La sicóloga argentina especializada en maltrato infantil, Sandra Baita, fue la encargada de brindar la segunda entrega del ciclo “Prevención, detección y abordaje de situaciones de violencia en niños, niñas y adolescentes en tiempos de distanciamiento social”, organizada por Plan Ceibal. La profesional destacó que evitar la propagación de la violencia en los hogares es tan importante como prevenir el COVID-19.
Durante la conferencia Baita indicó los desafíos que implica identificar situaciones de violencia en tiempos de comunicación virtual: “mientras estamos tratando de prevenir la propagación del importante como prevenir el COVID-19 no hay mucho que podamos hacer para prevenir la propagación del virus de la violencia”.
Explicó que algunos expertos de la Organización Mundial de la Salud denominaron a los problemas de salud mental relacionados con los efectos por coronavirus como “la segunda pandemia, la que viene después”. Los temores relacionados a la enfermedad y al futuro próximo son factores que “aumentan el estrés en la población en general”, y al mismo tiempo “incrementan el estrés en la población con problemas de violencia”.
Los temores traen aparejados diversos sentimientos como “incertidumbre, ansiedad e irritabilidad”, señaló la experta, y agregó que al sumar a este combo los temores aumentan notablemente los niveles de tensión. “El lugar que uno habitualmente consideraría como un refugio en realidad no lo es”, debido a la violencia hacia niñas, niños y adolescentes que existe en algunos hogares. Indicó que de esta forma las situaciones de vulnerabilidad nos presentan una paradoja: la casa es un lugar inseguro a causa del maltrato pero seguro para protegerme del virus.
“La violencia tiene la capacidad de alterar al sistema nervioso permanentemente y produce un sentimiento profundo de aislamiento. Aislarse como sistema de protección aumenta un aislamiento que ya existe”, explicó Baita.
DESDE LA EDUCACIÓN
La psicóloga aconsejó a los docentes monitorear las situaciones de violencia previamente identificadas dado que es importante “escuchar al niño e informar cuando se detecten transgresiones en niños y jóvenes”.
Recomendó tener presente la “Guía ante situaciones de violencia en los hogares durante la emergencia sanitaria”, con el objetivo de que docentes y equipos técnicos tomen como referencia un protocolo que los oriente y actúen al respecto.
En cuanto a obtener la confianza de niños, niñas y adolescentes y que llegado el momento decidan contar lo que sucede, Baita sugirió a los educadores proponer redacciones o debates relacionados a sus preocupaciones, indagar si tienen a alguien cercano con quien hablar, incentivar a comunicar los recursos que utilizan en sus hogares para resolver sus preocupaciones, y ayudarlos a refugiarse y sentirse seguros dentro de su hogar cuando no tienen un adulto responsable a quien acudir.
Además resaltó la importancia de prestar atención al rendimiento escolar, cambios en el comportamiento del estudiante y situaciones de hipercontrol por el adulto a cargo.
