Nadine Zanoniani fue electa Primera Embajadora de la fiesta cervecera

Nadine Zanoniani, participante número 16, fue electa Primera Embajadora de la 54ª Semana de la Cerveza de Paysandú. La participante número 11, Bettina Sosa y la número 7, Agustina Viña, resultaron Segunda y Tercera Embajadoras, en la elección realizada anoche en el Anfiteatro del Río Uruguay. El “tribunal” –ya no se lo llama “Jurado”– estuvo integrado por Cecilia Comunales, Sofía Medina, Josefina Pereira, Juan Pedro Rombys y Matías Caraballo.
Este es el momento ideal para eliminar de la Semana de la Cerveza, con la estructura actual, la elección de embajadoras, reinas, soberanas, princesas, marquesas o cenicientas, da lo mismo como se las denomine. La idea de la elección, atribuida al Grupo Fusión de la Intendencia de Paysandú, se basó en la presentación de una tesis por parte de estudiantes de la licenciatura de Relaciones Internacionales. Tras un show vibrante de Fusión, la elección –selección o como se denomine ahora por cuestiones de género– comenzó con un cuadro de revista que hizo pensar que iniciaba una gran velada. Pero no.
De inmediato aparecieron las aspirantes, las que retomando el estilo de presentación impuesto por décadas por la Fiesta de la Prensa, se presentaron a través de una grabación, aunque en este caso haciendo playback. El espectáculo no tomó en cuenta la esencia de cualquier show, esto es que debe entretener. Por el contrario se eligió enseñar historia a los asistentes, con tan prolongados videos que permitían una detenida recorrida del perfil de Facebook.
En tanto, se respetaron las tres pasadas de las dieciséis damas que buscaban ser embajadoras, atrapadas en un elección tan carente de interés que buena parte del público literalmente huía del anfiteatro, reincorporándose a la multitud que aprovechando el acceso gratuito al predio, lo recorría entusiasta.
La cuestión de género, ese intenso dolor que parece aquejar a los organizadores, debe hacer eliminar esta instancia. Especialmente, porque el concepto de mujer-objeto sigue inamovible. A las aspirantes se las hizo desfilar con elegancia, aunque con sus cuerpos cubiertos como novicias, y hacer poses sexies en la parte central de la pasarela. Como corolario, el “tribunal” eligió a las tres más bellas y elegantes. En consecuencia, para no tener que seguir viendo la decadencia de una elección que supo de épocas que llenaba el anfiteatro, este es el momento indicado para terminar con este concurso que pretende no ser de belleza, pero que termina siéndolo.
E.J.S.