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OTRO DIRIGENTE FRENTEAMPLISTA, INCENDIARIO
El diputado e integrante del Partido por la Victoria del Pueblo (PVP), Luis Puig, según ha trascendido, fue entrevistado por un medio radial adicto al FA, demostrando estar muy preocupado porque el Frente Amplio gane especialmente la elección en Montevideo y además en Canelones, Paysandú, Salto, Río Negro y Rocha. E insinuó los pasos a dar por el FA para vencer a la Coalición que se les opone. Y entre otras cosas prometió sus esfuerzos y preocupaciones por mejorar la calidad de vida de los habitantes de Montevideo y del país.
Esto sí que merece un Premio Nobel a la hipocresía. Después de 30 años en el gobierno de Montevideo y 15 en el gobierno nacional con mayorías absolutas en todos los ámbitos, ofrecer como programa de gobierno, mejorar la vida de los habitantes, es tener “un rostro de piedra”. A los habitantes del país, los han exprimido con impuestos, los someten a “vivir con miedo” y los estafan haciéndoles creer que les educan los hijos, cuando en realidad les dan una enseñanza pública pésima que los limita para obtener un buen futuro laboral. Se salvan en parte de esto, los del círculo del “amiguismo”. Los protegidos del régimen frenteamplista que reciben prebendas pagas por todos nosotros, “los giles de siempre”, que han trabajado o trabajan de sol a sol toda la vida.
La hipocresía tiene como herramienta, la mentira.
Y en esto tampoco se quedó atrás el diputado. Llegó a decir que las políticas municipales van a “tener que cubrir ausencias de políticas del gobierno nacional próximo, como ocurrió con la primera intendencia de Tabaré Vázquez cuando desde Montevideo hubo que suplirse desde el punto de vista de la alimentación de muchos sectores de la población, también en salud y demás, y eso también va a estar planteado en este período”.
El diputado seguramente sabe que el propio Tabaré Vázquez elogió el gobierno del Partido Nacional 1990-1995 llevado adelante por el Dr. Luis Alberto Lacalle, cuando él era intendente de Montevideo. Y debería recordar que en el Palacio Estevez, vieja sede del Poder Ejecutivo, funcionó en ese quinquenio, una oficina a cargo de mi viejo amigo Germán Arias, hoy fallecido, que atendía pura y exclusivamente las requisitorias de todas las intendencias, incluida Montevideo. A cada uno se le asistía desde las arcas del gobierno central, en forma justa y proporcional a los impuestos que recaudaba.
Además de mentir, hace futurología, afirmando que el Frente Amplio tiene que ganar Montevideo, para suplir la falta de apoyo que él supone va a dar Lacalle Pou a una capital gobernada por el FA.
Y fiel al sentimiento tan arraigado en la mayoría de los dirigentes frentistas de odio y rencor, llama a que “a partir del 1° de marzo hay que organizar la resistencia”.
O sea, nada de colaborar para que a la gente y al país les pueda ir bien, en un ambiente de concordia. La cuestión es resistir. Ir siempre por la negativa. Parecido a aquello de: “no sé de qué se trata, pero estoy en contra”.
El Frente Amplio opera igual en todo el país. Pero, como “la Caridad empieza por casa”, me interesa que los vecinos de Paysandú no voten al Frente Amplio. Y tampoco en Montevideo ni el resto del país.
El 24 de noviembre la ciudadanía optó por el cambio. No hay que dar crédito a “los cantos de sirenas” con que ahora, después de tantos años de hacer las cosas mal, nos vienen a querer engatusar los dirigentes frenteamplistas. Tan mal hicieron las cosas, que llegaron al colmo de ni siquiera saber cómo preservar la calidad del agua del río Santa Lucía, del cual se abastece nada más ni nada menos que de agua potable su principal reducto electoral: la propia Montevideo y Canelones. Reducto del cual parece que ahora se acordaron y le piden al nuevo gobierno de Lacalle Pou, que les haga lo que ni los presidentes Vázquez y Mujica, ni los intendentes de esos departamentos, Daniel Martínez y Yamandú Orsi, supieron hacer.
Todos los altos dirigentes de la Coalición tienen la responsabilidad de ofrecer lo mejor de sí para mantener la unidad y la calidad en la propuesta, poniendo las prioridades en sus propias propuestas de gobierno acordadas. También son responsables de elegir para la ejecución de las mismas, a los mejores para que las lleven adelante. Lo que sería inesperado, indeseable de insólito, es que las expectativas en el cumplimiento de lo prometido a quienes los votamos, se posterguen, para hacer “los pedidos de campaña”, de última hora, con que el presidente Vázquez, quiere cargarle en la mochila a Lacalle Pou. Que son las cosas que a él y todo su Frente Amplio no le dio la capacidad y voluntad para ejecutar. La gente lo que espera, es el cambio.
Ing. Ramón Appratto Lorenzo