La Mehari se fue haciendo popular y del gusto de la gente amante de los “fierros”, convirtiéndose también en una especie de utilitario, más allá de que se la considere un vehículo más que apto para salir, pasear, o sea, utilizarlo en la recreación, la playa, el campo o el lugar que se le ocurra a su dueño.
En Paysandú, a partir de su arribo, son varias las Mehari que circulan y todas siguen prestando servicios sin mayores problemas.
En este caso se trata de una Mehari que hace algo así como un año fue adquirida por Mariela Shur, según nos comentaba su esposo Martín Belase.
Cuando la adquirió su esposa, esta Mehari estaba pintada de color rojo, nos expresaba Belase, y se decidió cambiar el color dándose entonces, tras todo el trabajo previo, las correspondientes manos de color celeste que es el que luce actualmente.
El vehículo se encuentra en buen estado mecánico y de carrocería. Tiene instalada una barra antivuelco y la capota. Sus llantas están pintadas de color blanco, y en el habitáculo, como es común a estos vehículos, se ubican dos butacas.
La Mehari, a la cual se le puede tomar asimismo como un vehículo deportivo para andar “melena al viento”, en los meses cálidos, funciona de buena manera con su planta impulsora en buen estado y por lo tanto su respuesta es convincente, a tono por lo requerido cuando se le necesita.