Sanducera en Italia cuenta la situación que se vive por el coronavirus

PColas en los supermercados, a los que permiten entrar en pequeños grupos.

“Hoy (ayer) confirmaron que se conocieron mil casos más, y hace un rato el primer ministro anunció que se decidió cerrar todas las actividades, menos las indispensables”, dijo a EL TELEGRAFO Carolina Cairo, una sanducera que hace varios años está radicada en Parma, Italia, pintando un rápido panorama de lo que se vive en la península desde la llegada del coronavirus, declarado en la misma jornada como pandemia por la Organización Mundial de la Salud.
Horas más tarde, Giuseppe Conte anunciaría que “nos disponemos a cerrar toda la actividad comercial, la venta minorista, excepto los negocios de primera necesidad y farmacias”, por las próximas dos semanas.
“No es necesario salir corriendo al supermercado a hacer la compra. Si todos respetan estas reglas, el país saldrá antes de la emergencia” del coronavirus, que ha causado ya 827 fallecidos y más de 12.000 contagios en el país.
“Se espera que el resultado de las medidas comience a verse en las próximas dos semanas. El tema es estar en la casa y ver a la menor cantidad de gente posible”, resumió Cairo con respecto a lo que se está viviendo en Italia.
Hace varias semanas que la península se sorprendió con la noticia de la llegada del coronavirus. Recién más tarde se tomó conciencia de su rápida propagación, pero rápidamente se tomaron las medidas necesarias para que la gente se mantenga dentro de sus casas.
Italia está paralizada. Universidades y colegios fueron los primeros que tomaron la medida de cerrar sus puertas para evitar el contagio, pero “los jóvenes pensaban que estaban de vacaciones y aprovechaban para reunirse”, lo que fue como apagar el incendio con nafta, ya que el contagio fue creciendo.
“Como la gente no tomaba conciencia, no pensó en el problema, se tomaron otras medidas”, remarcó.
Hoy, quedarse en casa es la premisa número uno para frenar el contagio. “Al supermercado voy con mascarilla –que ya no se consiguen– y guantes. La calle está bastante desolada, porque si no es para buscar víveres o a trabajar si es totalmente necesario, la gente está en su casa. Están abiertos los supermercados, farmacias y algún otro que trabaja para mantener la parte comestible. Los supermercados te dejan esperando afuera y te hacen pasar en grupos de muy pocas personas”, dijo.
Horas antes del anuncio del primer ministro italiano, Cairo comentó que “al menos acá la gente ha cerrado casi todos los comercios”, y si tienen abierto “tienen que tener el control de que las personas no estén a menos de un metro y medio de distancia”.
Bares y restaurantes tenían permitido abrir de 6 de la mañana a 18 horas. “Pero era imposible, la gente no iba y comenzaron a cerrar”.
No hay celebraciones religiosas. Los museos están cerrados. Y las calles de Parma, como sucede en la mayoría de Italia, están prácticamente desoladas. No se puede ir de ciudad en ciudad, porque cada una está sitiada. “Ponen multas y pueden sentenciar hasta tres meses de cárcel”, indicó.

EL SISTEMA DE SALUD
Y LA ECONOMÍA AL LÍMITE

Italia está paralizada. Y el gran problema con el coronavirus no pasa precisamente por su bajo índice de mortalidad: el problema real es la rapidez con la que se contagia, saturando los centros asistenciales.
“Los médicos, enfermeras y todo el sistema sanitario está exhausto. Son muchos días de trabajo, con gente que ni siquiera ha ido a sus casas. Se ha contagiado mucho personal y hace falta”, remarcó esta sanducera desde Parma.
Cairo decribió la realidad: “las personas que necesitan terapia intensiva no se curan en una semana: de dos a cuatro semanas tienen que estar, por lo que si entran 10 personas a la terapia intensiva, al otro día son 20 y al siguiente 150. El sistema sanitario se satura”.
Y los casos que tienen prioridad son, justamente, los de coronavirus.
Habló además de la polémica por la elección de los pacientes a atender, ante tanta demanda y saturación, remarcando que según las autoridades no se llegó al punto de ver camillas por los pasillos, como podría verse en una película.
“Aseguran que no se llegó a ese extremo, y que no hay una selección de pacientes a los que atender”, contó ante algunas denuncias que apuntan a que se prefiere atender a un paciente joven que a un anciano.
“Lo que dicen es que si entra un paciente de 40 años y un anciano de 78 años, se los trata igual. Pero cuando comienzan a complicarse las cosas hay tratamientos que a una persona le pueden hacer y a otros no, pero no se trata de una selección”.
Por otra parte, hizo hincapié en que el hecho de que cierren negocios, empresas, que se pida que solo se salga a la calle a trabajar si es totalmente necesario, lo que “puede llevar a una crisis alucinante”.
El aspecto económico “es complicado”, porque “estábamos saliendo de una crisis y nos encontrábamos un poco mejor”. Por eso, “será un golpe fuerte para todos, pero si no se corta el contagio esto no termina más y no vamos a salir más de la crisis. El gobierno ha anunciado medidas económicas para proteger a la gente”.

APROVECHAR LA EXPERIENCIA

Para Cairo, teniendo en cuenta que seguramente el coronavirus llegará a nuestro país, Uruguay debe aprender de la experiencia italiana. “Estoy en contacto con familiares y amigos de Paysandú, y les digo que tienen que aprovechar esto que nos pasa a nosotros para tener una ventaja, porque seguramente llegará ahí. Hay que tomar conciencia de que llegará, y hay que olvidarse de compartir el mate, de saludar con un beso o un abrazo, hay que estornudar tapándose la boca con el brazo o un pañuelo, lavarse de manera permanente las manos con agua y jabón, y airear las habitaciones”, señaló.
A esta sanducera le da miedo “pensar en Paysandú, porque acá la salud pública tiene un nivel muy alto, es muy buena, y esto nos está pasando a nosotros”. Cuando en Paysandú “los lugares que hay para terapia intensiva son muy pocos”. Las palabras están lejos de crear pánico: advierte que su objetivo es “concientizar de que hay que hacer una prevención masiva”.
“Hay que tomar precauciones aunque no se vean los casos. Se toma conciencia cuando sube el porcentaje de muertes, pero a esa altura eso es solo la punta del iceberg, porque ya hay demasiados contagiados”, agregó. Carolina remarca lo que explican los médicos, que las personas más débiles, que tienen alguna enfermedad, o los ancianos son los más vulnerables a la enfermedad.
Y destaca que “seguramente un 90 por ciento de la gente lo contraiga, pero el tema es que no sean todas las personas juntas, por lo que es fundamental la prevención. Acá, cuando supimos que había una persona con coronavirus, a las horas había 150 personas contagiadas. Y todos los días cambian las medidas porque hay más contagiados. Las medidas que se han tomado en Italia van en aumento. Y hoy hay que permanecer en casa. “También tenemos que dejar de lado el egoísmo, y no pensar solo en uno mismo. Yo no tengo miedo de contagiarme, pero no sé si lo tengo porque tiene varios días de incubación, y no sé si no puedo contagiar a alguien sin saber. Por eso la única manera de frenar esto es que las personas se queden en casa. Y en este momento estamos haciendo eso”, remató.