A estar alertas

Un nuevo coronavirus surgido en China podría mutar y propagarse a nivel mundial. Por lo tanto, no estaría nada mal que las autoridades de la salud del país comiencen a tomar cartas en el asunto y a estar preparados para un eventual arribo de este brote. Informarse, pedir información y asesoramiento, pedir estudios, preparar una contingencia, estar alertas.
Según las noticias que llegan, las autoridades de la provincia china de Hubei, donde se originó el nuevo coronavirus de la neumonía de Wuhan, elevaron ayer a 17 el número de muertos por esta enfermedad que, según la Comisión Nacional de Sanidad, podría mutar y propagarse. El número de casos confirmados en esa región se eleva hasta ahora a 444. Todos números que podrían aumentar, si ya no lo hicieron, con el paso de las horas y los días.
El viceministro de esa Comisión, Li Bin, ha brindado una pauta sobre lo que podría ocasionar este virus más allá de las fronteras chinas. “Aunque todavía falta por entender por completo la vía de transmisión del virus, existe la posibilidad de que mute y el riesgo de una mayor propagación”, indicó. Li admitió esa posibilidad y mostró su preocupación por el masivo movimiento de viajeros que traen aparejadas las vacaciones del Año Nuevo chino, que arrancan mañana, pero no se dejó llevar por el alarmismo e hizo hincapié en las medidas de prevención y fiscalización que Pekín ha puesto en marcha.
Ya se aplican –y son datos para anotar– control de temperatura a los viajeros en puertos, aeropuertos y estaciones de ómnibus y tren, seguimiento a quienes padecen los síntomas (fiebre, fatiga, tos seca, disnea) o designación de hospitales específicos para el tratamiento de los pacientes y el aislamiento de éstos, entre ellas. Así como evitar las aglomeraciones, ya que las autoridades sanitarias chinas han comprobado que también se contagia entre humanos, una transmisión que, creen, se produce principalmente por las vías respiratorias.
Y aunque no se ha logrado dar con el origen exacto del virus, todas las hipótesis apuntan a un mercado de marisco y pescado de la ciudad de Wuhan –hogar de unos 11 millones de personas–, por lo que se ha prohibido la venta de animales vivos en la ciudad. El virus está presente ya en al menos 13 provincias chinas, además de las regiones administrativas especiales de Hong Kong y Macao.
En el extranjero, por el momento se han detectado al menos 4 casos en Tailandia, y uno en Japón, Corea del Sur, Taiwán y Estados Unidos, y son muchos los países que llevan días controlando a los pasajeros procedentes de China para minimizar los riesgos de contagio. En este contexto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) convocó a una reunión de expertos para determinar si el actual brote por coronavirus en China constituye una emergencia internacional. Esta organización solo ha utilizado esa denominación un puñado de veces, como en el caso del virus H1N1, o fiebre porcina (2009); la epidemia del virus del Ébola (2014-2016) o el virus del Zika (2016).
Muchas veces se ha dicho que las pandemias pueden ser más letales que el terrorismo, y la historia así lo ha demostrado con diferentes enfermedades que en su momento no han tenido cura y que son muy contagiosas. Hace unos pocos años fue el ébola, en su momento la viruela que dejó por el camino a más de 300 millones de seres humanos. El sarampión mató a unas 200 millones de personas, la gripe española entre 50 y 100 millones, la peste negra 75 millones, el virus de VIH, tan actual, lleva 25 millones de muertos a nivel mundial.
De China también salió la famosa gripe aviar que dejó su marca en ese país y en otros vecinos y no tan vecinos. Las inquietudes relacionadas con las pandemias aumentaron considerablemente con la propagación de ese virus de la influenza aviar (H5N1) en 1997, en animales de Asia, África, Oriente Medio y Europa, lo representa una amenaza para la salud humana. En 2009 se produjo una pandemia a partir de un nuevo virus de la influenza llamado H1N1. Este virus se propagó de persona a persona a escala mundial.
Con el crecimiento del gigante asiático, y las posibilidades que tiene su gente para viajar y moverse, la incidencia global de una enfermedad surgida allí se ha incrementado exponencialmente. En tiempo de vacaciones, muchas naciones podrían recibir millones de turistas chinos, y con ellos claro está, este virus del que tanto se habla por estos días podría introducirse.
Por esta razón, hay que mantenerse alerta y expectante, procurando estar bien informados y preparados, para que llegado el caso se tomen los recaudos necesarios. En Tailandia las autoridades han decretado controles de temperatura corporal obligatorios para los pasajeros procedentes de zonas de alto riesgo de China.
Medidas similares han tomado los gobiernos de Hong Kong, donde murieron centenares de personas durante la epidemia de SRAS entre 2002 y 2003, y Estados Unidos, que está controlando a los pasajeros provenientes de Wuhan. Taiwán ha emitido una alerta para los pasajeros que viajen hacia o desde la provincia china donde se encuentra el foco del problema. Vietnam ha reforzado los controles terrestres con su vecino chino. Todas decisiones a tener en cuenta por si acaso.