“Animales que necesitan comer menos para producir más, es el paso adelante en la investigación del INIA”

Los avances en la investigación de la raza Merino Australiano, se observaron en el Día del Merino en Paysandú.

En la Unidad Experimental “La Magnolia” del INIA Tacuarembó, el ingeniero agrónomo Ignacio De Barbieri y todo un equipo, continúan trabajando en aspectos de la investigación ovina, “procurando dar a conocer que hay animales que necesitan comer menos para producir más”, adelantó a EL TELEGRAFO el ingeniero agrónomo Fabio Montossi.
El director del programa de Carne y Lana del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), que participó el pasado viernes de la 19ª jornada del Día del Merino en el predio de la Exposición Feria de Paysandú, sostuvo que “estamos en una situación ideal, ya que tenemos un producto que permite tomar decisiones a los que quieran adoptarlas, distintas unos de otros, que le permite al que quiera ir hacia una orientación o hacia otra tenga la genética para hacerlo”.
Entiende que las herramientas tecnológicas para tomar las decisiones económicas “y para decir en donde me gustaría estar dentro de 10 años, hoy están. Hay algunos elementos nuevos que le estamos agregando, por eso la investigación tiene que ir adelante”, dijo.
“No en mucho tiempo, uno podrá elegir el carnero por la cantidad de consumo de pasto que tenga, y la capacidad de producir lana o carne, y es un día a la noche desde el punto de vista de sistemas de producción. Porque 50 o 60% del costo de producir, es la alimentación”, subrayó.
Además, explicó que “pensando en ese consumidor que está buscando algo distinto, también se tiene en cuenta los temas ambientales, y lo concerniente al cambio climático. Se procura estudiar la contribución de los animales al cambio climático a través del metano”. Y aclaró que “aquellos animales que son más eficientes en convertir el alimento en producto, también producen menos gases de efecto invernadero”.
Para Montossi “queda también un espacio muy interesante, de agregarle valor al producto, en el arreglo de los negocios que se vienen para adelante a través de la certificación de sistemas de producción sostenibles, de la manera que se produce esa lana, y Uruguay está en un lugar privilegiado para hacer eso: no tenemos nieve ni desierto, no tenemos siniestros volcánicos. Aspectos que nos dan un valor diferencial, que hay que capitalizarlo, pero hay que envasar ese producto, certificarlo y que tenga una base científica robusta”.

CON LOS PRODUCTORES

Fabio Montossi manifestó que “el Día del Merino fue hecho con los productores, y no solo en la participación, sino también entrar en el proceso de toma de decisiones, y hace 20 años que las vienen llevando a cabo”.
Expresó que los investigadores “estamos inmersos en la realidad productiva, pero también entendiendo el negocio. Además, involucramos a la industria textil lanera en este proceso, y el quinto y no menor, era mirar hacia adelante, el tipo de prenda o fibra que teníamos que tener para los consumidores del mañana”.
Para Montossi, toda esta investigación no tiene techo. “Cuando se ve el rodar del tiempo, se ve algo muy interesante. El tipo de consumidor de esa fibra es cada vez más sofisticado, pero está dispuesto a pagar cada vez más por esa sofistificación y quiere diferenciarse del resto de los consumidores”.
“Por ejemplo, porque ese animal que generó esa lana que finalmente fue procesada por un topista y que termina con un tejedor en Italia o cualquier lugar del mundo, tuvieron en consideración una cantidad de aspectos”. Por ejemplo, citó “el bienestar animal, la responsabilidad social, el cuidado de los recursos naturales, la no contaminación del producto por todo tipo de químicos”.
“Con esto quiero decir que tenemos una excelente base”, dijo el profesional. “Animales que producen 17 o 16 micras y menos, tienen la genética que les permite aumentar el peso de vellón y del cuerpo, aumentar la eficiencia de conversión de alimentos en producto. Y sobre todo, se están desarrollando en un sistema productivo que tiene en cuenta todas estas características”.
Montossi sostiene que “si se lo mira como una pirámide de agregado de valor, estamos con una base fundamental, que nos permite saltar desde elpunto de vista del proceso en el cual fue generado y el origen de donde esa lana se produjo, para terminar en una prenda de altísimo valor”.