Sabbatini: Vivir al lado de la “zona roja”

Jonathan Sabbatini juega en el Lugano de Suiza.

Una gran parte de Europa ha sentido fuerte el impacto del coronavirus, aunque hay una región italiana que sobresale en el avance de la pandemia: Lombardía, vecina de Suiza y más aún de la ciudad de Lugano, donde juega y vive el sanducero Jonathan Sabattini, hoy recluido en su hogar junto a su esposa y dos hijos pequeños.
El desarrollo de la liga suiza quedó suspendido hasta nuevo aviso y recién volverían a entrenar el 30 de abril, según relató el futbolista a EL TELEGRAFO. “La situación acá es bastante compleja, estamos al lado de Lombardía, la zona roja; es como si Entre Ríos fuera la zona roja estando en Paysandú. Estamos encerrados y con todo lo que eso implica. Hay mucha gente que va y viene, se dice que unos 70 mil personas vienen de Italia a trabajar, muchos en la sanidad, lo que ha complicado todo”, explicó Sabattini.
En la región donde vive el sanducero, se han diagnosticado 1.000 casos de coronavirus, y en toda Suiza asciende a 6.000. De su club no hay ningún afectado. Padre de dos niños, Francesco de 4 años y Reanta de 1, se turna con su esposa para ir al supermercado, casi el único lugar al que puede asistir en cuarentena. Viven en un apartamento y a veces bajan para aprovechar el rincón infantil que tiene el edificio. Eso sí, siempre respetando la distancia con los vecinos. “Mi nene quiere jugar con sus compañeros de jardín, que está acá abajo, pero no puede hacerlo”.
“Todo el mundo se está cuidando, sobre todos los más grandes. Son los más vulnerables. Todavía no se sabe cómo va a seguir”, continuó el jugador. “Se habla mucho de que (el Coniv-19) es igual a la gripe. Pero yo viví la H1N1, me la agarré en Uruguay, creo que fui el paciente 0 en Italia cuando llegué. Viajé con eso sin saberlo; la pasé muy mal, estuve internado dos semanas, aislado y perdí seis kilos. Y el coronavirus dice que es peor, entonces imaginate si la agarra a una persona mayor”, ahondó.
Sabbatini espera que los uruguayos se den “cuenta” y “sean conscientes” de lo que significa el avance de esta pandemia. “Veo que van de un lado para otro. Acá la gente tiene otro nivel de vida y muchas veces puede permitirse estar encerrado, cosa en en Uruguay es más complicado. Pero hay que poner la salud por delante, no queda otra”.
El sanducero contó que tuvo la posibilidad de retornar a Uruguay, al obtener el permiso de su club para hacerlo. Pero junto a su familia prefirió quedarse. “Si nos íbamos teníamos que estar aislados dos semanas por más que no tuviéramos síntomas. Decidimos quedarnos acá, tranquilos y que esto pase. No queríamos complicar y poner en riesgo a la familia”, reveló.