El grupo impulsor de la construcción de una barrera –o “polder” según el sistema holandés– que evite las inundaciones en la zona portuaria, está desconforme con la solución que presentó la Facultad de Ingeniería por encargo de la Intendencia y la CTM de Salto Grande, y propondrá algo “más ingenioso” y más barato, según dijo a EL TELEGRAFO Abner Prada.
En 2017 un grupo de sanduceros –que venía pensando en esto desde 2006– propuso que la zona entre calle Washington y el puente Independencia sobre el Sacra, sea rodeada por una muralla que impida el ingreso del agua al menos hasta la cota 11, pero que mantenga comunicación con la ciudad mediante portones herméticos.
Para esta idea, toman como ejemplo la “defensa” que se construyó en Concepción del Uruguay y que protege buena parte de la ciudad de los efectos de las crecidas. La propuesta fue hecha pública por medio del diario por el grupo integrado por Abner Prada, los ingenieros Álvaro Gastelú y Felipe Lucas, José Luis Pinna, Rodolfo Montauban, Juan José Porro, Rosario González y Rosa Aguinaga, entre otros.
Una vez en conocimiento del nuevo proyecto, Prada afirmó que “hubo tiempo para encontrarnos los que estamos promoviendo esta solución para la zona portuaria como para hacer un estudio interesante. El trabajo de la Facultad de Ingeniería me merece el mayor de los respetos, pero me parece que se hizo un trabajo apresurado, con poco pensamiento y creatividad como para solucionar el problema. Y en ningún momento hablaron con nosotros”. Dijo que “si queremos atajar la crecida del río podemos poner una barrera de cinco metros de altura por toda la costa, sin discriminar los lugares, las posibilidades son muchas”. Aclaró que “el estudio de riesgo que hicieron no lo voy a discutir”, pero entiende que la propuesta de los ingenieros “es excesiva, porque es como hacer toda una barrera por el borde del río desde el arroyo Sacra hasta La Curtiembre con una cota 12”.
“Se proponen ocho kilómetros de longitud con ocho centrales de bombeo, sin consultar arquitectos ni paisajistas, y creemos que es una solución hidráulica, pero pasan por adelante del Yacht Club, el Club de Pescadores, una cosa rara. En Concordia (Argentina) hay seis kilómetros de muro de contención y una sola estación de bombeo”. Recordó que “nosotros habíamos propuesto una primera etapa desde Entre Ríos y Washington con altura cero hasta una altura máxima de 4,5 metros atrás del Club Remeros, en cota 10, pero se puede hacer con menos altura y sin impactar tanto el paisaje y la ciudad”.
Ante esta presentación y consultado sobre qué proponen, dijo que “ahora nada, nos quedamos perplejos y estamos pensando, porque la otra posibilidad es reubicar a la gente, pero es la que tiene mayor riesgo de todas, porque creo que no tendría sustentabilidad en el tiempo, y otra gente va a volver a la costa, y nadie lo va a poder impedir”. No obstante, y ante la ley de Ordenamiento territorial que habilita a la Intendencia a prohibir las edificaciones en esos espacios en caso de ser desalojados, dijo que “desconfío de eso, es mi opinión”.
LOS PASOS A SEGUIR
Consultado si van a hacer un nuevo estudio de las posibles soluciones, dijo que “no, porque ya está hecho. Lo paramos para esperar lo que presentaban ellos. Pero lo que queremos decir es que estamos en desacuerdo con este estudio, porque no hay necesidad de cerrar todo”. Dijo que “ahora sí vamos a presentar el nuestro con cifras, montos, costos y sistemas más ingeniosos, como hicieron en Concepción del Uruguay, como hicieron en el puerto con muros de hormigón y compuertas”.
El grupo “polder” sostiene que “es necesario preservar esa zona de la ciudad. Paysandú no puede darse el lujo, independientemente de la gente que vive allí, se tiene que hacer un proyecto integrado turístico y de desarrollo real donde los inversores puedan invertir sin problemas de inundación. Pero primero hay que decirle al inversor que ese lugar no se inunda más”.
