La Justicia envió a la cárcel al homicida de Alejandro David Moreira Silva, luego de hallar pruebas convincentes en su contra. En tanto, en los próximos 180 días –mientras dure la prisión preventiva– solicitada por la fiscal de Primer Turno, Carolina Martínez, se continuarán investigando las circunstancias que llevaron al sangriento desenlace.
Como informara oportunamente EL TELEGRAFO, pasada la medianoche de ayer un llamado al 911 local, que atiende el Centro de Comando Unificado Departamental, dio cuenta que en las inmediaciones de las calles Valparaíso y La Paz de barrio Norte había una persona herida de arma blanca. Al lugar concurrió un móvil policial cuyos efectivos hallaron a un hombre con graves lesiones, por lo que optaron por trasladarlo al servicio de urgencias del Hospital Escuela del Litoral. Momentos después, el médico de guardia informó que Moreira Silva había ingresado sin vida con “varias heridas cortantes en cuello, tórax, abdomen y región glútea”.
Al estar ante un homicidio, la Policía se dirigió al barrio para dar con el autor. El operativo contó con apoyo de personal de la Guardia Republicana, que estaba colaborando en el patrullaje en la ciudad. A su vez, Policía Científica efectuó el relevamiento de rigor.
Tras las primeras averiguaciones se estableció que la víctima se encontraba en un local del barrio jugando al pool con otro hombre y que, en determinado momento, ambos se retiraron hacia el exterior del local dialogando. Por causas a determinar se suscitó el incidente que terminó con Moreira Silva herido. El heridor, identificado como Mauricio César Hidalgo Cuevasanta (poseedor de antecedentes penales), se fugó del lugar.
Una vez detenido, fue conducido a una dependencia policial y, en la tarde de ayer, en audiencia celebrada en el Juzgado, se dispuso la formalización de la investigación, imputado por la “presunta comisión de un delito de homicidio”, imponiéndole como medida cautelar 180 días de prisión efectiva.
PRESO POR HOMICIDIO
La víctima, en tanto, contaba con al menos dos antecedentes penales. Uno data de 1991 cuando junto a un compinche mató de varias puñaladas en el rostro y tórax a un policía retirado en barrio Las Brisas.
El 5 de abril de ese año, el cuerpo de un sexagenario fue encontrado en su finca de las inmediaciones de las calles Paralela y 34 (de esa época). Estaba boca arriba, con el cuerpo en el suelo y tapado con un colchón y un ventilador que oficiaba como peso. El móvil del crimen, que luego se confirmó, fue el robo. El hombre –expresa la crónica de EL TELEGRAFO de ese entonces– se había jubilado como policía luego de servir en la Comisaría Octava.
Días después del crimen, la Policía detuvo a dos hombres domiciliados en barrio Norte que ya contaban con antecedentes penales. Años después, Moreira Silva volvió a ser encarcelado por tenencia de estupefacientes, ya que pretendió cruzar droga por el puente. Cumplió la pena en la cárcel de Concepción del Uruguay.
