La noche de la locura: llamado a sala en la Junta quedó trunco al interrumpirse la sesión

Federico Álvarez Petraglia se cubre los ojos en señal de cansancio, cuando aun nada hacía presagiar el triste final. A su lado Gastón Giles.

Tuvo un final insólito el llamado a sala de anoche en la Junta Departamental. Blancos y frenteamplistas se destrataron con pasión durante algo más de tres horas, mientras las emprendían contra o defendían (según el bando) al director general de Servicios, Federico Álvarez Petraglia, el subdirector general del mismo departamento Gastón Giles y la directora de Limpieza y Talleres Selva Cora (Guillermo Caraballo no concurrió y se hizo representar). Se destrataron entre ellos y dejaron trunca la sesión luego de una feroz batalla verbal, después que Jorge Dighiero pidiera la aplicación del artículo 63 del reglamento interno que da por terminada la discusión.
Los blancos reaccionaron a coro protestando contra lo que consideraban injusticia, en tanto los frenteamplistas pedían que se votara, amparados en su mayoría. Entre medio Álvarez Petraglia, Giles y Cora miraban hacia el piso considerando la posibilidad de refugiarse tras los bancos, porque sonaban rumores de batalla.
El presidente Hermes Pastorini anunció triunfante 16 en 28 y varios ediles del Partido Nacional avanzaron un par de metros enfurecidos con él, rojo hasta en las canas, dispuesto a defenderse como si la Mesa fuera un fuerte. José Pedro Illia el segundo vicepresidente lo destrató pues fue uno de los dos ediles que no pudo hacer uso de la palabra cuando quedaban solo dos ediles anotados (el otro era Edgardo Quequín) gritándole “delincuente” antes de salir raudo fuera del recinto.
Pastorini en el típico gesto de “agarrenme que lo mato” era contenido hasta por el edil nacionalista Carlos Balparda, en una escena bizarra. Finalmente Pastorini también bajó de su lugar acompañado por varios ediles, pero al pasar junto a Jorge Genoud, que estaba sentado en su banca dio media vuelta con el ánimo de “darle un roscazo” pero de nuevo fue contenido.
La mayor parte de la bancada del Frente Amplio abandonó rápidamente la sala quedando unos cuantos del Partido Nacional sin saber exactamente qué hacer, pues la sesión no había culminado, había quedado trunca.
Los tres representantes de la Intendencia, recién entonces, con cautela, abandonaron el recinto.
Cansados de tres horas en las que sobraron los epítetos y faltó (y sin aviso) la cordura, todos bajaron las escaleras. Hasta el otro carnaval.
“Mentiroso serial” le dijo Gabriela Gómez a Álvarez Petraglia; “muchachos, tienen que estudiar un poco, no pueden decir tanto disparate”, retrucó el director de la Intendencia. “Ahí está el Padrino” aseguró mirando hacia la barra Mauro Valiente aludiendo a la presencia del diputado Nicolás Olivera, a quien lo comparó con Vito Corleone. El aplauso de la bancada nacionalista hizo que Valiente volviera a la carga: “están locas las porristas”.
“El todólogo” fue otra de las denominaciones que recibió el actual titular de Servicios. “Patoteros”, volvió a la carga Álvarez Petraglia. Roberto Ciré quiso poner coto a tanto insulto más o menos velado y pidió la aplicación del artículo 71 del reglamento para que eso no figurara en el acta. Pero se equivocó, había querido decir el 77, lo que provocó la bulla del Partido Nacional.
Robert Pintos, el miembro interpelante apenas sí hizo dos preguntas, que repitió, porque dijo al final “nunca me las respondió”.

PRESENTARON PERITAJE QUE DESMIENTE EL QUE TIENE FISCALÍA

Federico Álvarez Petragllia desestimó el peritaje técnico que maneja Fiscalía en torno a las causas por las cuales un camión recolector perdió dos de sus ruedas traseras en plena marcha, lo mismo que diez tuercas de sujeción, y en su lugar presentó otro realizado por Gastón Bossio y Álvaro Lucero, dos experimentados especialistas de la Intendencia de Montevideo.
El informe indica que el procedimiento de mantenimiento de la flota “es simple pero prolijo”; y que “en algunos casos no cuentan con herramientas especiales” para tareas de reparación.
En lo que refiere al peritaje en sí mismo indican que las llantas “presentan una pequeña ovalicidad en sus orificios, perceptible a ojos entrenados. Estas deformaciones no son de una dimensión tal que se pueda afirmar que son compatibles con un proceso de funcionamiento de muchos kilómetros u horas con las ruedas flojas”. Esto es precisamente lo que indica el peritaje del Ministerio del Interior realizado a pedido de Fiscalía, antes de archivar el caso “sin perjuicio”, es decir dejando abierta la posibilidad de volver a considerarlo.
En las conclusiones determinan que “el estado de los elementos presenta un deterioro que considerando el peso y la velocidad del camión, circuló pocos metros con las tuercas flojas” y que “es muy difícil de explicar la ubicación de la rueda interior, al lado del camión, considerando que el vehículo circulaba a 32 kilómetros por hora”, dato este aportado por el sistema GPS con que cuenta el camión.

“HA MENTIDO SISTEMÁTICAMENTE”

El Partido Nacional emitió una declaración en minoría en la que indica que ante el llamado a sala para considerar el estado de la flota vehicular y la responsabilidad del Intendente Departamental al respecto, “el gobierno encabezado por el intendente Caraballo del Frente Amplio ha sido omiso en sus deberes porque ha puesto en peligro la vida de funcionarios municipales y población en general al circular con vehículos que no cuentan con mantenimiento alguno”.
Destacó que “esta bancada ha denunciado en reiteradas oportunidades esa situación y las autoridades han hecho oídos sordos”; que en “varias veces se ha querido ejercer el contralor correspondiente y el Ejecutivo no lo ha permitido, al no contestar pedidos de informes o acceder a una inspección pormenorizada en las instalaciones municipales”. Todo eso demuestra -según el Partido Nacional- “una vez más la irresponsabilidad del Intendente quien, a través de sus jerarcas, ha mentido sistemáticamente a la población dando una tranquilidad sobre el estado vehicular que claramente no es tal”.

UN FINAL DE VERGÜENZA

Una sesión que comenzó común y corriente -pues era sabido que se iban a insultar más que a tratar de exponer con coherencia sus posiciones- donde muchos ediles consultaban con frecuencia sus celulares, Carlos Balparda vio el partido Nacional-Fénix por su teléfono móvil y Julia Cánovas se leyó todo el suplemento “Gurises”. Pastorini se había cansado de “tanto circo”, como dijo, y abandonó la Presidencia, que dejó en manos de la primer vicepresidenta Raquel Medina durante alrededor de una hora.
Una sesión -también- que terminó de una manera indigna a la figura de ediles departamentales (Ricardo Ambroa antes ya había dicho que le daba vergüenza lo que estaban haciendo), que quedó trunca, sin resolución alguna, más allá que ya se sabía que las explicaciones del Departamento de Servicios -desde que una vez más Guillermo Caraballo se hizo representar- iban a ser consideradas suficientes y apropiadas y que el Partido Nacional iba a emitir una declaración en minoría. Debería realizarse otra sesión, breve quizás pero imprescindible, la del perdón; la del pedido de perdón a la ciudadanía de Paysandú.