Policías sanduceros ayudaron a nacer un bebé en su casa, en parto muy delicado

Ante la negativa de las emergencias privadas a enviar ambulancia, ya que es un área que no les compete –al tratarse de una finca particular–, efectivos de la Brigada de Tránsito y el Grupo de Respuesta Táctica oficiaron de parteros y ayudaron a nacer a un pequeño en la noche de la víspera. Benicio Gael Curbelo Morales pesó 2,530 kilos y se encuentra en perfecto estado de salud.
Datos recabados por EL TELEGRAFO permitieron saber que próximo a las 20.30 dieron aviso al 911 que una señora había roto bolsa y estaba por dar a luz, en su finca de Batalla de las Piedras entre Grito de Asencio y Solano García, en momentos en que se abatía una intensa tormenta.
Al lugar concurrió un móvil oficial del URP, cedido en comisión a la Brigada de Tránsito ya que, debido a las inclemencias del tiempo, les era imposible conducirse las motos habituales. En el rodado iban el suboficial mayor Rodolfo Belotti y el agente Carlos Daniel Cáceres.
Al notar que el trabajo de parto estaba adelantado y las condiciones no eran las propicias, pidieron al Centro de Comando Unificado Departamental que reiteraran el pedido de una ambulancia, principalmente con un médico a bordo. El pequeño estaba con una piernita afuera del cuerpo de su madre, Natalia Morales (31), es decir que la maniobra para ayudarlo a nacer no sería nada fácil, ya que generalmente ante este tipo de partos se requiere de al menos una intervención médica.
La respuesta desde la mesa central de operaciones, donde hicieron todas las tratativas posibles, fue que Siet y Ucem no concurrían ya que solo están habilitados para hacerlo cuando se trata de “clave 1”, es decir accidentes de tránsito en la vía pública, y la ambulancia de ASSE estaba cumpliendo con un traslado en el barrio Curupí, por lo que llegaría con demora. La preocupación de los policías era que el trabajo de parto era muy arriesgado y no contaban con elementos, más que sus conocimientos, para afrontar la situación. Por su parte, ante la reiterada negativa de las ambulancias, tuvieron que hacerse cargo.

UNA SITUACIÓN DIFÍCIL

Ante el cuadro que se les presentaba, Belotti entendió que no quedaba otra solución que ayudar a nacer a la criatura. Le pidió a su compañero Cáceres que sacara los guantes del patrullero, mientras trataba de calmar a la mamá, ya que trasladarlos en esas condiciones era imposible, confió una fuente a EL TELEGRAFO.
Con esfuerzo, lograron sacar la otra piernita del bebé y parte del tronco, pero cuando iba a salir la cabeza quedó trancado. En ese momento la mamá quedó sin fuerzas, a raíz del trabajo de parto que había realizado. Le pidieron que hiciera el último esfuerzo, que no faltaba casi nada. La cabo Nadia Rivero, del Grupo de Respuesta Táctica, tuvo un rol importante ya que colocó sus manos sobre el abdomen de la mujer para ayudarla y tras un último pujo, el bebé nació.
Los uniformados lo envolvieron en una toalla, sin cortarle el cordón umbilical, y lo recostaron sobre el pecho de la mamá. En tanto, como no podían trasladarlos en el móvil con celdario, se utilizó la camioneta del GRT, a cargo del cabo Pablo Martínez y con la conducción del cabo Andrés Di Santi, junto al papá del bebé, Walter Sebastián Curbelo, de 31 años.
Al arribar al servicio de urgencias del hospital Escuela del Litoral, se completó el parto con el corte del cordón umbilical y demás cuidados. Benicio pesó 2,530 kilos y nació en la semana 36 y cinco días. Asimismo, la médica a cargo felicitó a los policías, ya que se trataba de un parto en presentación podálica (de nalgas) que es dificultosa, sin las herramientas necesarias. El pequeño fue trasladado a neonatología ya que se enfrió, pero no presentó ningún problema de salud.
En contacto con EL TELEGRAFO, el novel papá de Benicio Gael contó que esa mañana habían ido al servicio de urgencias del Hospital, de donde Natalia es enfermera, porque estaba con contracciones. “La revisaron pero todo estaba bien. Así que volvimos para casa y ahí quedó recostada.
Me fui a trabajar (es mozo en una pizzería) cuando me llamaron para avisarme que había roto bolsa. Salí de apuro para la casa de mis suegros, que es donde ella estaba, y a los minutos llegó la Policía, que se hizo cargo de todo. Gracias a ellos, Benicio (el tercer varón de la pareja, hermano de Tadeo y Lautaro) pudo nacer sin problemas. Les estamos muy agradecidos porque no fue algo fácil y estábamos todos nerviosos”, dijo Walter Curbelo.