Mujeres sanduceras conmemoraron su día con varias y firmes reivindicaciones

Cientos de sanduceras –y también algunas decenas de hombres– marcharon ayer en conmemoración del Día de la Mujer, formalizado por la Organización de Naciones Unidas (ONU) en 1975 y que refiere a la protesta de las trabajadoras textiles estadounidenses en 1908. Desde 1911, cuando comenzó a recordarse este día como el de la mujer, continúa la reivindicación de participar en la sociedad en pie de igualdad con el hombre.
“Somo las nietas de las brujas que nunca pudieron quemar”, fue el más escuchado entre las proclamas que se escucharon a lo largo de la marcha, acompañados muchas veces de tamboriles desde el inicio en Washington y Entre Ríos hasta hasta culminar la marcha frente a las letras de “La Heroica”, y que finalizó con la lectura de una proclama por parte de varias mujeres, y actividades artísticas.

EL PATRIARCADO, UNA ALIANZA

Turnándose en la lectura, las mujeres –utilizando lenguaje inclusivo– dijeron entre otros conceptos que “acá estamos juntas, fortalecidas, defendiendo nuestros territorios encarnados en nuestros cuerpos”… “Somos un huracán que arrasa fronteras. Esas fronteras que han inventado para separar, colonizar, destruir territorios, vidas, sembrando la muerte. Eso tiene nombre: se llama Patriarcado, que es una alianza criminal entre el capitalismo, el imperialismo, el racismo, el fascismo, la misoginia, la homo-lesbansfobia, y todas las formas de opresión en el mundo”.
Más adelante señalaron que “siempre los Estados patriarcales nos han querido sumisas, calladas, que deleguemos en iluminados, intentando apagar nuestras voces y rebeliones a lo largo de la historia. No lo han logrado, y no podrán” … “Sepan que la historia no se hace pidiendo permiso, y que para que hoy estemos acá expresándonos, muchas mujeres fueron asesinadas, torturadas y violentadas. Hoy y ahora tengamos presente a esas mujeres que hicieron historia sin preguntar ni consultar, arriesgando sus vidas”.
En referencia a la violencia doméstica, afirmaron que “históricamente se nos ha inculcado a fuego en el cuerpo y en los discursos, que lo que pasa dentro de la casa o en familia es un tema y ámbito privado, que era un crimen pasional. Hoy reivindicamos y decimos que no, no lo es, pues de esta forma que ha sido meramente estratégica se han encubierto violaciones, abusos sexuales, físicos, psicológicos y patrimoniales, explotación sexual, maltratos y muertes hacia nosotras y hacia las infancias”.
Hicieron un llamado específico a las mujeres, “sin importar cuales sean tus creencias, como vivas tu espiritualidad, tu fe y cuales sean tus caminos personales de liberación. Te invitamos a construir un espacio de escucha, de cuestionamiento, de contención colectiva. No tenemos verdades absolutas. Juntas construimos otras formas de vincularnos, cuidarnos, luchar y resistir. Si en tu iglesia enseñan que la mujer debe estar sujeta al hombre, eso es abuso religioso. La estructura patriarcal de organización institucional y ejercicio de poder, no admite emociones, afectos, no admite nuevas formas de circulación del poder, y de construcción de resoluciones colectivas que rompan con la dinámica jerárquica”, preguntándose “¿porqué las mujeres y disidencias tenemos que masculinizar el ejercicio del poder cuando llegamos a cargos relevantes? Invitamos y alentamos a las mujeres que reproducen el sistema patriarcal de opresión en sus cargos jerárquicos, desde donde oprimen a otras mujeres y disidencias, a que cuestionen sus privilegios y las formas de dominio para con las demás personas. ¡Hay otras formas de organización posible!”.