Pablo Silva, el argentino inventor del spray que los árbitros de fútbol utilizan para marcar la distancia de las barreras, anunció ayer en radio La Red que existiría la posibilidad de que el presidente de la FIFA y otros dirigentes puedan ser condenados a entre uno y cuatro años de cárcel.
“La prisión puede venir con el decantamiento del fallo, que está a punto de sucederse, una vez que pase esto del coronavirus”, explicó quien junto a un socio ideó el ya famoso aerosol, que incluso fue incorporado a las reglas del fútbol.
Pero lo cierto es que FIFA nunca pagó lo acordado en su momento, y la denuncia llegó por la violación de patente.
Silva sumó ayer que se tenía un acuerdo con la FIFA de Blatter y Grondona, para probar el spray en el Mundial 2014 a modo de testeo, y que luego se alcanzaría un acuerdo económico.
Pero murió el dirigente argentino, el suizo dejó FIFA en medio de un escándalo, “y quedamos a la deriva, sin diálogo, por lo que en 2017 iniciamos un juicio muy importante”.
“Hartos del destrato iniciamos un proceso en Rio de Janeiro, porque ahí se desarrolló la Copa del Mundo. Ganamos las tres instancias cautelares, el juez logró el reconocimiento de la patente, en un hecho histórico porque FIFA nunca perdió un juicio fuera de Zúrich”, dijo.
En 2018 FIFA debía dejar de utilizar el aerosol por orden judicial, e incluso Silva señaló en aquel momento que se establecía una multa de 15 mil dólares por partido. Pero el spray estuvo presente en el Mundial de Rusia.
“El día anterior a que empezase la Copa del Mundo, FIFA interpuso un recurso ante el juzgado para que se le otorgase permiso para jugar el Mundial con aerosol y para comprar aerosoles piratas, violando así la resolución judicial. De esa forma reconocieron implícitamente que existía la patente y pidieron permiso para violar una ley y comprar aerosoles piratas, alegando que no habían sido capaces de comprar el nuestro, el único permitido, porque no estaba disponible en Amazon”, dijo en su momento al diario deportivo Marca.
Ayer, al medio argentino, dijo que “para reforzar la estrategia vamos a iniciar demandas en otros países, como Estados Unidos”.
¿Cuánto dinero está en juego? Dicen que no menos de unos 100 millones de dólares.
