“Fueron muchas horas de nerviosismo para rescatar a mi padre en el Queguay”

Hoy los pobladores de la Colonia Uruguaya celebran el final feliz de la historia, pero la familia de don Ramón Cazar la pasó muy mal durante la noche del sábado y madrugada del domingo, cuando tras llegar hasta las costas del río Queguay para retirar a un ganado de la zona, el rápido crecimiento del río provocó que el mayor de la familia no se volviera a ver.
Inmediatamente sus hijos salieron a buscarlo. Eran pasadas las 16 horas del sábado y tras sacar algunos vacunos, vieron que Ramón no volvía. “Lo primero que nos llamó la atención es que tampoco lo hizo el caballo, por lo que pensamos que estaba allí con el animal que montaba”, comentó su hijo Agustín a EL TELEGRAFO.
El problema fue que rápidamente se hizo la noche y dificultaba la visión. “Con mis hermanos a caballo y un amigo en bote y con lo que disponíamos de luz empezamos la búsqueda en el lugar”, explica.
Lo cierto es que en la zona el Queguay Chico desemboca en el Queguay Grande, por lo que sumado a la importante cantidad de agua que llega desde arriba, el río se ensancha mucho y dificulta un rescate, y más aún de noche.
Felizmente la enchorrada no fue grande, y a pesar de que las precipitaciones fueron constantes durante la madrugada, no se desarrollaron con gran intensidad y la crecida no fue mayor. Y no se trató de una noche muy fría.
“Papá nos contaba que se subió a un árbol y siempre tuvo al caballo agarrado de las riendas. Y gritó varias veces hasta que se quedó ronco de hacerlo, porque él nos veía pero nosotros no lo escuchábamos”, sostiene Agustín.
“Las horas pasaban y sinceramente estábamos muy nerviosos. Pero cuando comenzó a aclarar y vemos que papá aparece en el caballo la alegría fue indescriptible”, recordó.
Inmediatamente lo subieron al bote y lo llevaron hasta la casa para que pudiera descansar tras las 15 horas de angustia. “Habíamos solicitado la ayuda de bomberos, pero felizmente no fue necesario, recuerda Agustín Cazar.
Considerado uno de los ríos más peligrosos cuando se generan lluvias importantes, lo vivido por Cazar no es nuevo en el departamento. Otros productores vivieron situaciones similares en el Queguay. Uno de los hechos más recordados fue cuando Cecilio Crossa también se vio sorprendido por la rápida crecida y estuvo toda una madrugada trepado a un árbol. En ese caso, el río creció más abruptamente y debió ser socorrido por un helicóptero del ejército.