Hoy concluye la residencia internacional de dramaturgia en las termas de Almirón

Desde el pasado lunes quince dramaturgos, seleccionados entre más de 70 postulantes, participan de la “Residencia internacional para dramaturgias emergentes”, la tercera experiencia en este formato que se desarrolla a instancias de la Intendencia Departamental. En este caso la residencia se lleva a cabo bajo la tutoría del dramaturgo, director de teatro y actor Gabriel Calderón.
Los participantes proceden de Perú, Chile, México, Colombia, Argentina, Brasil y Uruguay y para Calderón esta diversidad, lejos de ser un obstáculo, es un elemento enriquecedor de esta residencia, “lo vuelve más complejo pero más rico, hay que trabajar con mayor intensidad, con mayor atención, hay que comprender más a los otros, porque no solo tienen mudos poéticos distintos sino que además vienen de países y culturas distintas, pero todo eso enriquece, o por lo menos tenemos la expectativa de que enriquezca”.
El trabajo que planteó el referente a los participantes es llegar a escribir una escena potente, “estamos entrenando el diálogo. El diálogo es una de las características más llamativas del teatro, lejos de poetizar o de narrar –que también lo hace el teatro–, una de sus cualidades es dialogar. Entonces hay una tradición del diálogo en el teatro y acá la estamos entrenando a través de escenas”.
En estas escenas buscan desarrollar tres distintos tipos de diálogo, “los tres difíciles: un diálogo imposible, por ejemplo que alguien converse con una persona que se murió, o que dos personas conversen cuando vivieron en siglos distintos, o tenemos una escena de una persona conversando con un fósil. Después está el diálogo impertinente, aquel diálogo que está bien que se realice, pero no en este tiempo, no es pertinente, digamos. Y después tenemos el diálogo inconveniente, que es el diálogo aquel que a uno o a los dos integrantes de la conversación no les conviene que suceda”.

REFERENTE

Varios de los consultados por EL TELEGRAFO coincidieron en que una de las razones por las cuales decidieron postular y venir a la residencia fue justamente trabajar con Calderón, algo que atribuye a que han seguido en contacto después de participar en los talleres que ha ofrecido en distintos países de Latinoamérica. “Hay algo natural ahí de las redes, que después que voy a un lugar quedan conectados por Facebook y después todo lo que hago o anuncio se enteran”, señaló.
De todos modos considera que “es una responsabilidad que si hicieron un gran esfuerzo ahora no pueden venir solo a descansar y a estar en la piscina, ellos están esperando una retribución académica, intelectual, de su experiencia”. Agregó que el arte “no es una ciencia exacta, es una ciencia en continuo movimiento, que uno tiene que estar inventando todo el tiempo. Yo escribo una obra y la siguiente obra tengo que inventarla de nuevo. No es que ahora yo sé un método que me sirve para sacarlas como chorizo. No. Cada obra la tengo que volver a hacer, la tengo que buscar, y por ende el entrenamiento de la comprensión de lo que hacemos, aunque esto se nos escape todo el tiempo, mantiene un músculo sano, que es el músculo creativo”.

REALIDADES

En los trabajos que se están produciendo es inevitable que afloren sentimientos que reflejan el difícil momento que se vive en el continente y del cual a veces Uruguay parece aislado.
“El teatro siempre expresa en un contexto, pero cuando el contexto cambia el teatro no expresa lo mismo; el artista no se expresa igual en una dictadura o en una democracia, en una democracia plena o en un país con problemas económicos, si afuera los carabineros están matando estudiantes, el artista es muy sensible a ello”, planteó Calderón. “Entonces cosas que parecen incorrectas acá, por ejemplo estando en las termas tranquilo, sin ver ningún policía, parecen muy pertinentes en Santiago de Chile, donde estudiantes están perdiendo sus ojos en manos de policías que les tiran a la cara gases lacrimógenos”, prosiguió.

AGITADO

Nicolás Lange es chileno, de Santiago, ciudad que ha estado en el centro de las miradas del mundo desde que se produjo un inesperado estallido social duramente repelido por las fuerzas del gobierno. Como decía Calderón esto se nota. “Vine con la expectativa de tener tiempo, y es lo que he tenido, y creo que las Termas son geniales. Es un lugar muy lindo para escribir, incluso es tan relajante que a veces cuesta escribir, pero es muy, muy bueno. Rescato las conversaciones; uno va conociendo la gente de distintos países, la necesidad de hablar de los procesos de ‘derechización’ que hay en todos nuestros países y cuál es el rol de la dramaturgia, el teatro actualmente, cómo podemos generar cambios y movimientos sociales a partir de la escritura”, señaló.
“Es un momento muy fermental que vive Chile, muy inesperado para nosotros. Es extraño igual, porque en Chile está explotando mi país y yo estoy escribiendo, pero al mismo tiempo sí o sí nunca hay que parar de hacer arte y hallar espacios de resistencia, de sensibilidad y de otros tipos de entendimiento”.

MIRADAS

Ricardo España y José Félix Londoño llegaron de Medellín, Colombia. Ambos forman parte en su país de un ambicioso proyecto de formación, en el marco del cual trabajaron junto a Gabriel Calderón y siguiendo sus redes fue que se enteraron de esta residencia, a la que no dudaron en aplicar.
“Son 8 días de estar como pensándose, no solo sujetos a lo del taller sino que hay como un espacio para uno también escribir, replantearse y mirar desde afuera su país, su proyecto”, indicó España.
Carla Valdivia, de Lima, Perú, se ha maravillado con la convivencia. “Ha sido espectacular poder escuchar a los otros, desde cómo hablan, cómo es vivir en su país, poder preguntarles qué autores han leído, qué música escuchan, todo eso nos da como más oportunidades a nosotros de tener más herramientas”, aseguró.
También Londoño celebró el encuentro. “Ha sido muy chévere, una cosa muy bonita intercambiar expresiones, intercambiar dialectos, costumbres, cosas; creo que es una gran oportunidad para vernos, conocernos”.
A Uruguay no lo conocía ninguno de los tres y la diferencia con sus paisajes habituales ha sido uno de los comentarios, al igual que la cantidad de vacas.
Es una experiencia diferentes la de Joao Santos, quien llegó desde Belo Horizonte, Minas Gerais, Brasil, para quien se suma al menú el factor idiomático.
“Acá siempre pienso que no los termino de comprender, me avergüenzo un poco cuando me toca leer algunos textos, porque siento que no me entienden, pero es muy bueno estar acá y hablar, aunque no comprenda todo; estar no solo con Gabriel sino también con grandes dramaturgos, grandes artistas. Justo ayer comenté que Nicolás es tan inteligente que me quedé espantado”, bromea.
Además de estar hace 10 años en el ámbito del teatro es periodista, y también se sorprendió por la orografía sanducera. “Vengo de una región muy montañosa y acá es una gran planicie. Acá miro y solo veo el cielo, muy grande y azul y mi cabeza se va loca”, sonrió.