Dos visiones de un mismo escenario

En oportunidad de desarrollarse en las últimas horas la Convención Departamental del Frente Amplio en Cerro Largo, que proclamó al canciller Rodolfo Nin Novoa como candidato único para las elecciones departamentales de mayo por el Frente Amplio, el secretario de Estado destacó en su discurso la figura del presidente Tabaré Vázquez y su gestión.
Expresó que “yo con Tabaré tengo una deuda de gratitud que la llevaré por toda la vida y desde el primero de marzo hasta este mes hizo un gobierno formidable”, para acotar que “ha sido el mejor presidente durante los últimos 50 años en Uruguay, ha dejado el país en una situación absolutamente favorable, con grandes expectativas de progreso”.
También dirigió sus dardos hacia la oposición, al manifestar que “tanto han hablado que van a cambiar y resulta que ahora en la transición, quiero contarlo, parece que no van a cambiar tanto”.
Por supuesto no puede extrañar que un integrante del Poder ejecutivo, en este caso del gobierno saliente, se dedique a destacar la figura de su líder y jefe del gobierno que integra, lo que indica que estas reflexiones deben tomarse como de quien vienen y que no han sido compartidas, además, por la mayoría de los uruguayos que en el último acto eleccionario se inclinó por el cambio, más allá de las “bondades” indiscutibles a que refiere el canciller, desde su punto de vista.
Sí debe recordarse que Vázquez encontró un país en una situación en franco deterioro como consecuencia de la desprolija gestión –por decir lo menos– del expresidente José Mujica, cuando además ya estaba culminando la década de bonanza por los excepcionales precios de los commodities y cuando por lo tanto comenzaron a menguar los recursos con los que “se había floreado” en la primera administración de gobierno.
No es de extrañar que cuando hubo que administrar un país con menos ingresos por los productos primarios de exportación, y que no se generaron las inversiones que nos hubieran más o menos mantenido a flote la economía, el mandato de Vázquez terminó con un déficit fiscal de casi un 5 por ciento del PBI y en una situación general de deterioro de la economía.
Y si para muestra basta un botón, tenemos que los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) indican que el ingreso medio de los hogares uruguayos aumentó 5,7% en diciembre de 2019 frente a igual mes del año pasado. Esto estuvo por debajo de la inflación acumulada a diciembre, por lo que descontado ese efecto, el poder de compra de los hogares uruguayos cayó 3,09% en diciembre de 2019 frente al mismo mes de 2018.
Considera que en 2019 se dieron dos factores que explican la pérdida del poder de compra de los hogares. Por un lado, hubo una caída en el empleo y por otro, también hubo una baja –por primera vez en 15 años– de los salarios reales (descontado el efecto de la inflación).
Según los datos divulgados por el instituto, el ingreso medio de los hogares para el total del país a valores corrientes, sin aguinaldo y sin valor locativo alcanzó a $65.034 en diciembre de 2019. En tanto, el ingreso medio per cápita fue de $ 23.178.
En el cuarto trimestre de 2019, la estimación puntual del ingreso medio de los hogares a valores corrientes (sin aguinaldo y sin valor locativo) para el total país se estimó en $ 64.881. En Montevideo ese valor alcanza a $77.911 y en el Interior a $55.833. Mientras, el ingreso medio per cápita del cuarto trimestre se estimó en $23.025. En Montevideo fue de $28.839 y en el Interior fue de $19.263.
Paralelamente, un informe de la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU), da cuenta que la utilización de la capacidad instalada de la industria está en niveles históricamente reducidos y las empresas del sector producen un tercio por debajo de la capacidad plena.
Consigna la gremial que la utilización de la capacidad instalada en la industria uruguaya se mantuvo en 64% en el tercer trimestre de 2019 (el mismo guarismo que en igual período de 2018), según el Indicador de Utilización de la Capacidad Instalada en la Industria que divulgó la Cámara.
El uso de la capacidad instalada se mantiene “en valores históricamente reducidos”, indicó el informe, en tanto ordenando a las empresas según su valor de ventas, “en el tercer trimestre del año, surge que el promedio de utilización de la capacidad instalada para las empresas más grandes y para las pequeñas fue del 64%. En la comparación con igual trimestre del año anterior, en promedio, las empresas pequeñas y medianas disminuyeron el nivel de utilización de la capacidad instalada (un punto porcentual), mientras que para las grandes empresas el indicador aumentó un punto”, explicó.
En cuanto a las causas de esta situación, de acuerdo al informe, “el principal impedimento que destacaron los empresarios para no aprovechar la capacidad potencial fue ‘aspectos vinculados a la competitividad en el mercado externo’, siendo uno de los motivos más importantes declarados por las empresas de la agrupación Alimentos, Bebidas y Tabaco, y Químicos y Plásticos”.
En segundo lugar, se ubicaron los aspectos vinculados a la competitividad en el mercado interno, como motivo declarado principalmente por las empresas pertenecientes a las agrupaciones Alimentos, Bebidas y Tabaco, Químicos y Plásticos, Textil, Vestimenta y Cuero y Productos metálicos, Maquinaria y Equipo.
En este panorama esquematizado en números, además de tenerse un indicativo claro de las serias dificultades que padece la economía uruguaya, surge en toda su magnitud el legado de ribetes de presente griego para el gobierno que asumirá el 1º de marzo. Evidentemente los problemas de falta de empleo, conjugado con caída del salario real, problemas en la industria y empresas en general, la caída de la competitividad, condicionarán de entrada al nuevo gobierno, que cuenta con escaso margen de maniobra debido a la gran diferencia entre ingresos y gastos, que lejos de reducirse criteriosamente durante la Administración Vázquez, se ha acrecentado.
Es decir, un panorama muy complicado y muy lejos de la situación “absolutamente favorable” que muy suelto de cuerpo ha presentado el canciller Nin Novoa, quien parece tener una visión distorsionada de las cosas, lo que explica la errática postura que ha tenido Uruguay en el relacionamiento internacional.