Ministro de Ganadería señaló que “las fronteras están cerradas, pero no tanto”

El ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, ingeniero agrónomo Carlos María Uriarte, inició ayer una recorrida por el litoral norte del país, y reconoció que las fronteras “no están cerradas del todo”, aclarando que la actividad prioritaria se mantiene, “y por lo tanto hay circulación de personas, que con la debida autorización lo han hecho”.
“Habilité alrededor de 90 productores argentinos que han venido a la cosecha de verano y atravesaron el puente y ahora estamos reglamentando para la siembra de cultivos de invierno”, dijo el secretario de Estado. “En estos momentos estamos tramitando el permiso a 140 rabinos que vendrán desde Israel a efectuar el rito Kosher”.
Recordó los 250 esquiladores que partieron a la esquila en España, pero puntualizó que hay otros (muchos de ellos de Salto), que “están volviendo de Estados Unidos, quienes estuvieron en la esquila en Idaho y estarán en Uruguay en los primeros días de junio”.
Y volvió a enfatizar que “las fronteras están cerradas pero no tanto. Ni que hablar de materiales, trabajándose a nivel de Mercosur con todos los ministerios de Economía para asegurarse el tránsito de mercancía que es fundamental”.
Consideró fundamentales las raciones para animales que se traen desde Argentina. “Se tuvo que trabajar en el protocolo de los choferes, porque son los que pueden traer la enfermedad”, dijo Uriarte.
Este viernes el ministro va a estar en Bella Unión, en donde se largó la zafra de la caña de azúcar. “Hay 1.500 trabajadores, con más de 300 trabajadores que todos los años vienen desde Brasil”, acotó. Entiende que pueden ser “fuentes peligrosas para el coronavirus, en un país que ha andado tan bien, y que debemos cuidarnos que no nos entre por la frontera”.

RECORRIDA

El ministro recorrió la oficina del MGAP en la ciudad de Paysandú, presentándose a los funcionarios para conocerlos e interiorzarse del estado sanitario del departamento.
También se visitó la Dirección de Laboratorios Veterinarios (Dilave), “conociendo un recurso muy importante que tiene el país y que nos diferencia con otros países en el mundo, y la verdad nos vamos muy orgullosos del equipo que está trabajando”.
La última parada fue presentarse y conocer el personal que trabaja en el paso de frontera Paysandú – Colón.
Allí manifestó que “las perillas que maneja el presidente de la República se van a ir aflojando de a poco, pero probablemente la reanudación de la actividad en la frontera será de lo último. En una pandemia virósica como estamos viviendo, mientras haya un caso y no permanezcamos por lo menos un tiempo prudencial para que no aparezca otro, no se puede ni pensar en abrir las fronteras”.

CRISIS POR LA SEQUÍA

Las zonas declaradas de emergencia por la sequía en el país, son el sur, Este y noreste, abarcando 4 millones de hectáreas y afecta a unos 6.000 productores, quienes están sintiendo las consecuencias.
Uriarte sostuvo que se han verificado “algunas lluvias y lloviznas que cambiaron de color los campos pero la comida no está”. Los efectos se van a dar “más que nada en la ganadería de cría, y será a más largo plazo, porque el cultivo que prima en esa zona es el arroz. Salvo la incidencia que hubo cuando comenzó en el sur del país, San José y Florida, que tuvo efectos muy serios en la granja y la lechería”.
Para el ministro el litoral es la zona que ha tenido más suerte con el agua, “pero estamos detectando algunos manchones en zonas de los departamentos de Salto y Artigas, que estamos analizando declararlas de emergencia”.
Acotó que son tres o cuatro seccionales por departamento. “El gabinete se reunirá la semana que viene para tratar estos aspectos”, agregó.
ABIGEATO
Consultado por la falta de definiciones importantes a nivel de las leyes que posibiliten combatir el abigeato, Uriarte explicó que “lo más seguro que tenemos son los cambios en el proceso penal que están incluidos en la Ley de Urgente Consideración (LUC)”.
De todas maneras, “vamos a buscar actores que puedan incidir en el cambio de penas, para que aquel que sea reincidente en el acto de abigeato, y se le condena para ir a prisión, efectivamente vaya”.
Actualmente lo que sucede, “es que se le condena por ejemplo con 2 años de cárcel pero terminan con libertad vigilada o arresto domiciliario, pero no pisan la cárcel”.
Todo esto genera “una gran desmotivación en los productores que son afectados por estas personas, sino por aquellos efectivos policiales que hacen los procedimientos y arriesgan su vida para detenerlos, y ven que su esfuerzo es en vano”.