La delincuencia no para y cada vez son más los productores agropecuarios que en distintas partes del país vienen siendo víctimas de los dueños de lo ajeno. En el correr de una semana, a Fernando Notejane, productor de la zona de Salsipuedes, departamento de Tacuarembó, le han robado en tres oportunidades ovejas y un carnero de alta genética.
El productor señaló a EL TELEGRAFO, que la primera vez “nos llevaron siete de las ovejas del plantel, y lo único que encontramos fue la diferencia en la cuenta de los animales, y después unas mechas de lana en el alambre, por lo que se llevaron todo”.
Eso fue un domingo. “Al martes siguiente se llevaron tres vientres más, y en la noche de este domingo se llevaron un carnero, Poll Merino Australiano PI, uno de los padres del plantel. Es un animal en el que habíamos invertido hace un año U$S 2.000. Un ejemplar de determinadas características que queríamos tratar de transmitirlas a nuestra majada”.
Y acotó que “tras la inseminación de las ovejas se lo estaba utilizando, junto a otros padres del plantel, para el repaso que se hace a nivel de los potreros”.
Notejane explicó que las ovejas Puras de Origen tienen un valor de unos U$S 250. Lo que es difícil de cuantificar es cuánto se pierde a futuro por la producción que ya no darán ese macho y esos vientres, su producción genética, la de lana y de carne, en un raza que produce una lana de excelente calidad y también muy buena carne”.
El predio del productor está a la altura del kilómetro 148 de la ruta 20, en donde se dedica principalmente a la cría vacuna y a la producción ovina. Cuenta con una cabaña de la raza ovina Merino Australiano, que se activó hace unos tres años con el objetivo de comercializar carneros y borregas a otros productores.
Sostiene que “se llevan los animales al barrer, y no tienen ni idea del valor genético que tienen”. Y puntualizó que con el carnero “ligamos mal. Se lo llevan para comercio clandestino; los cueros de algunas ovejas y las caravanas identificatorias –no de todas–, los encontró la policía en una playa en Paso de los Toros, cuando estamos a unos 28 kilómetros de esa zona”.
TIERRA DE NADIE
Para Notejane el sector agropecuario se está convirtiendo en “tierra de nadie”, en donde la policía “hace un esfuerzo, como en este caso, pero carece de vehículos, materiales para trabajar, y el personal hace lo que puede”, reconociendo que efectuó las tres denuncias.
Entiende que “mientras no se puedan corregir otras cosas que suceden después que la policía tiene la oportunidad de capturar a esta gente, seguirá siendo lo mismo. Porque si un ladrón entra por una puerta y sale por la otra, inclusive antes que el policía, esta situación se continuará dando”.
“Lo económico en éste caso pasa a un segundo plazo”, afirma. “Es la inseguridad, la impotencia, el trabajo de mucho tiempo, porque se planifica en la genética Merino, y más allá que nuestra cabaña es muy joven, producimos genética, que lleva mucho tiempo en escritorio, trabajo de computadora viendo qué cruzar y con que, para llegar a determinadas características”.
Precisó que “tenemos un lote adulto general que llega a las 16 micras, produciendo casi 5 kilos de lana, lo que se ha logrado en casi 15 años que estamos en la producción de Merino Australiano”. “Y estoy seguro que esta gente lo que se lleva es un pedazo de carne; no es la oveja y el carnero del plantel, no tienen ni idea y no les importa”, asegura Notejane.
Sobre algún problema anterior, sostuvo que “tuvimos un inconveniente bastante serio hace unos dos años. En el año 2014-2015, nos llevaron de a uno y de a dos, hasta 50 lanares. Después se tranquilizó unos años; posteriormente se verificó otro episodio en donde se llevaron 8 lanares y logramos capturarlos, aunque estuvieron detenidos solamente una semana”.
“Hace más o menos dos años que no teníamos inconvenientes”. Pero aclaró que “la ruta 20 es muy transitada por la madera y hay mucho movimiento, y aunque 30 kilómetros parece mucho, es poco en la distancia a Paso de los Toros. Así que se vienen y protegen en el monte del Salsipuedes”, finalizó.
