Como Superman, pero mortal

Las rutas principales en nuestro país están en un estado de aceptable a muy bueno, según cual sea y el tramo en cuestión. En los últimos años además de atender el pavimento, que ciertamente llegó a estar en estado calamitoso en buena parte de la ruta 3, o en la 26 entre Paysandú y Tacuarembó, también se ha buscado mejorar la seguridad por el lado de quitar los árboles cercanos al trazado, para evitar que en caso de despiste un vehículo impacte contra alguno de éstos.
También se ha mejorado muchísimo en la seguridad activa y pasiva de los vehículos, que ahora por disposición de la nueva Ley de Tránsito cuentan con sistemas de frenado antibloqueo de última generación y bolsas de aire (airbags) para casos de siniestros. Asimismo, se estableció la obligatoriedad del uso de cinturones de seguridad y de circular con luces cortas encendidas durante el día. En las motos, el uso del casco y las luces encendidas también está en la norma.
En fin: la nueva Ley de Tránsito fue pensada con visión de Primer Mundo; sin embargo y a pesar de que se logró reducir en algo la siniestralidad, Uruguay tiene una muy alta mortalidad por siniestros de tránsito comparado con países que en las leyes hasta pueden ser menos “avanzadas” que las nuestras, impulsadas por la Unasev.
¿A qué se debe esto? Pues vaya este ejemplo que nos aporta un lector. Las imágenes fueron registradas el pasado sábado 11 de enero, sobre las 19.56 hs a la altura del kilómetro 201 de ruta 3.
A unos 20 kilómetros al norte de Trinidad, en el departamento de Flores, un temerario motociclista en equilibrio precario se acuesta de vientre sobre el asiento de su moto para reducir la resistencia al viento y así alcanzar la máxima velocidad posible. Como se aprecia en el video (ver QR en la foto) a duras penas logra adelantar algunos vehículos que viajan a velocidad constante, e incluso sobre el final se aprecia que se acerca un automóvil de frente y la moto aún no terminó de superar al vehículo que iba adelante, ya pasando sobre la línea amarilla que inhabilita adelantamientos.
El motociclista además viste ropa liviana, un short y bermuda, y ni siquiera va calzado, de forma que si llegase a caer nada lo protegería de serias lesiones por fricción, cuando menos.
Este tipo de imprudencias no son tan raras de ver en nuestro país, ya sea a los jóvenes “haciendo el Superman” en moto, adelantamientos incorrectos, excesos de velocidad, distracciones con el celular, etcétera. Más de la mitad de los siniestros fatales tienen como víctimas a motociclistas. Pero por más primermundistas que sean las leyes, la siniestralidad va a distar mucho de los niveles de los países desarrollados si no logramos primero desarrollar conciencia.

YouTube player