Ciudadanos digitales

Construir ciudadanía en entornos digitales es un esfuerzo que involucra al Estado, la academia, organismos multilaterales, el sector privado y sociedad civil organizada, así como a cada uno de quienes integramos la sociedad desde los distintos roles que desempeñamos cada día.
Así como el concepto de ciudadanía refiere a todos los derechos y obligaciones a través de los cuales un individuo se relaciona con la sociedad que integra, la “ciudadanía digital” refiere fundamentalmente a nuestros comportamientos y actitudes en los espacios digitales y, al mismo tiempo, a nuestros derechos y obligaciones en estos. Una persona en el entorno digital, entonces, debe poder ejercer sus derechos y cumplir sus obligaciones.
La Unesco define la ciudadanía digital como un conjunto de competencias que faculta a los ciudadanos a acceder, recuperar, comprender, evaluar y utilizar, para crear y compartir, información y contenidos de los medios en todos los formatos, utilizando diversas herramientas, de manera crítica, ética y eficaz con el fin de participar y comprometerse en actividades personales, profesionales y sociales.
Actualmente Agesic y Unesco, junto a un grupo de organizaciones nacionales elaboraron un documento borrador de la Estrategia de Ciudadanía Digital que se encuentra en proceso de creación de la estrategia de consulta pública hasta el próximo 20 de julio. Todos los ciudadanos de este país –y también extranjeros– podemos participar realizando comentarios y sugerencias a un sitio web dispuesto para este fin (https://ciudadaniadigital.agesic.gub.uy/) sea a título individual o en representación de organismos públicos, sociedad civil organizada, academia o sector privado.
Una vez finalizada la consulta pública, todos los aportes y comentarios realizados serán sistematizados y analizados por el Grupo de Trabajo de Ciudadanía Digital para elaborar una nueva versión del documento de Estrategia de Ciudadanía Digital.
La consulta pública es el comienzo de un proceso que tiene como meta generar una estrategia nacional que tiene por objetivo desarrollar y fortalecer las competencias digitales de todas las personas en Uruguay.
¿Qué importancia puede tener este tema? Podríamos decir que presenta una importancia creciente por varias razones. La primera es el importante nivel de uso de tecnologías digitales en nuestra sociedad, la segunda se vincula al importante desarrollo de Uruguay en esta área así como en materia de gobierno electrónico. La tercera, se vincula directamente a las posibilidades de desarrollo personal y social como ciudadanos en un mundo cada vez más digitalizado pero que continúa manteniendo grandes paradojas en cuanto a acceso y apropiación de estas tecnologías.
En la sociedad actual, interconectada y global, la información es un recurso con valor económico que genera y reproduce estructuras de poder y desigualdades. La primera condición para superar la brecha digital es contar con la infraestructura, recursos y políticas inclusivas necesarias.
En este sentido, la excelente performance uruguaya en términos de infraestructura de Internet y que los planes de los últimos años –Ceibal e Ibirapitá– desarrollados en el marco de políticas públicas tendientes a reducir la brecha digital y a posibilitar el acceso de los ciudadanos a la información y el conocimiento a través de dispositivos digitales, otorgan a nuestro pequeño país características únicas en este sentido. Por ejemplo, Uruguay es el único de América Latina que cuenta con el unánime reconocimiento internacional por su reducción de la brecha digital, el avance en la digitalización de los servicios del gobierno y la apuesta por un gobierno más cercano y abierto.
Ahora bien, que la población –en especial la de menores recursos y que históricamente han estado en una posición de exclusión socioeconómica– disponga de estos instrumentos tecnológicos no garantiza el uso ni la apropiación.
Sobre este tema existen algunos estudios que constituyen aproximaciones a nuevos fenómenos y procesos sociales que involucran tecnología. Las áreas de interés han sido tan variadas como el uso de dispositivos, el conocimiento y ejercicio de los derechos de acceso a la información pública y protección de datos personales, los trámites en línea o la ciberseguridad.
Estas investigaciones muestran que a pesar del uso masivo de Internet por los uruguayos subsisten algunas brechas vinculadas a la educación y la edad en un contexto en el que dinamismo tecnológico nos empuja a sofisticar los usos y obliga a la adquisición de habilidades avanzadas en forma continua.
Las herramientas y dispositivos digitales que gran parte de la población hoy posee brindan –en teoría– oportunidades de participación una amplia franja de ciudadanos. No obstante, es una posibilidad que para ser aprovechada a pleno requiere de competencias específicas que aún debemos trabajar. Cosas bastante elementales, como por ejemplo tramitar en línea una clave para poder opinar en la consulta pública sobre ciudadanía digital a la que actualmente se convoca, puede ser un obstáculo para una participación masiva y eficiente en una convocatoria como la que se propone en búsqueda del aporte de la sociedad y el consenso social deseado.
Ocurre que para ser ciudadanos digitales competentes además de los instrumentos y herramientas necesitamos contar con determinadas habilidades y competencias. Si bien es cierto que se está trabajando en la formación de competencias digitales de la ciudadanía, por ejemplo de las de personas mayores en los talleres que brinda el Plan Ibirapitá y en nuestro Departamento también la Intendencia, falta mucho todavía.
En tiempos en que cada vez son más necesarias competencias digitales y donde no todo lo que leemos o nos llega a través de redes sociales, correos electrónicos, aplicaciones y páginas web es útil o verdadero, saber buscar y encontrar aquello que necesitamos, distinguir la información veraz de la falsa y hacer un uso crítico y adecuado a nuestra necesidad, es un gran desafío que sólo la formación de las personas puede satisfacer.
Si somos capaces de que estas cuestiones realmente se materialicen en la vida cotidiana de la gente, estaremos mejor preparados para una ciudadanía digital y para atraer mayor desarrollo social y económico.
La actual instancia de consulta pública es una buena oportunidad de ejercicio de esa ciudanía digital y también para recibir el aporte de colectivos específicos que pueden y deberían participar, como las profesiones de la información, la comunicación, la educación y los sectores tecnológicos, entre otros. Construir ciudadanía en entornos digitales debe ser un esfuerzo conjunto de un sistema que incluye a todos quienes forman parte de nuestra sociedad.