ingresado en su primera etapa y que es imprescindible mantener las miras altas y buscar que el debate de campaña sea respetuoso, auténtico y basado en información seria y fundamentada.
La existencia de indicadores confiables constituye un elemento positivo, contrariamente a lo que ocurre en Argentina, “en donde las cifras oficiales sobre diferentes asuntos de la vida de esa sociedad fueron rotundamente alteradas a favor del gobierno kirchnerista de la época. Toda la información era de dudosa confiabilidad y estaba sesgada para sostener al gobierno con datos tramposos”, dijo.
Observó que cuando ello ocurre buena parte del debate político se desnaturaliza, porque los argumentos y propuestas no tienen una base común ni aceptable para los contendientes.
En Uruguay se cuenta con un sistema de indicadores en las diferentes instancias del Estado “que nos permiten generar una base de referencia sólida para que la discusión, el debate y la contraposición de ideas y propuestas tenga como punto de partida la existencia de registros comunes para todos”.
Consideró Mieres como buena señal que el propio Ministerio de Economía haya reconocido en la última medición del déficit fiscal (variable crucial para evaluar la situación de la economía del país) que la reducción de dicho déficit a fines de 2018 era resultado de la ley referida a los “cincuentones” y que, por lo tanto, dicha reducción no era genuina, por lo que efectivamente el déficit fiscal no sólo no había disminuido, sino que había crecido hasta el 4%.
“Que todos los actores políticos, gobierno y oposición, aceptemos esta realidad y que no se discuta sobre la cifra real del déficit fiscal es un elemento muy positivo que nos ayuda a centrar el debate en el punto que corresponde”, evaluó.
En el mismo sentido, subrayó que las cifras que brindan organismos e instituciones como el INE, el BCU, el Ineed o las divisiones de estadísticas de las reparticiones del Estado cuentan con la confianza de los actores políticos y la sociedad, aunque naturalmente, siempre los datos están sujetos a interpretación que pueda darse en uno u otro sentido.
Puso como ejemplo los porcentajes de población en situación de pobreza podrán ser defendidos por el gobierno como un gran logro, “otros diremos que la pobreza es sólo una dimensión del problema social y que se mide por ingresos monetarios, lo que no explica la profunda crisis de integración social que vive nuestro país en estos últimos años, pero nadie discute el indicador”.
Incluso en un tema tan crucial como el incremento de la delincuencia, más allá de aspectos puntuales, “lo cierto es que el propio gobierno reconoce el aumento de los delitos, tanto en rapiñas como en homicidios y lo que es sustancialmente diferente es la interpretación de los datos y la discusión sobre las políticas de seguridad del país”.
“También podemos decir lo mismo sobre los indicadores educativos que prueban una profunda crisis de la educación uruguaya. El gobierno defiende su gestión (no entendemos cómo), pero nadie discute sobre cuáles son los datos de cobertura, deserción, repetición, etcétera”, consideró.
En todos los casos, el punto de partida radica en que el aparato de información pública “es confiable y este patrimonio lo tenemos que preservar y proteger. Habla además muy bien de los profesionales y técnicos que trabajan en el Estado en las diferentes oficinas y reparticiones”.
Dijo que le pareció preocupante que por primera vez desde un espacio social, en oportunidad del acto de Un Solo Uruguay, se haya levantado una voz poniendo en “tela de juicio” la veracidad o confiabilidad de las estadísticas públicas, y señaló que “es un grave error de ese movimiento pretender dudar de la información pública. Los reclamos de ese movimiento tienen mucho fundamento y los compartimos, pero no es correcto incorporar como parte de las críticas un cuestionamiento a la información disponible. Por el contrario, precisamente con la información oficial se ratifica la contundencia de los reclamos por competitividad y por la necesidad de reducir el gasto público que nuestro país enfrenta”.
Reafirmó Mieres la importancia de seguir asumiendo como elemento de confianza la veracidad y seriedad de las estadísticas públicas, que entiende parte de nuestro patrimonio junto con el apego a la institucionalidad democrática y a la transparencia electoral.