Gabino Azeves Silva: “los antepasados nos enseñaron a producir carne y con sistema Voisin producimos pasto”

Rotación con buenas pasturas y sal. El éxito del emprendimiento que Gabino Azeves lleva adelante en Piñera.

El Pastoreo Racional Voisin (PRV) gana cada vez más adeptos en la ganadería uruguaya. En el departamento de Paysandú, Gabino Azeves Silva lo viene adoptando en su campo ubicado en la zona de Piñera. “Me cambió el sistema de trabajo”, confiesa. “Nuestros antepasados nos enseñaron a engordar el animal y acá es al revés. Hay que producir pasto y la carne viene sola, cambiando la metodología de trabajo”.
El sistema es una tecnología agroecológica completa que se caracteriza por ser totalmente respetuosa con el ambiente, regenerando suelos, sin insumos ni venenos, y demuestra ser más rentable que los demás métodos de producción a pasto.
El cambio surgió con la finalidad de “poder traer al establecimiento, todo el ganado que había a pastoreo en otras zonas, y como el sistema admite aumentar la carga, pretendía traer lo de afuera en un campo arrendado, y aunque aún no lo he logrado, voy en ese camino”, manifestó el productor.
El expresidente de la Liga del Trabajo de Guichón, expresó que el 21 de noviembre de 2018 comenzó a comerse la primer ¿a parcela, “y va funcionando muy bien”, subraya. “Es algo que se va dando y permite ir aprendiendo todos los días, con el tema de los cambios, de ver especies nuevas; de repente ves una panoja de semillas que nunca habías visto, la apreciás ahora que le das espacio a la parcela para que rebrote estando libre de ganado”, sostiene.
Ubicado en el límite del basalto superficial y el intermedio, el campo de Azeves Silva es un predio con mucha quebrada, con lamparones de piedras. Posee 90 Índice Coneat (IC). El pastoreo Voisin está en 125 hectáreas del establecimiento, con 50 parcelas y agua en cada una de ellas. El establecimiento que es de 244 has, tiene el resto con praderas. “Las praderas se hacen con franja diaria y callejones fijos. Son de festuca, trébol y lotus. El trébol blanco se ha comido casi todo y abarca todo”, dijo.
Azeves también posee otra pradera de festuca que está dividida en 50 parcelas. “La pradera está cumpliendo 3 años, y la inicié dividida con agua en parcelas de una hectárea; son 53 hectáreas y tiene 50 parcelas que las mirás ahora y parece que la hubieras sembrado ahora. Está intacta y con todas las plantas”, explica admirado.
El campo natural “está todo con eléctrico enhebrado de dos hilos. Son 7.000 metros de eléctricos con callejones, y las porteras necesarias para simplificar un trabajo que lo hago solo. Tengo ahí 120 vacas pariendo, de las cuales hay 90 terneros que los llevo solo a las mangas. Y el ganado está solo un día en esa parcela y pasa a otra”.

COSTOS

Respecto a los costos de su implementación, reconoció que “lo que te lleva más inversión es el agua. Si te ponés a pensar en costo, tenés alrededor de 150 dólares de agua por hectárea en la inversión. Ya tenía pozo y el tanque australiano”, agrega.
Puntualizó respecto a los bebederos, que son de plástico “y cada dos o tres días le pasamos un cepillo y siempre tienen agua de primera”.
En cuanto al eléctrico, “el costo es como que quemes para hacer una avena o un verdeo de invierno, que oscila entre 35 y 40 dólares la hectárea, y que te dura 30 años”, precisó.

MANEJO

Sobre el manejo, especificó que en el campo natural, tiene vaquillonas y vacas pariendo que son cambiadas “rigurosamente” todos los días a la mañana. Mientras que el trabajo en las praderas es diferente, “es según la disponibilidad que va quedando” dice, “y trato de llegar a un óptimo, en donde el animal no pierda y que me deje lo menos de remanente posible. En este caso cambio en la mañana o en la tarde, no hay una hora específica”.
Respecto a las razas, comentó que por la tradición de su padre y abuelos “venía con Angus y Hereford, incorporando ahora la raza Brangus, que es el ganado que está pariendo y tengo en el sistema”, aunque aclaró que el sistema “es para cualquier raza, ya que todas se adaptan muy bien”.
Sostuvo que ve en el Brangus que aguanta más el calor. “Esos días de altas temperaturas lo ves comiendo sin inconveniente. Además, el sistema amansa mucho al ganado. Porque andás todo el día adentro del campo, abrís la puerta y te sigue, porque ya saben que le vas a dar un plato nuevo de comida y no hay problema”.
A esto se suma que “estamos dando sal todos los días, se mueve el bebedero, el salero, le abrís la puerta, y el ganado se acostumbra, y la mansedumbre es importante”.
Sobre el futuro del sistema de pastoreo Voisin, manifestó que en esos campos “eran chacras viejas de soja, y no vuelvo más a eso. Voy a dejar las praderas que se regeneren a campo natural. Costará muchos años, pero no vuelvo atrás”, dijo.

QUÉ ES EL PRV

El Pastoreo Rotativo Voisin, es una tecnología agroecológica completa que se caracteriza por ser totalmente respetuosa con el ambiente: regenerando suelos, sin insumos ni venenos. Haber demostrado ser más rentable que los demás métodos de producción a pasto.
No se puede hablar de PRV sin hablar del ilustre y veterano Profesor Luiz Carlos Pinheiro Machado, a quien se considera el mejor discípulo del célebre André Voisin y el padre del actual PRV, al que ha incorporado los múltiples avances tecnológicos de los últimos 50 años.
El objetivo del PRV es conocer el funcionamiento de los múltiples procesos biológicos del conjunto suelo, hierba y animal, maximizando todas las entradas de energía y minimizando todas las salidas, para canalizar esta energía hacia la producción. Algunas de sus claves más importantes son: no roturar los suelos, maximización total de la fotosíntesis; minimizar las pérdidas de carbohidratos por respiración de las plantas (con el pastoreo rasante y el corte de las reservas por la tarde); aumento de la materia seca por hectárea, favoreciendo la dominación de las especies forrajeras deseadas, acorde con el clima y el suelo del lugar; pastoreo con altas cargas y tiempos de reposo siempre variables.
El resultado es un aumento de la vida del suelo y de su materia orgánica, de su estructura y porosidad y de la retención de agua. Además, favorece la transmutación de los elementos, el ciclo del etileno y la trofobiosis, procesos biológicos profundamente estudiados por el Profesor Pinheiro y sus colegas. Todo ello resulta en un aumento de la fertilidad global del suelo.
El manejo diario de un PRV es sencillo, pero sin duda hay que entender lo que se hace. Su piedra angular es utilizar el pasto en el Punto Óptimo de Reposo (POR), que es cuando la planta ha conseguido completar sus reservas de raíz, consiguiendo así un posterior rebrote vigoroso; es el momento de máxima cosecha de materia orgánica por unidad de suelo y año; la planta tiene los nutrientes en equilibrio para alimentar correctamente al ganado. En consecuencia, se aumenta la capacidad de carga del espacio, llegando a producir la máxima producción animal por unidad de suelo.
Esta técnica solo puede aplicarse mediante el desarrollo de un diseño específico y adaptado a la finca con un mínimo de 60 parcelas, que incluya la adecuada división del área, el sistema viario, el arbolado, la hidráulica, un centro de manejo, las reservas de agua, la sala de ordeñe, el almacén.
Este diseño es imprescindible pues cumple diversas funciones: el bienestar animal, la economía, la perennidad, la funcionalidad, la higiene, la orientación, la modulación, la localización, la estética y el bienestar humano.
Este diseño también es imprescindible porque los animales son pastoreados cada día a la parcela que está en el POR (y casi nunca será la adyacente a aquella en la que estaban). A eso se le denomina “el arte de saber saltar”, que no es más que poner los animales en la parcela correcta aunque esté al otro lado de la finca.
Cuando practicamos un manejo correcto en PRV, se maximiza la oferta forrajera, lo cual nos permite aumentar la carga ganadera. De esta manera, se aportará más materia orgánica al suelo, estimulando su biocenosis y, por consiguiente, veremos aumentar la fertilidad del suelo.