Martín Parodi y su vida en China un mes después

Parodi y Tejera llegaron a China hace aproximadamente un mes.

Eran las 21.10 horas en Tanshang, cuando transcurría la mañana uruguaya.
“Estoy contento, de a poco nos vamos acomodando”, resumió Martín Parodi desde la ciudad China, en la que desde hace aproximadamente un mes trabaja junto al también entrenador Fabián Tejera, en la formación de futbolistas gracias al convenio deportivo entre nuestro país y este gigante asiático.
La experiencia, que se extenderá nada menos que a lo largo de un año, por el momento viene siendo más que satisfactoria.
“Todo lleva tiempo, el hecho de aclimatarte, de conocer a la gente con la que vamos a trabajar, con niños, jugadores, conocer su forma de ser y cómo estaban entrenando” antes de la llegada de la dupla técnica.
Por el momento, el trabajo diario se ha llevado adelante con unos 25 niños, confirmándose que se realizará la tarea prevista con chicos de entre 10 y 11 años.
Y las diferencias con respecto a lo que puede verse en Uruguay, son notorias.
Un aspecto que dejó en claro Parodi es que es imposible ver en la calle un niño con la pelota en los pies. Enorme diferencia de allí para arriba.
Más allá de que la cabeza estaba centrada en el momento en el que Parodi dialogó con EL TELEGRAFO en un “campeonato para el que vienen escuelas de todos lados”, lo que iba a permitir “comenzar a seleccionar jugadores para trabajar con ellos”, el “Ñato” remarcó que “vamos a empezar con niños de 10 y 11 años, pero estamos armando una estructura de competencia a nivel escolar, primero por distrito y luego en general”. Según explicó el técnico, son 10 las escuelas ubicadas en cada uno de los 10 distritos de la ciudad.
Ir a un parque en Tangshan es codearse con el básquetbol (el sanducero confesó que han jugado algún partidito con Tejera en las canchas ubicadas en diferentes puntos de la ciudad), lógicamente con el tenis de mesa, y también con el skate. ¿Fútbol? Ni ahí.
Que el fútbol en China no sea prácticamente parte de la naturaleza propia del país como sucede en Uruguay, lleva a que el nivel de las formativas sea realmente bajo.
“Es así: el nivel es muy bajo. hablamos que entrenamos niños de 10 años, los comparamos con los de Uruguay, y están a la altura de los gurises nuestros de seis años en cuanto a fundamentos. Hay que trabajar muchísimo para cambiar todo eso, pero también hay que cambiar la actitud” de los chicos hacia el deporte más popular del mundo.
Está claro que la vida en China está muy lejos de lo que significa vivir en Paysandú. Incluso para alguien que supo recorrer el mundo durante su época de jugador.
Pero Parodi está contento en Tanshang, “una linda ciudad, muy prolija y con buena infraestructura”, aunque “para llegar de un lado a otro de ella demorás una eternidad porque el tránsito es complicado”
Hoy, después de una breve estadía en un hotel, cada uno de los embajadores deportivos de Uruguay tiene su apartamento. Y se turnan a la noche para cocinar: un día en la casa de uno, al siguiente en la del otro.
“Vivimos arriba de un centro comercial, y tenemos todos los servicios cerca. Y la gente es muy servicial”, contó quien asegura no haber tenido problemas con la comida, y menos ahora que tiene la posibilidad de cocinar. “Hemos comido de todo, y lo único que pedíamos, sí, era sin picante”, aseguró Parodi.
¿Cómo es un día de los técnicos del otro lado del mundo? Levantarse, entrenar a las 9 de la mañana, volver al apartamento y retornar a las 16 para una segunda sesión.
Teniendo en cuenta el gran objetivo planteado, y las dificultades en cuanto a nivel de los jugadores, el “Ñato” aseguró que se realizan “sesiones de una hora o una hora y media de entrenamiento, con mucho fundamento técnico”, más allá de sumar “algún juego para que se diviertan aprendiendo”.
Además, Parodi comentó que “acá tienen una forma muy diferente de entrenar, y sobre todo hay diferencias grandes en cuanto a la intensidad”. Igual, el entrenador sanducero confiesa que “estamos trabajando mucho y está todo encaminado”, con objetivos claros y una idea que comienza a plasmarse poco a poco.
Y para ello también son importantes las instalaciones. Por suerte, así como Uruguay tiene años luz de ventaja sobre China en cuanto a la formación de futbolistas, los chinos sacan años luz de ventaja en cuanto a instalaciones.
El centro de entrenamientos, creado específicamente para el trabajo de los técnicos uruguayos. Parodi dijo que “están terminando la escuela de entrenamiento. Están por quedar listas dos canchas sintéticas de ocho y una sintética grande, por lo que la infraestructura es muy buena”.
Y agregó un dato de color que refleja la realidad por aquellos lados: “llegó la selección uruguaya de fútbol playa para jugar un torneo a disputarse en un estadio que se construyó en solo 15 días, y quedó espectacular”.
Pero para que esto sea aprovechable, la dupla uruguaya tiene en claro que “tenemos que trabajar muy bien en la selección de los jugadores”.
Parodi y Tejera están sumergidos en un desafío impensado, al que afrontan con las mejores ganas y poniendo todo su conocimiento para alcanzar el objetivo de comenzar a cambiar la formación de los jugadores chinos desde la base.
Siempre, como es lógico y de suponer, teniendo en mente a la familia que quedó por estos lares.
“La tecnología ayuda muchísimo, por lo que estamos en permanente contacto más allá de que a veces se cruzan mis horarios con los de los hijos y sus estudios”, dijo Parodi.
“¡Mirá si cuando jugaba iba a tener esta facilidad! Antes era muy complicado poder estar en contacto. Ahora, eso permite llevarla de otra manera, más allá de que se extraña”, agregó.
Esa noche le tocaba cocinar al “Ñato”. Y en medio de la charla en la cena con Tejera, aparecieron seguramente sobre la mesa las ideas, los planteamientos, la metodología de trabajo a la que se aferraron para comenzar a formar jugadores chinos mucho menos “patas duras”.