Recordaron a David Fremd, a cuatro años de haber sido asesinado por “ser judío”

David Kanovich da lectura a una misiva escrita en recuerdo de su sobrino.

El 8 de marzo de 2016, la sociedad sanducera, el país entero y gran parte de la comunidad judía de todo el mundo sintió cómo quebraban una fibra íntima de su corazón: David Fremd Wulf, el comerciante, vecino, amigo e integrante de varios colectivos en favor de los demás, era asesinado a puñaladas por el mero hecho de ser judío. Ese día y los posteriores, Paysandú –la tierra heroica de tantas proezas– fue conocida por ser epicentro de un crimen antisemita en pleno siglo XXI.
Eran cerca de las 15 cuando David, el de sonrisa amplia y siempre una palabra de aliento, arribó al comercio familiar “La Popular”, en avenida España y Guayabos. Lo hacía acompañado por uno de sus hijos. Estacionó su automóvil junto a la acera Este y descendió. Como cada tarde, estaban a minutos de abrir las puertas a los clientes. Recorrió unos metros y al llegar a la vidriera frontal fue sorprendido por un hombre que, a cara descubierta y sin mediar palabra, le asestó varias puñaladas en la espalda. En el suelo, lesionado, Fremd atinó a defenderse y efectuó varias patadas en dirección a su atacante, Carlos Omar Peralta, un maestro de 35 años que hasta ese momento estaba a cargo de varios niños en una escuela del ámbito rural.
Al percatarse del ataque, su hijo saltó sobre Peralta y logró hacerlo caer, no sin antes recibir varios golpes en la cabeza y un corte en una pierna. Mientras Peralta se daba a la fuga, David fue asistido por su hijo, quien lo trasladó hacia el automóvil para llevarlo de inmediato al servicio de emergencias de Comepa, donde ingresó en grave estado. Tras algunas horas de luchar por su vida, el comerciante e influyente integrante de nuestra sociedad, dejó de existir.

UNA SOCIEDAD EN PAZ

Lo que siguió después del fallecimiento de David forma parte de la crónica policial, que durante tiempo se ha informado; pero es interesante recordar aquella marcha que reunió a más de 10.000 personas por el centro sanducero en que todos repudiaban el asesinato. La convocatoria marcó un antes y después, ya que nunca una muerte violenta en el departamento había despertado tantos sentimientos, tal vez porque no se trató de un caso más de inseguridad sino de un ataque desmedido contra alguien que simplemente profesaba una religión distinta a la del atacante, que estaba adoctrinado con el Islam extremista.
A cuatro años del crimen, familiares, amigos, conocidos y particulares, junto al intendente Mario Díaz, el alcalde Mario Bandera y el subsecretario del MIEM, Walter Verri, decidieron juntarse en la esquina del comercio que durante años lo vio cruzar la avenida para recordar a la persona y lo que ha dejado. En una ceremonia espontánea y ante una treintena de personas, su tío David Kanovich fue el encargado de dar lectura a una carta que le escribió a David.
“A las personas que pasaron por nuestra vida y ya no están físicamente la memoria se encarga de que se ocupen cada vez de nuestros recuerdos. No en la forma que te fuiste David, en lo que eras vos, tu forma de ser, el amigo de fierro, impredecible en tus ocurrencias, el más alegre, el más jorobón, el mejor consejero, el sobrino más cercano, el mejor vendedor de remeras y abrigos. Qué virtud la tuya, David, que el tiempo no te aleja de nosotros. No es un 8 de marzo, son todos los días que por diferentes motivos estás cerca. No es tu ausencia la que nos hace recordarte, fue tu vida, tu forma de ser, que hace tenerte siempre presente. Seguinos acompañando”, dijo para dar paso a un aplauso.
En tanto, Andrés Oberti Rual, amigo de Fremd, dijo que el encuentro tuvo como fin “no olvidar” e invitó a hacer un minuto de silencio “para pensar un poco que realmente tenemos que convivir en paz, con tolerancia y con respeto”.
Posteriormente los presentes se acercaron al memorial ubicado sobre el cantero central de avenida España y Guayabos y colocaron una piedra, tal como acostumbra la comunidad judía. La piedra, en lugar de flores como ocurre con el cristianismo, simboliza lo “eterno” frente a la muerte.