Capo del narcomenudeo salteño operaba desde su finca en el barrio Río Uruguay

Los operativos lograron incautar armas, chalecos antibalas, pelucas y otros efectos.
Jorge Federico González Silva, “El Araña”.

Un importante operativo liderado por la Jefatura de Policía de Salto, que lleva una veintena de formalizados por delitos vinculados a la venta de estupefacientes completó su objetivo al asestar un golpe en nuestra ciudad donde operaba uno de los principales de la red: Jorge Federico González Silva, conocido como “El Araña”.
El hombre, oriundo de Salto, se había radicado en las inmediaciones de Éxodo y Joaquín Suárez, en Paysandú. Desde allí se dedicaba a la venta de marihuana y cocaína, pero comandaba su “negocio” en Salto, donde mantenía una rivalidad con otra banda que los llevó en el último tiempo a protagonizar varios enfrentamientos armados. La violencia con que estas bandas se disputaban la venta de drogas en el vecino departamento fue lo que llevó a la Policía a extender la investigación.

POR UN COPAMIENTO

A mediados de marzo, en el barrio don Atilio de Salto, se había suscitado un copamiento. Si bien la policía contó –en primera instancia– con poca información, todo parecía indicar que se trataba de un hecho planificado, ya que el atraco fue a una persona conocida en el mundo delictivo. A raíz de ese hecho, las bandas lideradas por Pablo Silveira y por “El Araña” González comenzaron a enfrentarse; aunque todo se mantenía en reserva entre los integrantes de cada una. Esta maniobra no era extraordinaria, ya que en 2018 incendiaron una casa.
La modalidad fue la utilizada en este tipo de ambientes: efectuaban disparos contra propiedades vinculadas a ellos y sus familiares. Incluso una de las primeras fincas baleadas fue la de “La Brasilera”, la mujer que había expuesto al público nombres y fotografías de más de 40 funcionarios policiales de la Jefatura de Salto. El 20 de marzo, los tres integrantes de una de las bandas concurrieron a una finca donde efectuaron al menos 15 detonaciones con armas de fuego, lo que originó un operativo con más de 50 policías. Días después, un adolescente señalado como “perro” (vigilante) fue baleado en la vía pública a modo de respuesta del episodio anterior.
De acuerdo a información brindada a EL TELEGRAFO por el Jefe de Policía de Salto, Carlos Ayuto, “se pudo establecer que quien había venido a Salto a perpetrar el copamiento era ‘El Araña’ y otros cuatro salteños que trabajaban para él”, por lo que se empezó a trabajar en procura de su detención.
“Después de esa fechoría, empezaron los enfrentamientos armados”, agregó Ayuto. Uno de los hechos fue el pasado domingo, cuando personal policial fue derivado por Mesa Central de Operaciones a calle 18 de Julio y Diagonal 12 de Barrio Don Atilio, por disparos de armas de fuego y un herido. Al arribar, los uniformados encontraron a un hombre caído en la vía pública, con heridas en el pecho producto de disparo de arma de fuego, por lo que fue trasladado al Hospital Salto para su asistencia. En repuesta, la Policía emprendió un rápido operativo que terminó con once detenidos y la incautación de una cantidad de elementos, entre ellos seis armas de fuego tipo revólver y otra arma réplica, municiones de diferentes calibres, dos chalecos antibalas y uno anticorte; dos balanzas de precisión, máscaras y pelucas, una notebook, binoculares, drones con filmación y celulares.
Del total de detenidos –posteriormente formalizados por la Justicia– la mayoría tenía lazos consanguíneos y cada uno desempeñaba un rol diferente en la banda. Sin embargo quedó pendiente la captura del principal sospechoso: Pablo Silveira, que supo sortear la fuerza y fugarse. Silveira había estado preso en 2017 pero su abogado apeló y logró sacarlo de la cárcel, ocasión en que continuó al frente del negocio de drogas. En el marco de las averiguaciones “surgió la información que Silveira estaría oculto en Bella Unión, por lo que se coordinó con Jefatura de Artigas y se pudo lograr un operativo en que fue detenido junto a otras personas”, comentó el jefe de Policía a este medio. Entre ellos, se encontraba un ciudadano brasileño, poseedor de antecedentes por narcotráfico y homicidio, quien estaba fugado del Centro de Reclusión de Uruguayana de Brasil, el que fue deportado.

“EL ARAÑA” EN PAYSANDÚ

Teniendo a parte de una de las bandas encarceladas, restaba ir por el cabecilla de la otra. Contado con varios datos, la policía salteña rastreó un arma a la zona de Guaviyú, pero finalmente el operativo fue derivado al departamento de Colonia donde detuvieron a otros integrantes de la banda. Pero restaba la captura de “El Araña” González.
“Llegamos a ‘El Araña’ que era el artífice del copamiento (a la banda de Silveira) sabiendo que estaba radicado en Paysandú. Había estado preso en la cárcel de Salto y cuando obtuvo la libertad se radicó en Paysandú, adonde después se llevó a otros salteños que trabajaban con él”, contó Ayuto.
González Silva, de 39 años, que habitaba una finca en Éxodo y Joaquín Suárez, cuenta con un vasto historial delictivo. En 2010 cuando estaba preso por venta de drogas, fue nuevamente procesado ya que se comprobó que aportaba dinero para financiar operaciones de un peligroso delincuente –con antecedentes por homicidio y rapiña– de la ciudad de Trinidad. En esa ocasión, “El Araña” fue nuevamente procesado y perdió el beneficio de salidas transitorias que tenía.
En agosto de 2012 volvió a caer por el mismo delito. Estuvo preso unos años y al recuperar la libertad, para no perder la costumbre, fue encarcelado otra vez por dedicarse a la venta de drogas. En todo momento, pese a estar tras las rejas, el negocio de “El Araña” siguió funcionando.
Con apoyo de personal del Grupo de Respuesta Táctica y de la Brigada Departamental Antidrogas de nuestro departamento, la policía salteña llevó a cabo el allanamiento de la finca de González Silva, con las previsiones del caso, ya que se sospechaba que podrían estar fuertemente armados. Una vez detenido “El Araña” y sus secuaces, se registró la casa hallándose “cuatro kilos de droga entre marihuana y cocaína”, dijo Ayuto.
Los nuevos detenidos fueron sometidos a la Justicia, donde se resolvió formalizarlos por un delito de copamiento en grado de tentativa; además de imputarles el tráfico de armas y municiones, y delitos relativos a estupefacientes.