Una pregunta, señor candidato

En estos tiempos en los que los políticos todo lo hacen para conseguir el voto, en el que todos parecen tener la respuesta y aseguran contar con el mejor equipo, es válido tener nombres propios sobre la mesa.
Todos dicen tener el mejor equipo, pero resulta que ante la pregunta de quién ocupará tal o cual Dirección de la Intendencia en caso de ser electo, aparecen las evasivas y nadie quiere confirmar quién se hará cargo de qué cosa. Seguramente porque después aparecen los compromisos que han hecho que, históricamente, haya nombres desempeñándose en cargos que poco conocen.
Por eso me pregunto por qué desperdiciamos a la gente que sabe de verdad. A esos nombres olvidados, a los que solo se recurre para alguna foto de ocasión, pero que son desperdiciados por los políticos, y sin culpa. Y me refiero específicamente a lo deportivo.
Si hay algo que resulta atractivo es hacer política con el deporte. Nadie escapa a ello. Seduce tanto, que hasta Hitler (lógicamente estoy lejos de comparar a ese nefasto personaje con los candidatos sanduceros) se dio el gusto y organizó unos Juegos Olímpicos.
Por eso me pregunto cómo entre tanto sueldo, tanto asesor, por ejemplo nunca Carlitos Scavanino tuvo un lugar en la Intendencia. Cómo puede ser que con el desarrollo de los complejos deportivos y piscinas municipales en el departamento, el mejor nadador uruguayo de la historia no pudo haber llevado adelante un plan para desarrollar la natación en Paysandú a cambio de un buen sueldo. A Scanavino lo aprovechó la Intendencia de Maldonado.
Y me pregunto qué pasará con Milton Wynants. ¿Solo se festejará cada año el recuerdo de la obtención de la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000? ¿O en algún momento se le podrá reconocer y al mismo tiempo aprovechar para desarrollar el ciclismo en Paysandú?
Entre tanto sueldo y tanto asesor, Wynants, un tipo que se cansó de ganar, que le dio Uruguay la última alegría olímpica y que es referente deportivo, ¿no tiene un lugar para colaborar en el desarrollo del deporte sanducero? ¿Es en serio?
Ahí hay un nombre propio, que no forma parte de ningún equipo, y que sabe bien lo que hace. Un nombre que conoce usted y yo. Y también los políticos, que tendrían que saber que las glorias deportivas no se dejan solo para el homenaje y la foto, y que es pecado regalarles la bicicleta después de la competencia. STB