Conocido estafador montevideano fue enviado a la cárcel por delitos referidos a actos sexuales

La Justicia sanducera mandó a la cárcel por 180 días, de manera preventiva hasta que se realice el juicio oral, a un hombre de 39 años que utilizaba su condición de “relacionista público” para acosar adolescentes y luego ofrecerles droga y sexo a cambio de dinero.
En base a lo aportado por Jefatura, el 7 de junio una señora se presentó en la Unidad de Investigaciones y denunció que Néstor Fabián Fernández Renna, había contactado a su hija adolescente a través de una plataforma virtual con el fin de promocionarle un evento bailable. Le ofreció vender entradas por valor de 150 pesos, las que una vez “colocadas” debía levantar en un local comercial cercano a un centro de estudios donde la adolescente concurrió en compañía de una amiga. En ese encuentro cara a cara, el hombre les enseñó una página de Facebook con imágenes que recibía de jóvenes desnudas, momento en que les propuso mantener relaciones sexuales a cambio de dinero. Las menores se negaron y se retiraron del lugar, a la vez que optaron por no devolverle los mensajes ni las llamadas que continuó haciéndoles.
La denunciante agregó que Fernández Renna se presentó en su domicilio en varias ocasiones con el fin de cobrar el dinero de las entradas, siéndole entregado un remanente de ellas, solicitando la intervención policial al respecto.
El caso fue tomado por la Unidad de Investigaciones y su departamento de Delitos Informáticos, a la vez que se comenzó a trabajar mancomunadamente con Fiscalía. Asimismo, se dispuso la localización de la testigo que acompañó a la adolescente al local, y Delitos Informáticos extrajo información valiosa de las plataformas WhatsApp, Messenger e Instagram de la víctima, vías por donde el RR.PP se contactaba.

Más mujeres involucradas

En el avance de la causa surgió que Néstor Fabián Fernández Renna habría tomado fotografías o imágenes fílmicas a diferentes personas en un local bailable situado al noreste de la ciudad, con el fin de promocionar el evento que allí se efectuaba. Entre las chicas fotografiadas, le ofreció –al menos– a una de ellas formar parte del staff de promotoras (que decía manejar) en los próximos eventos bailables a organizar, contactándola tiempo después por la misma oferta pero esta vez con intenciones sexuales. En su perfil de Facebook, incluso, Fernández se describe como oriundo de Punta del Este, “locutor, productor y animador”, y llegó a hacer una prueba en una FM local a la noche pero no tuvo suerte.
El departamento de Delitos Tecnológicos efectuó las actuaciones correspondientes con respecto a los restantes involucrados –jovencitas entre 16 y 20 años– y pueden apreciarse las ofertas mencionadas, todo lo cual fue informado a la fiscalía letrada, que continuó con la investigación, extendiendo orden de detención para el denunciado. Finalmente fue detenido en el mismo Juzgado por efectivos policiales que realizaban un relevo de custodias.
Una vez ante el juez, se resolvió la formalización de la investigación para Néstor Fabián Fernández Renna imputado por “la presunta comisión de reiterados delitos de retribución o promesas de retribución a personas menores de edad para que ejecuten actos sexuales y eróticos de cualquier tipo en concurso formal con reiterados delitos de promoción, inducción y facilitación al consumo de sustancias estupefacientes”; imponiéndole como medida cautelar 180 días de prisión preventiva.

Se valía de su apellido

El ahora encarcelado –de forma preventiva– cuenta con un vasto historial delictivo en que hacía utilización de su apellido y calidad de hijo adoptivo del exvicepresidente de la República –entre 1998 y 2000–, Hugo Fernández Faingold.
En el año 2000 realizó una fiesta bailable llamada “La Movida” en Las Piedras, en cuyas invitaciones figuraban decenas de importantes auspiciantes y los nombres de conocidos grupos musicales. Pero finalmente no se concretó. Las denuncias contra los perjudicados derivó en un procesamiento sin prisión para Fernández Renna.
Los volantes repartidos entre los jóvenes canarios prometía la asistencia de varios conjuntos de rock y tropicales. Sin embargo, en la madrugada del domingo los empresarios que habían apostado a este espectáculo comprobaron que habían sido engañados, mientras que los grupos musicales no fueron porque jamás habían sido contratados.
Cuando quienes se sintieron estafados pretendieron hablar con el organizador, huyó del lugar y en ese momento las víctimas se dirigieron a la Comisaría a denunciarlo.
Luego de que la jueza letrada de 2º Turno de Las Piedras, María Elena Iriarte, librara una orden de captura nacional contra el responsable de “La Movida”, Férnandez Renna se presentó junto a su abogado en la comisaría pedrense. Allí quedó detenido y durante tres noches durmió en un calabozo. El joven y sus socios, también detenidos, concurrieron en reiteradas ocasiones a declarar ante la magistrada, quien dictaminó su procesamiento sin prisión por el delito de “estafa”.
Al haber quedado en evidencia, el (autodenominado) RR.PP. cambió de destino y se dirigió al departamento de Rivera, donde continuó con las estafas. En algunas maniobras se aprovechó del hecho de que su padre estuviera cumpliendo tareas diplomáticas.
Así, en octubre de 2008, cuando ya contaba con cuatro antecedentes penales, Néstor Fabián fue nuevamente procesado por el delito de estafa.
De acuerdo a lo publicado en aquel entonces por medios capitalinos, la Policía estuvo cuatro meses buscándolo en Rivera, lugar donde habían ocurrido los hechos, además de contar con seis denuncias del mismo tenor en Montevideo. En el departamento fronterizo con Brasil, fue reconocido por un policía de una forma poco común, ya que lo vio cuando –insólitamente– pretendía hacerse pasar por médico anestesista, procurando un trabajo en el hospital riverense, llegando incluso a realizar recorridas por el nosocomio junto a verdaderos profesionales. Al notar que se trataba del requerido, se efectuó un seguimiento que culminó con su arresto en un templo religioso del barrio Santa Isabel, lugar en que estaba viviendo.
Las denuncias en su contra indicaban que, valiéndose de que su padre (en ese momento) era embajador de de Uruguay en Estados Unidos, prometía a sus “clientes” conseguir visas para dicho país, previo pago de importantes sumas en dólares. Cuando el “trato” se complicaba, les mostraba a los interesados un formulario apócrifo –pero con el sello de la Embajada de los Estados Unidos–, para decirles que estaba algo demorado pero que todo saldría bien. En ese momento fue procesado por estafa.