Odontólogos en especial riesgo por Covid-19; exhortan a que se atiendan solo urgencias

Odontóloga María Teresita Peralta.

Los odontólogos ven comprometido su trabajo profesional ante la pandemia de Covid-19 porque “estamos más expuestos a la transmisión del virus debido a que trabajamos en la región de la boca y los tejidos que la rodean; además la distancia de trabajo suele ser menor al metro de distancia establecido”, dijo la doctora en odontología María Teresita Peralta Chappuís. “Podemos inhalar directamente el virus por la cercanía al paciente o, indirectamente, al tocar una superficie que ha sido contaminada”, agregó la profesional, quien ante la emergencia sanitaria ha interrumpido la atención de sus pacientes.
“Estamos en la primera línea de riesgo, porque podemos cubrir totalmente al paciente excepto la boca, que es el primer punto de contagio. No es necesario toser para impulsar el virus, pues este se traslada con el simple hecho de respirar o hablar”, destacó.
Ante las medidas de emergencia “tanto la Asociación Odontológica Uruguaya como la Federación Odontológica del Interior y el Ministerio de Salud Pública hacen hincapié en que se atiendan únicamente urgencias. Y se pide eso porque los odontólogos estamos en un riesgo de primerísima línea. Obviamente los ingresos se ven francamente disminuidos, y por esa razón algunos colegas se mantienen activos con las debidas precauciones”, expresó Peralta.
“Para aquellos que decidimos interrumpir el ejercicio profesional, la Caja de Jubilaciones Profesionales en lo único que nos ampara es que nos permite que hagamos una declaración de no ejercicio, a fin de no pagar los aportes”, explicó más adelante.
Destacó entonces que “otro gran tema es los insumos necesarios, porque ahora se deben utilizar otros que antes no se tenían en cuenta en un consultorio odontológico. Pero resulta que incluso en aquellos insumos comunes ahora su valor se ha duplicado o triplicado. Algunos de ellos los deben usar los pacientes y también, claro, el personal auxiliar”.
Por esas razones, “por mi parte, creo que los odontólogos solamente debemos hacer las altas básicas en un paciente, es decir un tratamiento de conducto, un dolor; avanzar hasta recuperar la parte clínica y dejar el resto del tratamiento para más adelante. Hay que posponer esas actividades que pongan en riesgo nuestra seguridad”.

COMPLEJIDAD PARA LA ATENCIÓN DE PACIENTES

En consecuencia, aquellos odontólogos que mantienen la atención deben extremar las medidas de seguridad. “Comienza antes que el paciente ingresa al consultorio. Él mismo debe dejar sus pertenencias, incluyendo su celular. En este último caso se le puede dar un recipiente específico por si espera alguna llamada”.
Pero además “el paciente antes de ingresar debe tomarse la temperatura corporal para corroborar que no tenga un estado febril. Después hay un pequeño cuestionario en el que se le pregunta si no ha estado en contacto con alguien que ha viajado a países complicados por el virus, o algún caso positivo. De todas maneras lo peor de la enfermedad es que puede haber muchos portadores asintomáticos”. Todas estas acciones son las aconsejadas aun cuando se desconoce si todos los profesionales de odontología las cumplen.
Por su parte, el profesional “debe cubrirse de pies a cabeza, incluyendo ojos, cabeza, cuello, sobre túnica, guantes y zapatones”.
Una vez que culmina la atención “hay que dedicar un tiempo prolongado a la desinfección del lugar, incluyendo materiales y demás. Obviamente hay que descartar toda la ropa utilizada en esa atención, proceder a una limpieza personal adecuada. Y luego empezar todo nuevamente para atender al siguiente paciente, desinfectar la cara, la boca, las manos, nuevo atuendo. Se atienden menos pacientes, con todas las garantías posibles. Un médico puede realizar preguntas manteniendo la distancia social y acercarse cuando se deba auscultar al paciente, pero en nuestro caso en todo momento es prácticamente contacto”.

TRES HORAS ENTRE CONSULTAS

María Teresita Peralta subraya que “uno de los problemas principales en un consultorio odontológico es el uso de “la turbina que es impulsada con aire. Entonces aun con mascarilla el aire es propulsor -si estuvieran en el paciente- de las micropartículas de coronavirus que quedan suspendidas en el aire. Entre paciente y paciente habría que cerrar el consultorio por tres horas, porque es el tiempo que queda suspendida en el aire una micro partícula. No se puede trabajar así. Especialmente porque con la turbina se hace casi todo”.
De modo general, destaca que “la exhortación sigue siendo que la gente se mantenga en confinamiento voluntario, que se mantenga el distanciamiento social, que se use tapabocas si se debe salir. No son cosas difíciles, pero en Paysandú estamos muy confiados, en alguna manera bajamos la guardia. En cambio debe ser al revés, mantener muy seriamente todas las recomendaciones. Hay muchos sectores que estamos realmente golpeados económicamente. Tenemos que seguir pagando todos los servicios y todas las obligaciones. Como población no tomamos conciencia que debemos enfrentar desde el aislamiento esta enfermedad, porque es la mejor manera de cuanto antes poder retomar nuestras actividades y por consiguiente recuperar la economía, nuestra economía”.
Finalmente reflexiona que “antes los odontólogos temíamos contagiarnos con Sida por una gota de sangre en el ojo. Pero era un enemigo visible. Las micropartículas no”.