Deportes

Peñarol ante Rampla, mañana por el Clausura

La segunda fecha del Torneo Clausura del fútbol profesional uruguayo se disputará entre semana, con cuatro partidos mañana, entre ellos, el de Peñarol que será visitante frente a Rampla Juniors en el Estadio Centenario a partir de las 20 horas, con el arbitraje de Christian Ferreyra, Carlos Barreiro y Andrés Nievas.
El aurinegro arrancó este certamen con una victoria, por 1-0 ante Defensor Sporting en el Campeón del Siglo, donde dejó una mejor imagen respecto al Intermedio.
El picapiedra, en tanto, viene de empatar 2-2 contra Progreso en esa jornada inaugural. Para Peñarol, campeón del Apertura y que marcha tercero en la anual –por debajo de Cerro Largo y Nacional–, resultará clave quedarse con los tres puntos en este duelo.
El líder de la anual también saldrá mañana a la cancha. El conjunto arachán recibirá en el Estadio Antonio Ubilla de Melo a Defensor desde las 19 horas (Pablo Giménez, Robert Muniz y Marcelo Alonso), mientras que a las 16 Racing chocará con River Plate en el Parque Roberto (Andrés Cunha, Martín Soppi y Pablo Llarena) y a la misma hora Juventud y Progreso se medirán en el Estadio Artigas de Las Piedras (Yimmi Álvarez, Sebastián Silvera y Matías Rodríguez).

El jueves Nacional

El resto de la etapa se desarrollará el jueves, destacándose la actuación de Nacional que visitará a Wanderers en el Parque Viera a partir de las 20 horas, en compromiso que será dirigido por Esteban Ostojich, Horacio Ferreiro y Alberto Píriz. El tricolor goleó el domingo por 4-1 a Liverpool en el Parque Central con una actuación sólida y convincente.
Los otros tres encuentros se disputarán desde las 16 horas: Boston River-Cerro en el Estadio Campeones Olímpicos de Florida, Danubio-Plaza en el Estadio Jardines del Hipódromo y Liverpool-Fénix en el Estadio Belvedere.

Posiciones

Torneo Clausura: Nacional 3, River Plate 3, Cerro Largo 3, Cerro 3, Peñarol 3, Plaza 3, Fénix 1, Juventud 1, Progreso 1, Rampla Juniors 1, Danubio 0, Boston River 0, Defensor Sporting 0, Racing 0, Wanderers 0, Liverpool 0. Tabla anual: Cerro Largo 46, Nacional 44, Peñarol 43, Liverpool 38, Fénix 38, Progreso 33, River Plate 32, Plaza 30, Danubio 28, Wanderers 27, Boston River 27, Rampla Juniors 26, Defensor Sporting 25, Juventud 22, Cerro 22, Racing 22. Descenso: Racing 1,15; Boston River 1,084; Rampla 1,05; Juventud 0,956. → Leer más

Opinión

“Y si me dan una para ir comiendo…”

En su exposición en la Expo Prado el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Enzo Benech, en respuesta a planteos y críticas del presidente de la Asociación Rural del Uruguay, Gabriel Capurro, reafirmó a través de sus conceptos la impresión de que desde el gobierno se sigue sin asumir la realidad del sector pero sobre todo del país, encerrado en una burbuja de autocomplacencia que a su vez se intenta transmitir a la población, a los actores de la economía, como verdades absolutas y que solo son discutidas por quienes tienen de por medio intereses político-partidarios o pretenden descalificar la gestión gubernamental.
Es notorio que desde el oficialismo sus representantes juegan sus propias cartas y pintan un panorama idílico, en el que donde los otros ven flaquezas ellos transmiten la idea de que es parte de un proceso de evolución con un final exitoso asegurado.
Benech destacó entre otros conceptos que el gobierno está ocupado y preocupado por la situación que viven algunos sectores de la producción, y repasó lo que considera más de 30 medidas adoptadas en apoyo a la agropecuaria nacional.
Enumeró en este sentido acuerdos comerciales del Mercosur con la Unión Europea y la Asociación Europea de Libre Comercio. Además, la reapertura del mercado cárnico bovino a Japón y el de cortes ovinos a Estados Unidos, así como la actualización del protocolo de carne y la aprobación del de soja a China.
Asimismo, entre otras medidas, recordó la aprobación de la ley de riego, las cuatro emergencias agropecuarias decretadas por las condiciones climáticas, los avances en electrificación rural y la reducción en el uso de agroquímicos. En su discurso mencionó el apoyo económico a los productores y los créditos aprobados destinados al sector productivo, así como la inversión en investigación agropecuaria, a la vez de destacar la posibilidad de realizar decenas de trámites en línea.
En tanto, al analizar la realidad de la producción, reconoció que se viven momentos difíciles en sectores como la lechería y el arroz. Además abogó por un trabajo en conjunto entre el gobierno, los productores y los trabajadores.
Pero bueno sería que en quince años no se hubiera hecho nada en aras de promover el sector más importante e histórico de la economía nacional. Sin embargo, la realidad indica que en un partido político de raigambre esencialmente urbana y capitalina, ello no ha sido prioridad del gobierno, cuyos desvelos se han centrado en atender sectores que han sido su columna vertebral, sobre todo gremiales que desde la central sindical y el Estado funcionan como cantera de votos y son en gran medida su buque insignia.
El punto es que, aún sin quererlo, cuando Benech proclamó que “quien pretende decir que está todo bien, es un deshonesto intelectual o vive en otro planeta”, poco menos que se pegó un tiro en el pie, porque quienes así lo manifiestan son precisamente los principales actores del gobierno, los que suelen no aceptar críticas a su gestión atribuyéndoselas a intentos conspirativos de sectores “de derecha” ocupados en socavar las conquistas populares que ha logrado la izquierda desde el gobierno.
Pero la realidad es distinta y mucho más compleja que cuando se pretende situar la problemática en concesiones o mejoras parciales a determinado sector que está en mayores problemas que otros, desde que no se quiere reconocer –tampoco lo hizo el ministro Benech– que el agro es solo uno de los sectores de la economía afectados por los enormes costos que impone el Estado en un país en el que producir es caro, como lo son también productos y servicios que se venden, cuando se trata de competir con otros países.
Buena parte de las contradicciones emergentes del gobierno fueron identificadas en cierto momento por Gabriel Capurro cuando expresó que “no es libre quien no tiene los conocimientos básicos para acceder a un trabajo. No es libre quien depende de un plan social para darle de comer a sus hijos”, es decir dos aspectos clave que denuncian el déficit vinculado a las políticas de izquierda: sometimiento a las presiones de los sindicatos de la enseñanza que reclaman solo mejoras en su situación sin someterse a evaluación, y políticas asistencialistas que no sacan a nadie de la marginación y que, por el contrario, generan una dependencia crónica que tiene una repercusión electoral buscada.
Tiene razón asimismo cuando razona que “el verdadero y mejor avance hacia una mayor justicia social es el acceso a una educación equitativa y de alto nivel para todos los niños y jóvenes de nuestro país”, porque “permite igualar las oportunidades en el arranque de la vida productiva de las personas y optar libremente por las diferentes opciones de trabajo que se presenten”.
Pero ya en el escenario macro de la economía tenemos que si no se dan las condiciones para las inversiones y generar competitividad, ingresamos a un circuito vicioso de más costos y más Estado, como es la coyuntura actual que se ha acentuado por problemas estructurales de costos precisamente, y cuyos correctivos no se han querido adoptar por la autocomplacencia que señalábamos y para no pagar los costos políticos de los ajustes.
Como bien expresara el titular de la ARU, sólo una economía competitiva atrae inversiones, genera trabajo, permite que las empresas ganen dinero y puedan pagar buenos sueldos, sin olvidar que la inversión y el trabajo “generan crecimiento”, que a la postre “mejora la recaudación” y “puede sostener buenas políticas en funciones básicas del Estado: educación, salud, seguridad y en las políticas sociales que se quieran implementar”.
Claro, difícilmente se encuentre algún dirigente político, de izquierda, de derecha o de centro, que discrepe con estos elementos básicos, con la diferencia de que históricamente desde la izquierda –y el Frente Amplio desde el gobierno ha reafirmado esta postura– sitúan el problema en el orden cronológico de los factores. Es que cuando se hace énfasis en redistribuir lo que todavía no se tiene, estamos en serios problemas, y lo que se hace en realidad es atarse las manos para el crecimiento y desarrollo que den sustentabilidad a las propias políticas redistributivas y de derrame de la riqueza.
La competitividad precisamente trae como consecuencia inversiones en emprendimientos privados de riesgo, trabajo, crecimiento, recaudación y políticas sociales, que pueden sustentarse porque previamente se ha recorrido el camino que hace que sean genuinos los recursos que se reciclan en la economía.
Alterar este orden de toda lógica nos hace acordar el viejo chiste que nos hacían ya nuestros padres: el del niño al que le pedían que fuera al almacén a comprar harina para hacer tortas fritas, y ponía como condición para hacer el mandado: “si me dan una para ir comiendo…”, una variante popular del conocido dicho de poner la carreta delante de los bueyes. → Leer más