Opinión

Denuncias falsas que atacan a la democracia

Como consecuencia de un control de rutina llevado a cabo por funcionarios policiales en la vía pública de la ciudad de Montevideo el pasado 5 de marzo, una persona llamada Diego Piñeyro (funcionario de la Intendencia Municipal de Montevideo) denunció que había sido golpeado e incluso baleado por funcionarios policiales. En el marco de un procedimiento en el cual se le solicitaron sus documentos personales, los de la moto que conducía y se procedió a revisar el bolso que llevaba, el funcionario municipal trató de huir y fue apresado por los agentes. Como consecuencia de estas actuaciones, Piñeyro presentó una denuncia ante la fiscalía competente sosteniendo que los policías lo habían golpeado “hasta que se cansaron” y que uno de los policías le disparó en cuatro ocasiones sin dar en el blanco. Asimismo el supuesto agredido sostuvo que los agentes del Ministerio del Interior lo “agarraron del pescuezo”, le “pegaron”, y le “hicieron de todo” y que fue “molido a palos” por los mismos.
Los delitos denunciados fueron dos: lesiones personales y abuso de funciones contra los detenidos. El delito de lesiones personales (cualquier trastorno fisiológico del cual se derive una enfermedad del cuerpo o de la mente) será castigado con pena de prisión de tres a doce meses. El otro delito (abuso de funciones contra los detenidos) está previsto en el artículo 286 del Código antes mencionado y tiene lugar cuando el funcionario público encargado, por ejemplo, de la custodia o del traslado de una persona arrestada cometiere con ella actos arbitrarios o la sometiere a rigores no permitidos por los reglamentos, y se castiga con pena de seis meses de prisión a dos años de penitenciaría. Afortunadamente, gran parte de la actuación policial quedó registrada en las cámaras de Divaru (Dirección de Videovigilancia, Analítica y Relevamiento Urbano), lo que permitió determinar qué sucedió en realidad esa anoche.
En efecto, contrariamente a lo señalado por Piñeyro en sus declaraciones, el dictamen fiscal llegó a la conclusión (luego de las investigaciones pertinentes) que los funcionarios policiales actuantes no incurrieron en la conducta tipificada como abuso de funciones contra los detenidos ya que “durante la privación momentánea de la libertad que lleva ínsita un procedimiento de identificación de personas, no cometieron actos arbitrarios ni sometieron a persona arrestada o detenida a ningún rigor más allá del necesario para la detención de un individuo en fuga, lo que dio mérito a su inmovilización”. Desmintiendo las afirmaciones del funcionario municipal, el fiscal actuante expresó que, en este caso, “las lesiones provocadas al denunciante, no superaron los límites de las propias derivadas de una detención y reducción forzosa en ocasión de fuga”, no habiéndose probado que los cuatro disparos y lo más importante: no se constataron daños ni lesiones concretas, por lo que no existió una conducta delictiva por parte de los policías.
El episodio protagonizado por Piñeyro fue cubierto ampliamente por los medios de prensa de todo el país y colocó a los policías involucrados en una delicada situación. Tal fue la magnitud que adquirió esta situación que el presidente del Pit Cnt, Fernando Pereira, y la secretaria general de la Asociación de Obreros y Empleados Municipales (Adeom), Valeria Ripoll se reunieron con el Ministro del Interior Jorge Larrañaga para tratar esta denuncia de supuesta inconducta policial.
La reunión fue solicitada por el Pit Cnt y como lo reconoció el propio Fernando Pereira, el Ministro Larrañaga tuvo una “reacción rápida” y lo recibió en forma inmediata. Durante la reunión Larrañaga le exhibió los videos de las actuaciones policiales antes mencionadas y esa grabación, así como la respuesta de los dirigentes sindicales dejó en claro la falsedad de la denuncia de Piñeyro.
Tanto Pereira como Ripoll dijeron que en las filmaciones no vieron agresión alguna por parte de los policías y que en el video “no se ve todo lo que el compañero ha manifestado”, ya que “se plantean disparos y golpes que no se ven”. En pocas palabras, la mentira del funcionario municipal tuvo patas cortas ya que quedó demostrado que no existieron lesiones ni abuso de funciones en su contra. Tan grande fue la fantasía inventada por Diego Piñeyro que ni siquiera sus compañeros sindicales apoyaron su denuncia, más allá del la inmediata reacción de respaldo inicial, ante una denuncia por supuesto abuso policial que ya descontaban como cierto.
Sin perjuicio de que la Fiscalía liberó a los funcionarios policiales de toda sospecha, hay algo que su dictamen omitió resolver y es la responsabilidad Piñeyro por haber presentado una denuncia penal que claramente carecía de fundamento. En efecto, el Código Penal de nuestro país prevé específicamente en su artículo 179 el delito de simulación de delito, el cual será castigado con tres a veinticuatro meses de prisión. Se trata ni más de menos de una omisión que abre una verdadera Caja de Pandora para cualquier persona y pone en claro peligro su seguridad jurídica y su libertad personal. Si se pueden presentar denuncias penales falsas a sabiendas sin que ello tenga ninguna consecuencia para quienes la formulan, estamos dando una carta blanca para abusar de un sistema penal que debería proteger a los ciudadanos honestos en lugar de perseguirlos sin motivo alguno. Y al fin y al cabo, ¿quién se hará responsable por las angustias y sufrimientos de los policías acusados y de sus familias, especialmente en tiempos en los las redes sociales y muchos medios condenan a los presuntos inocentes antes que los jueces o aún cuando estos no lo hagan?
El tema no puede resultar más importante para el Estado de Derecho ya que se encuentra estrechamente relacionado con el principio de inocencia (toda persona es inocente hasta que se pruebe lo contrario) que durante siglos ha sido recogido por diversos textos constitucionales en todo el mundo y es uno de los pilares de cualquier régimen democrático.
En ese mismo sentido la Declaración Universal de las Naciones Unidas establece que “toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en juicio público en el que se le hayan asegurado todas las garantías necesarias para su defensa”.
En efecto, como lo ha señalado el académico mexicano Miguel Ángel Aguilar López “el respeto y tutela de la presunción de inocencia, en consecuencia, es un elemento esencial para una debida defensa, inherente a toda persona sujeta a proceso, desde su tramitación hasta el momento en que una sentencia condenatoria establezca su culpabilidad o una absolutoria decrete su libertad”.
Así las cosas, la denuncia falsa de Diego Piñeyro afecta no solamente a los agentes policiales destinatarios de la misma sino también al sistema democrático en general porque violenta de manera intencional el referido principio de inocencia. Lamentablemente, a la mala fe del funcionario municipal denunciante se suma la omisión del fiscal que perdió una oportunidad de dar una señal clara que no existe impunidad para las denuncias falsas en nuestro país. → Leer más

General

Menor oferta de revistas en los kioscos, y ya no vienen las ediciones argentinas

Las revisterías y kioscos de Paysandú -como en el resto del país- tienen una menor oferta de revistas, desde que las más populares de Argentina ya no son distribuidas, y las revistas nacionales y semanarios tienen mayor carácter de información política o económica, por lo que no cubren ese vacío.
Según el relevamiento realizado por EL TELEGRAFO, ya no están llegando las revistas de la farándula o de “chimentos” (como las pide la gente). Es así que Gente, Caras, Papparazzi o Noticias ya no están en las estanterías, y no se sabe cuando podrán estar nuevamente a la venta. En cuanto a libros, se indicó que en general la venta sigue en términos similares al 13 de marzo, aunque en algunos comercios del ramo sí notaron una demanda levemente superior, sobre todo de novelas.
Lo que se está vendiendo en mayor cantidad que antes, son las clásicas revistas de sopa de letras, que siguen viniendo porque en general son ediciones de diferentes fechas, no necesariamente de la semana, y en las distribuidoras montevideanas de revistas hay bastante stock.
No obstante, también está teniendo una importante demanda la edición de los miércoles de EL TELEGRAFO, que trae el suplemento VelozMente con cuatro páginas de entretenimientos específicos de ingenio, independientemente que desde la aparición del COVID-19, la edición diaria trae la “ficha” de entretenimiento “#QuedateEnCasa”, que ya lleva 17 páginas publicadas. → Leer más

Deportes

“Me faltaba, pero siempre había palos en la rueda”

Los números fríos dicen que saltó al ring el 10 de enero de 2009 para debutar profesionalmente, y que su última presentación fue el 6 de junio de 2016. Fueron un total de 15 peleas, de las cuales ganó 14 (nueve por la vía rápida) y perdió una.
Y en ese tiempo hizo historia: fue campeona de la Organización Universal de Boxeo (UBO), y de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), el título mundial más importante que lograra un boxeador de nuestro país.
Hoy, Cecilia Comunales está retirada. Tuvo una meteórica y corta carrera, en la que todo le cayó muy rápido. Y si bien sigue abrazando lo que ama desde otro lado, dando clases y entrenando, repasa su carrera y asegura que seguramente hay cosas que cambiaría.
“Doy clases en tres gimnasios en Montevideo, y en uno de ellos seguimos con las clases online. Encontré lo que me gusta hacer”, remarca al contar que da clases de boxeo y pilates.
Pasaron ya algunos años, aunque “La Reina” recuerda que el domingo se cumplirán nueve años de aquella pelea que la marcó. Fue en el Anfiteatro del Río Uruguay, en la Semana de la Cerveza, donde le ganó a la argentina Alicia Alegre. No fue una pelea fácil, pero Comunales pudo retener el cinto de la UBO en esta primera defensa. Pero, sobre todo, la hizo poner los pies sobre la tierra.
“Esa fue la primera pelea que hice a 10 rounds, porque siembre había noqueado antes. Fue una pelea clave para mí. Hermoso porque había mucha gente, nunca había imaginado poder pelear en el anfiteatro. Tras esa pelea pude hacer un click”, reconoció.
Es que, a la distancia, confiesa: “Pensé que la cosa se había puesto seria”. El primer título se había logrado en Punta del Este, y defendido con éxito en Paysandú. “Seguí entrenando un tiempo acá, se siguió ganando y se subía en el ranking, y se dio la chance de lo de la AMB. Pero la pelea del anfiteatro abrió muchas posibilidades”, dijo.
Pero también repasó que en aquella ocasión “pasó el primer round, el segundo, el sexto, y pensé que no la iba a noquear más. Y encima ella no se iba desgastando, sino que los rounds eran parejos. Me acuerdo que entró una mano suya, y que tenía muchos nervios porque estaba peleando acá”.
Después, el resto es más o menos conocido. Siguieron las defensas de ese título menor, la obtención del de la AMB y sus posteriores defensas; la vida en Buenos Aires entrenando en Ciudad Evita con el profe Jorge Ocampo y el equipo de Marcela Acuña, en procura de poder mejorar.
“El boxeo femenino recién se afirmaba acá, no había mucha actividad y te arreglabas con lo que podías, pero decidí ir a Argentina a prepararme”, señaló.
Si hay algo que siempre reconoció Comunales más allá de la nube en la que estaba viviendo, fue que tenía mucho por aprender. Pero la realidad es que tuvo que convivir, en pleno crecimiento, con durísimas críticas y con la aparición permanente de la Federación Uruguaya, que en varias ocasiones quiso impedir que peleara.
“Hoy estoy segura que a esas mismas situaciones, ya más madura, las viviría de otra manera. Me generaban mucho nervio e incertidumbre”, reconoció.
Recuerda que “en aquel momento eran críticas todo el tiempo, y a eso se sumaba que me autoexigía más de la cuenta. Sabía lo que me faltaba, sabía lo que tenía que mejorar, pero siempre había palos en la rueda. Críticas durísimas y problemas con la Federación”.
Igual, le puso el pecho a las balas. “Me ayudó mucho el equipo que tuve, a mi promotor Sampson Lewkowicz, que nunca me soltó la mano y al que eternamente le estaré agradecida”.
Pero no era fácil. “Se fue llevando como se pudo. Pero siempre me sentí rehén de la situación con la Federación, porque no eran problemas conmigo. Pero era a la que tenían que atacar. Estaba en Panamá pronta para subir al ring, y quisieron parar la pelea. Y así fueron muchas veces, incluso cuando yo estaba con los guantes puestos”, recuerda. “Todo eso afectó mi carrera, y también personalmente”.
Mientras intentaba digerir la situación, las críticas no cesaban. La mochila era pesadísima, y la gente no tenía idea de que “La Reina” sumaba preocupaciones extradeportivas.
“Antes de una pelea entré en pánico. No quería ir al estadio por ese enfrentamiento que se había generado con la Federación. No podía salir, me sentía horrible”, confesó. Fue en Colón, cuando defendió sus cintos ante la brasileña Simone Da Silva. Y la realidad es que minutos antes de finalmente ir al estadio de La Unión, Comunales estaba ahogada en llanto. “Fue la peor pelea”, remarcó.
Para colmo, ese día “me vendó otra persona, el entrenador no quería subir al rincón…”, por problemas ajenos a ella. “Sufrí mucho las cosas previas que me pasaban antes de cada pelea. La gente no se enteraba, pero parecía que lo hacían a propósito, que le buscaban la vuelta para que no pudiera pelear”.
Y recuerda también “aquello de querer enfrentarme todo el tiempo a (Chris) Namús. Eso iba más allá de nosotras. No tenemos amistad pero nos damos para adelante. El entorno se encargó todo el tiempo de generar una rivalidad que era nociva para las dos. Nunca lo llegamos a hablar, pero creo que no era sano el entorno. Y te hacía sentir incómoda, pero no tenía por qué haber una sola boxeadora, porque se podría aprender mucho de las boxeadoras de acá, compartir entrenamientos… Algo que era impensado en aquel momento”.
Más allá de todo el sufrimiento, el balance de su carrera “es más que positivo”.
“Logré títulos, estoy contenta con la carrera que tuve. Me hubiera gustado seguir, pero no se dio por situaciones de la vida, personales. A veces hay que elegir. Pero lo que hice me permitió la experiencia de irme a Argentina, estar con el profe (Ocampo) y con “La Tigresa” (Acuña)”, tiró.
E hizo historia. “Pero fue mérito de todo el equipo”, dice. “Me queda haber llegado, y me hubiera encantado seguir y retirarme con el título” de la AMB.
Hoy Comunales escribe un nuevo capítulo en su vida. Sin críticas despiadadas, ni golpes bajos.
“Ahora entreno lo disfruto”, dijo, como aliviada. → Leer más