La economía sufrirá este año, pero habría una recuperación rápida de la actividad

La venta de nafta bajó un 51%, las ventas con tarjeta de crédito bajaron un 23% y hay una estimación de las bajas en compras y paseos que alcanza al 68%.

Un informe elaborado por la consultora “Exante economía y finanzas corporativas” sobre “El impacto del coronavirus en Uruguay: actualización de perspectivas económicas”, da cuenta que para Uruguay la crisis en lo económico estará en valores similares a Argentina y Brasil, con un descenso entre el 5% y el 6% durante 2020, y si bien la recesión actual puede llegar a ser “severa”, será por poco tiempo y luego vendrá la etapa de recuperación, para la cual no estima un plazo.
El informe habla de un brusco descenso en las ventas de algunos productos y servicios, y al mes de marzo de 2020, en comparación a marzo de 2019, la venta de nafta bajó un 51%, las ventas con tarjeta de crédito bajaron un 23% y hay una estimación de las bajas en compras y paseos que alcanza al 68%.
El trabajo técnico de 29 páginas comienza señalando que en las últimas semanas “se siguieron revisando a la baja las proyecciones de actividad económica en el mundo, previéndose actualmente una recesión global sin precedentes en los últimos 50 años”.
En este sentido auguran una baja del PBI en todo el mundo de entre el 5% y el 9%, dependiendo de la zona económica, con un promedio del 6,3% menos de movimiento económico, llegando a la conclusión de que “con políticas monetarias y fiscales muy agresivas en los países más grandes, las proyecciones en general contemplan que la recesión será transitoria. De todos modos, habrá impactos negativos relativamente persistentes, que impedirían retornar rápidamente a la tendencia pre-crisis”.

LA SITUACIÓN EN URUGUAY

Con respecto a nuestro país, los técnicos en economía entienden que “los indicadores parciales que vamos conociendo dan cuenta de impactos severos en la economía uruguaya, principalmente en actividades comerciales”.
Es así que consideran cambios en la movilidad urbana (datos de Google al 11/4) con una baja del 68% en las compras y paseos y del 63% transporte público (particularmente de Montevideo), con una baja de venta de boletos del 79% en el mes comprendido entre el 16 de marzo y el 14 de abril. La venta de combustibles tomando la semana del 22/3-28/3 da cuenta de una baja del 51% en la nafta y del 13% en el gasoil.
Comparando la segunda quincena de marzo de este año con la del año pasado, las ventas con tarjeta de crédito bajaron en el orden del 25%. Las importaciones de bienes, comparando el mismo mes entre el 15/3 y el 19/4 de ambos años, bajaron un 23% (sin considerar importación de petróleo) y el consumo de energía eléctrica, considerando lo consumido entre el 16 de marzo y el 3 de abril con las tres semanas previas, bajó un 14%.

DEMANDA BAJARÍA UN 9%

El informe señala que “desde la perspectiva de demanda, esperamos una contracción fuerte del consumo privado, que sin considerar el mayor consumo de comunicaciones caería cerca de 9%. La caída de la inversión se verá contrarrestada en buena medida por las inversiones privadas y públicas asociadas al proyecto de UPM.
En el detalle, señalan bajas en todos los números que marcan la economía, por ejemplo un 3,9% en el consumo privado; un 3,6% en la inversión bruta fija general, y si desglosamos a UPM el descenso llega al 14,8%.
Se estima que para todo este año, las exportaciones serán un 13% menores a las de 2019, y las importaciones bajarán un poco más, situándolas en el 15%.

LAS PREVISIONES DE FINANCIAMIENTO

Los economistas consideran que este panorama “plantea necesidades de financiamiento muy elevadas pero Uruguay cuenta con una posición fuerte de reservas y líneas de contingencia significativas. El cierre financiero es desafiante pero posible”, afirman.
Sobre las necesidades y fuentes de financiamiento del gobierno central, sostienen que en 2020 serán del orden de los 5.600 millones de dólares, mientras que en 2019 fueron de U$S 4.833 millones.
Para el pago de intereses, en 2019 se utilizaron U$S 1.451 millones, y para 2020 serán U$S 1.639 millones, mientas que las amortizaciones (pagos de capital) fueron por U$S 2.523 el año pasado, y este alcanzarán a U$S 1.751 millones.
Para los técnicos, es más dudoso estimar el déficit primario del gobierno central. En 2019 fue de U$S 859 millones, y este año podría llegar a los U$S 2.200 millones (aunque lo ponen entre signos de interrogación) que serían desembolsados por préstamos multilaterales, y se utilizarían además 3.400 millones de dólares de activos que tiene Uruguay como parte de sus reservas. También consideran la financiación por la combinación de nuevas líneas, emisión de bonos, uso de activos y resto del Fondo Coronavirus.

ES SEVERA, PERO SERÁ TRANSITORIA

“A la luz de estas señales, revisamos significativamente nuestros pronósticos. Esperamos una recesión muy severa, pero seguimos pensando que será muy transitoria” afirman los técnicos, basándose en diversos aspectos, como que “el sistema bancario cuenta con fundamentos sólidos y el endeudamiento de las empresas se encuentra en niveles moderados. No deberíamos observar una contracción fuerte del crédito pero probablemente se requieren más medidas para apuntalar la cadena de pagos”.
También consideran que “para inyectar más liquidez en la economía es necesario una postergación más amplia del pago de tributos o implementar rápidamente algún mecanismo de garantía para nuevas operaciones de crédito a empresas grandes. A su vez, se vuelve todavía más necesario privilegiar la competitividad y el empleo. La política monetaria deberá tolerar una inflación más alta (aproximadamente 10% anual) y los ajustes de salarios en sectores con final de convenios en 2020 deberían ser muy moderados (con descuelgues flexibles)”.

LAS CLAVES PARA LA SALIDA

Considerando este análisis, la consultora sugiere como “claves de corto plazo para una buena salida de esta crisis” que debe asegurarse el financiamiento del sector público (desafiante pero posible), darle una mayor eficacia de la red de protección social (soporte al consumo pos “encierro”); la preservación del crédito y de la cadena de pagos; mantener el dólar más alto para privilegiar la competitividad, definir ajustes salariales muy moderados para alentar la rápida recuperación del empleo y paralelamente definir incentivos a la rápida recontratación por medio de la exoneración transitoria de aportes patronales.
Finalizan señalando que “nuestras proyecciones contemplan una recuperación rápida del nivel de actividad pero enfrentamos riesgos significativos en un marco de incertidumbre excepcionalmente alta”. La consultora Exante está conformada por los economistas Pablo Rosselli y Tamara Schandy que dejaron la consultora Deloitte junto a Florencia Carriquiry y Priscilla Pelusso.