Anderson Cuelho trabajó en su función de volante tratando de cortar juego en el medio campo y armar ofensivas. Y terminó siendo una de las grandes figuras que tuvo la selección de Paysandú en la segunda final ante Colonia, para quedarse con el título de la Copa Nacional de Selecciones.
Muy feliz, con la emoción escapando de su pecho, nos decía luego del pitazo final que “la verdad qué alegría, esto es muy emocionante”.
El volante fue intentando recuperarse de la emoción. “Este grupo enorme que se dio al esfuerzo que fue enorme para tratar de salir adelante, la verdad que resulta impresionante. Un equipo de ganas, un equipo que mete, sin mirar si es local o visita, poniendo todo en la cancha. Un equipo que quería lograr esto y bueno, lo importante que gracias a todos los gurises se pudo salir adelante llegar a las finales y terminar logrando el título que la gente que nos vino a ver se merecía por cierto al confiar en nosotros”.
Un rival que con un jugador menos no dio tregua. “Por cierto que sí, Colonia se plantó y nos dio mucho trabajo. Es un rival duro, pero lo importante es que le supimos jugar”, respondió.
En la tribuna todo era locura. “Nos costó pero finalmente los goles llegaron en el momento que se necesitaban, después que nos empataron encontramos precisamente la manera de convertir el segundo y eso nos dio la tranquilidad para jugar los últimos minutos acariciando el título”.
Y se fue a festejar con sus compañeros, con la Copa que viajó de mano en mano, y que fue ofrendada a la tribuna en todo momento.
La Blanca volvió a lo grande. Volvió a lo campeón. “Chapatín”
