En la Universidad analizaron vulnerabilidades y formularon propuestas frente a la actual crisis

Organizado por el Consejo Directivo Central de la Universidad de la República, se llevó a cabo el viernes, de forma virtual, el seminario titulado “Respuestas imprescindibles frente a las formas nuevas y/o agravadas de la vulnerabilidad socioeconómica asociadas al COVID-19”.
El programa consistió en una serie de exposiciones por investigadores de la universidad acerca del mercado de trabajo, economía social y solidaria, territorio, pobreza y desigualdad, así como también sobre la convivencia en la pandemia, violencias, vejez, hábitat, y consecuencias psicológicas, temáticas sobre las que se presentaron aportes para la orientación de políticas públicas.

EMPLEADOS FORMALES

Se dividió en dos partes, la primera de las cuales se orientó a los aspectos laborales y económicos. En este contexto Ivone Perazzo, del Instituto de Economía, Facultad de Ciencias Económicas y de Administración, identificó tres grupos de trabajadores que están sufriendo las consecuencias de la crisis, sobre cuya situación profundizó. El primero de estos grupos es el de los Asalariados formales privados, de los cuales “200.000 trabajadores han sido enviados al seguro por desempleo, lo cual representa un 25% de los asalariados formales que teníamos en 2019”, lo que calificó como una situación extrema.
Dentro de ese panorama identificó como una buena noticia el que la mayoría de los envíos a seguro de paro “son por razones de suspensión o reducción”, es decir que no se ha perdido el vínculo laboral.
El 22% de las solicitudes son en la modalidad de jornada reducida, una de las flexibilizaciones que planteó el gobierno, que la investigadora valoró favorablemente, al igual que la nueva modalidad que reduce la cantidad de meses de aportes que se requieren para acceder al beneficio (entre 3 y 5), pero solo permite cobrar el 12,5% de la remuneración nominal, lo que Perazzo consideró insuficiente.
“Las políticas han ido en la dirección correcta”, dijo, aunque observó que se podrían mejorar en tres sentidos: la duración, el acceso a más cotizantes y los montos del beneficio, “porque aún cobrando el subsidio por desempleo los trabajadores podrían caer en situación de pobreza”.
Perazzo indicó debería pensarse en aumentar el tope mínimo de 5.600 pesos del seguro “ahora, en esta situación particular, o de manera permanente. Porque es realmente muy bajo”, comentó.
También sugirió que debería existir “un mecanismo para que los empresarios puedan hacer algún tipo de aporte” para compensar la fuerte baja de ingresos de los trabajadores y alcanzar a más.

MONOTRIBUTISTAS E INFORMALES

Perazzo indicó que 12% de los cuentapropistas formalizados están cubiertos por las medidas que el gobierno ha dispuesto para afrontar la crisis que generó la pandemia y recordó que este grupo de personas “no accede al seguro por desempleo”.
La principal medida hacia este sector es la posibilidad de acceder a préstamos blandos, mientras que quienes aportan monotributo Mides reciben una transferencia de $ 6.800, por dos meses, y beneficios en el pago de tarifas. Esta política “se queda corta para sostener a estos trabajadores. Debería extenderse en el tiempo para ser efectiva”, dijo.
Pero el grupo que se encuentra en situación más comprometida en estos momentos es el de los trabajadores informales, que se estima que son unos 400.000 trabajadores. De ellos hay 270.000 que no acceden siquiera al Plan Equidad. “Están totalmente desprotegidos”, afirmó Perazzo.
Para esta población se implementó una transferencia de 1.200 pesos, por un número de 100.000 prestaciones –que luego se amplió–, por un plazo de 2 meses.
Hacia ellos “deberíamos pensar en un conjunto de políticas activas que los ayuden a incorporarse a un empleo formal”. Sugirió un esquema como el de Uruguay Trabaja, “con mayor cobertura y extensión en el tiempo, para que la próxima crisis no nos encuentre con 400.000 trabajadores que no sabemos ni siquiera donde están”, expresó.

SIN RAVIOLES

Otro de los académicos que intervino fue Adrián Rodríguez Miranda, quien hizo hincapié en la necesidad de conservar el entramado de Pymes en los diferentes departamentos del país, que presentan realidades distintas y que requieren de soluciones diferentes, adecuadas a cada situación. “No se puede usar la raviolera”, advirtió.
El profesional del Instituto de Economía, de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración, planteó un análisis de las heterogeneidades productivas en el territorio, con diferencias grandes entre el sur y el norte del país, expresadas en varios parámetros.
“Si uno analiza las economías de los departamentos que están mejor, son las que tienen más Pymes por habitantes”, dijo. Rodríguez señaló que en los departamentos de frontera (con Brasil) hay elevados niveles de informalidad que alcanzan hasta el 40% en Artigas, Rivera, Salto y Cerro Largo y en la periferia de Montevideo.
Sobre las Pymes en Uruguay, el investigador señaló que “solo el 27% tiene acceso al crédito como forma de financiación, y solo el 8% lo hace sin ninguna dificultad”, y agregó que “solo el 36% tiene algún tipo de software y solo un 30% había vendido alguna vez por Internet”.

MEDIDAS

Para apoyar a este sector mencionó que se puede emplear el instrumento de las compras públicas y puso, como un buen ejemplo, el trabajo que están realizando el MEC y la Intendencia de Montevideo con los artistas a través de la compra de funciones por adelantado. “Es un instrumento que para ese sector es clave, pero se puede utilizar para otros”, aseguró.
También advirtió que para la salida de la pandemia habrá que tener protocolos a medida y señaló que “las grandes empresas van a poder hacer buenos protocolos; las pymes, las micro, y los trabajadores, no. Ahí hay que apoyar, y eso también requiere financiamiento”.
Agregó que en el corto plazo veremos una aceleración en los procesos de automatización, que en la gran empresa va a ser mucho más impactante. “Si el tejido Pyme se nos muere, no esperemos que las grandes empresas nos solucionen el empleo que perdemos por ese lado”, alertó.
Además llamó a actuar con solidaridad, innovación social y audacia. “Somos un pueblo solidario, pero en este contexto la olla popular no alcanza, en el sentido que hay que hacer las cosas distintas a como las conocemos, por lo tanto también ser audaces para animarnos a hacer esas cosas. Con los datos sobre la mesa y el diario del lunes, todos podemos tener brillantes ideas, el problema es hacer algo el viernes, cuando no sabemos qué va a pasar hasta el lunes”, dijo.
El seminario completo se puede ver en el canal de YouTube de la Universidad de la República.