Película y libro que relatan la historia de trabajadora sexual

Núñez durante la presentación de su anterior libro.

“Puta Historia”, de Cordón Films, con la dirección y guión de Marta García y Sol Infante narra la historia de Karina Núñez, una trabajadora sexual que lleva más de 30 años en el oficio y al menos una década como activista y fundadora del colectivo Otras (Organización de Trabajadoras Sexuales).
Esta película, bajo la producción de Micaela Solé, se encuentra en pleno rodaje desde agosto de 2019. “Son dos productoras, una española y otra argentina que se presentaron a los fondos para audiovisuales en Cuba y Nueva York”, dijo Núñez a EL TELEGRAFO.
Cuenta los procesos de militancia transcurridos por esta mujer que vive en Young, pero “me siguen adonde voy. Ya han filmado en Fray Bentos, Trinidad, Rivera, Paso de los Toros, Durazno y Montevideo. Han hecho muchos kilómetros conmigo”, señaló.
Núñez aclara que su activismo es “por los derechos humanos y en mi caso me toca ser la primera en varias cosas. La película relata lo que hubo detrás de cada primera vez”. Recordó que fue la primera mujer murguista de Fray Bentos, la primera trabajadora sexual postulada a dos bancas en las listas al Parlamento, “tanto en diputados como en senadores y “soy la primera uruguaya trabajadora sexual en escribir un libro”.

SU LIBRO

El “Manual de una buena puta”, son doce narraciones que tratan sobre los pecados capitales. La presentación de la publicación se postergó ante la contingencia sanitaria y al igual que su libro anterior “El ser detrás de una vagina productiva” tendrá mil copias.

HISTORIA PROPIA

Núñez, cuarta generación de trabajadoras sexuales en su familia, abogó por romper con el estigma y obtener nuevas oportunidades laborales, ya difíciles para su edad. Sin embargo, su hija Valeska, es estudiante universitaria de Relaciones Laborales en la Facultad de Derecho. “Con Valeska y mi otra hija tenemos un cúmulo de sensaciones y alegrías porque pudimos romper las cadenas. En mi familia, mi bisabuela, mi abuela, mi madre y yo somos varias generaciones, donde algunas ni siquiera pudieron terminar la escuela”.
Recordó que este resultado “es una construcción que logré con el apoyo de otras mujeres que me ayudaron a desmitificar los espacios de cuidados. Valeska siempre estuvo conmigo y hasta los 8 meses vivía conmigo en una whiskería. Pero viajé, conocí a otro tipo de gente y busqué un lugar para vivir”. A lo largo de su experiencia, conoció “personas que respetaron mis impertinencias, mi forma de decir las cosas y trascendieron mi coraza”.
Explicó que “en realidad, la primera en romper la cadena fue mi hija mayor que terminó la Secundaria y hoy trabaja en atención al público”.