Capurro pidió construir competitividad para lograr un país mejor

Ingeniero agrónomo Gabriel Capurro.

El presidente de la Asociación Rural del Uruguay (ARU), ingeniero agrónomo Gabriel Capurro, en su discurso de cierre de la 114ª Exposición Internacional de Ganadería, la clásica Expo Prado, y que se extendió durante una hora con 37 minutos –fue el más extenso de los pronunciados por los presidentes de la gremial al menos desde la década de 1990–, expresó que “si construimos competitividad vamos a construir un país mejor, más justo y solidario”.
El dirigente sorprendió porque no leyó el discurso, que es lo habitual, sino que base en apuntes fue improvisando y alternando elogios y duros cuestionamientos al gobierno, expuso conceptos, informaciones y reflexiones, mezcladas con anécdotas.
Arrancó su alocución dejando en claro que su discurso no le iba a gustar a muchos, mencionando que no le iba a gustar al gobierno pero tampoco a la gente de su sector, e incluso a alguno de sus compañeros porque no dudaría en señalar aspectos adversos pero también positivos de la gestión de gobierno.
Incluso, en un momento, mencionó que iba ir “directo a la yugular”, y lo hizo. Y muchas veces fue aplaudido en forma espontánea, pero en otras él pidió aplausos, sobre todo cuando elogió al gobierno.
“Siempre me gustó el debate de ideas”. En el Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), entidad que presidió, “teníamos batallas de ideas y aprendíamos todos, nadie era dueño de la verdad. Ese es el espíritu de lo que voy a decir… el que tiene que decidir decide y los demás tenemos que trabajar”, reflexionó.

“ACTITUD ANTIDEMOCRÁTICA”
“En los últimos 18 años se produjo la mayor concentración de tierras de los últimos 120 años en el país”, destacó, añadiendo que Uruguay es el país con menor proporción de gente viviendo en el campo, a pesar de ser el que más depende del sector agropecuario en América Latina.
Agregó que más del 80% de los socios de la ARU son productores de menos de 1.000 hectáreas, considerados medianos y pequeños productores. “Estamos aquí no porque nos sobre el tiempo, sino por el compromiso con el legado de nuestros mayores y para dejarle a nuestros hijos un país mejor”, dijo al explicar el por qué de su tarea al frente de la gremial.
Posteriormente, dando lugar al primer aplauso a su discurso, mencionó que “el gobierno tuvo una clara actitud antidemocrática, que les impidió manifestarse libremente. Algo que la ARU rechaza y considera que no está bien”, aludiendo a la manifestación que a inicios de este mes realizó Un Solo Uruguay en Montevideo.
Capurro destacó el valor de la libertad, “en el más amplio sentido de la palabra. No nos gustan las prohibiciones ni las obligaciones, salvo las que marcan la Constitución, las buenas costumbres y el interés general, debidamente fundamentado”.
Aclaró, en nombre de la ARU, que “no somos una organización política, convive en la ARU gente de todos los partidos, pero eso no quiere decir que no hablemos de política porque, si no, no cumpliríamos con nuestro mandato histórico, pero no hacemos política partidaria”.

DE BUEYES Y CARRETAS
Y a propósito de una figura que utilizó en forma reiterada durante su extensa oratoria, la de actuar adecuadamente poniendo primero los bueyes y luego la carreta, expresó: “una economía atrae inversiones, las inversiones trabajo, el trabajo crecimiento, el crecimiento mejora la recaudación y la recaudación permite tener políticas de Estado sólidas, en educación, seguridad y salud”.
“Cuando ponemos la carreta delante de los bueyes, la carreta se para. Lo primero es la competitividad”, afirmó.
En uno de sus varios elogios a la gestión oficial, recordó que de 2004 a 2014 “cuando crecimos el gobierno hizo cosas muy buenas. Mantuvo la economía orientada al mercado, algo muy importante si miramos cómo les fue a los vecinos. El gran debe fue que no se pensó en términos de competitividad, no se generaron condiciones genuinas para la competitividad y en 2014 empezaron los problemas que hoy tenemos”.
“Se gasta mucho. Pasamos de U$S 3.000 millones de gasto a más de U$S 18.000 millones. “Nos dicen que es muy difícil de bajar”, mencionó, explicando que desde el gobierno se indica que el 60% son jubilaciones y sueldos, 20% transferencias sociales y solo 20% gasto discrecional.
En ese momento narró una anécdota con su padre, quien le pidió que hiciera algo difícil, él dijo que no podía y su padre le fue explicando cosas mediante preguntas para arribar a una conclusión: las cosas importantes las logran los que hacen las cosas difíciles.
Dijo, en otro segmento de su oratoria, que “aumentar el gasto con 70.000 empleados públicos es fácil”, que en las jubilaciones se hicieron dos reformas del sistema que aumentan el gasto y que “eso es fácil”, pero que “no hacemos las cosas difíciles”, lamentó.

MÚSCULO Y GRASA
Capurro aludió a que el gobierno compara la situación local con Argentina y Brasil, “dos países que tuvieron una corrupción sistémica en los últimos 15 años, pero crecimos menos que Colombia, Perú, Chile, Bolivia, Perú y Paraguay. Entonces no estamos bien”. Agregó que “la inflación de Uruguay, salvo Argentina y Venezuela, es la más alta de América Latina”.
Señaló la realidad arrocera, sector con “la mayor productividad y calidad del mundo” y este año se va a plantar el menor área en los últimos 25 años. También pidió poner la mira en otros sectores, como la lechería y la agricultura, también la ganadería, donde se aplicó mucha tecnología para una mayor productividad y sin embargo hay escenarios adversos.
“Todos sacamos músculo, menos el Estado que sigue acumulando grasa”, ironizó, cosechando otro fuerte aplauso. En otro momento reflexionó: “No queremos salarios bajos. Pero salarios altos y dólar bajo es pan para hoy y hambre para mañana. Es la carreta delante de los bueyes”.
“Queremos un gobierno con la misma eficiencia y productividad que nos pide, y que predique con el ejemplo”, comentó.
Luego reconoció “lo fantástico del cambio en la matriz energética; lástima que eso no se refleja en las tarifas”.
Señaló que a la vez que se manda “al sacrificio” a sectores como el arroz o la lechería, se “subsidian trabajos obsoletos en el mundo y que dan pérdidas año tras año”, aludiendo, otra vez, a que “las políticas sociales” están “antes de la competitividad: es la carreta antes de los bueyes”.
“En infraestructura estamos cada vez más rezagados. Pero en el último período de gobierno se compensó mucho, para revertir lo que no se hizo en los dos períodos anteriores. Le reconocemos al ministro (Víctor Rossi, de Transporte y Obras Públicas) que en este período se hizo un esfuerzo grande”, detalló el presidente de ARU.
“Las empresas públicas no deben ser utilizadas para generar gastos sociales. Deben producir el mejor producto al menor precio, para que las economías puedan insertarse en el mundo”, manifestó, abordando otro aspecto.