Cuatro años de sanción para Nicolás Culela

El sanducero fue sancionado por positivo al EPO.

La Organización Nacional Antidopaje del Uruguay hizo oficial que el nadador sanducero Nicolás Culela dio adverso en un control antidopaje realizado el pasado 7 de febrero.
El deportista, múltiple campeón nacional en aguas abiertas, ganó días después de ese control la 10ª edición de la Maratón Villa Urquiza – Paraná, transformándose en el primer uruguayo en lograr el título. En aquella ocasión Culela se impuso en los 21 kilómetros ante campeones mundiales.
Ahora, oficialmente se dio a conocer a través de un comunicado que en la muestra del sanducero fue encontrada eritropoyetina – EPO (Grupo S2), una proteína que estimula la producción de glóbulos rojos y que es común en los dopajes de ciclistas, por lo que fue sancionado nada menos que por cuatro años.
Es decir que podrá competir recién el 6 de julio de 2023, dado que la sanción es retroactiva al 7 de febrero.
La información oficial no fue dada a conocer con anterioridad ya que, según dio a conocer El Observador, “quedó firme la semana pasada porque el atleta interpuso una apelación al fallo de primera instancia de la ONAU”, según contó Federico Perroni, asesor letrado de la Secretaría Nacional del Deporte e integrante del consejo directivo de la propia ONAU.
“El Tribunal de Apelaciones de la ONAU estudió el caso, los descargos del deportista y terminó ratificando el fallo”, agregó.
El pasado mes de julio Culela anunció en las redes sociales que no podría continuar compitiendo debido a una falla congénita en su corazón, dado que los médicos le aconsejaron dejar la competencia de alto rendimiento.
A través de Facebook, Culela hizo en los últimos días sus descargos ante las publicaciones, las que “me juzgan a través de manifestaciones que son inconclusas y no verídicas, poniendo en duda una enfermedad”.
El nadador reprocha que se publicó “una sola versión de los hechos sin darme la posibilidad a réplica”, y pidió se le diera “la oportunidad de conocer mi versión de los hechos”.
Ayer, el deportista explicó a EL TELEGRAFO “que son 100 hojas que hicimos de juicio, y tanto la ONAU como los diarios que publicaron la información, publicaron lo negativo, lo que me deja mal parado, y nada de mi defensa, de por qué esa sustancia ingresó a mi cuerpo”.
Y aclaró, además que “me encontraron esa sustancia en un entrenamiento, no en competencia”.
Culela dejó en claro que “soy el nadador más controlado de la historia: me hicieron 11 controles. Tenía que dar mi paradero entre las 6 de la mañana y las 22 horas para hacerme controles sorpresas, que fueron los últimos cuatro”.
El deportista remarcó que “estaba consumiendo inyectables de B19 con hierro y ácido fólico por la anemia y para estar más alto en los valores de hematrocrito y demás. Estaba consumiendo en Uruguay y me salían casi 6 mil pesos por semana, y siempre recalco que no era profesional en ese momento, tenía mi trabajo y demás. A través de una farmacia en Brasil esto salía mil pesos, con los mismos compuestos supuestamente porque son manufacturados ahí mismo. Y como era un suplemento que lo toma cualquier persona que entrena, la mandé hacer. El último control había sido en noviembre, y en febrero me hicieron este control. Lo único que había cambiado era que en enero había comenzado a tomar estos inyectables y pastillas de Brasil, que salían más baratos”.
La notificación sobre el positivo le llegó en abril, mientras competía en Buenos Aires. “Y decidí venirme en ese momento, un jueves a las 12 del mediodía, para afrontar los cargos”.
Culela explicó que “con mi vieja (Alicia de Lourdes Magnani, que es su representante legal) presentamos para que vayan a analizar ese laboratorio, cosa que no hizo la ONAU. Presentamos jurisprudencia de otro nadador al que le habían encontrado la misma sustancia pero en competencia, lo que se agrava, y le dieron solo dos años. Se me presionó mucho para que dijera de dónde venía esa sustancia. Me hicieron hasta estudios genéticos, a través de los cuales me encontraron el tema congénito en el corazón, que en definitiva saltó por este control, así que no hay mal que por bien no venga”.
Según el sanducero, “la sanción supuestamente iba a ser menor. A mi madre la maltrataron como abogada y mujer, porque le dijeron que estaba todo excelente, que las causas presentadas estaban muy bien redactadas, algo que afecta a mi defensa porque mamá hace 30 años que ejerce”.
Y quiso aclarar, además, que “no abrí la muestra B porque es la misma orina. Y para poder abrirla necesitás pagar 800 euros e ir con tu representante a Madrid, con todos los gastos que implica. Además hay otra instancia que es el Tribunal Arbitral Superior, en Suiza, pero tenés que pagar traductor, llevar abogado, pagar mil francos suizos, y obviamente no tengo la capacidad económica que se necesita”.