Homenaje al doctor Carlos Stagno
Paysandú tiene una deuda de honor con un conciudadano que tuvo una vida ejemplar destinada a servir con profesionalismo y humildad a varias generaciones del departamento, me refiero al doctor Carlos Stagno.
Desempeñó su tarea con real vocación y generosidad, puesto que lejos de lucrar, su único interés fue curar y dar, especialmente a los niños pertenecientes a los sectores más carenciados.
Fue en el año 1972, cuando hubo una epidemia de meningitis en Paysandú, y fue él quien dio el primer aviso, circunstancia que lo obligó a pasar 40 días de forma ininterrumpida en el Hospital Escuela del Litoral para atender a la gran cantidad de consultas que se realizaron.
En varias oportunidades fui testigo de su dedicación y preocupación para con los niños de los barrios más carenciados, porque lo acompañé al Barrio Chaplin de noche, linterna en mano y con su viejo maletín lleno de medicamentos, muy necesarios dadas las cirunstancias.
Fue un hombre con un gran sentido de lo social, porque en esas visitas no solamente atendía al enfermo, sino que también se interesaba por el techo que cobijaba a la familia, o por el trabajo de sus progenitores, así como también por la educación que recibían. La promoción y dignidad humana fue su fiel del día a día.
Otro de los momentos que me permito evocar está referidos a la gran labor que impulsó, junto con su querida Olga en el Barrio Santa Mónica y la Costanera Sur, allí se aplicó a enseñar aspectos básicos de higiene, para erradicar la epidemia de sarna y piojos.
Su modo suave, forma sencilla y su sonrisa franca fueron sus señas inequívocas, denotando su gran humildad.
Carlos, nunca subestimaba la preocupación o las preguntas de las madres al momento de la consulta, siempre tenía una palabra de aliento y de cariño, bastando llegar a su consultorio para sentir alivio y tranquilidad.
Sus jornadas de trabajo eran largas, con pocas horas de descanso, un día llegó a atender varias decenas de consultas; sumándose la docencia en el hospital, dispuesto siempre a conversar con los jóvenes para transmitirles su conocimiento y sabiduría.
Toda su vida fue un ejemplo de calidad humana y compromiso, porque supo formar una hermosa familia que lo acompañó en sus valores.
Si bien la sala de pediatría del hospital lleva su nombre en reconocimiento a su esfuerzo y entrega, es de justicia que la sociedad sanducera se comprometa para realizarle un homenaje que nos recuerde día a día que fuimos testigos de que el doctor Stagno tuvo una vida ejemplar.
En los próximos días elevaré una nota a la Junta Departamental para que el nombre del doctor Carlos Stagno pase a formar parte del nomenclátor de la ciudad, para honrar así a un gran amigo y profesional.
Porque el doctor Carlitos leyó el Evangelio y lo puso en práctica.
Su amigo,Enrique Chinazzo