¿El próximo commodity uruguayo?

En su reciente libro “Cómo evitar un desastre climático”, el multimillonario informático Bill Gates sostiene que el hidrógeno verde es la mejor innovación de los últimos años para combatir el efecto invernadero. Y Uruguay se prepara para producirlo y, quizás, exportarlo. ¿Será éste el próximo commodity uruguayo?

Se trata del elemento químico más abundante en el universo. Tanto las estrellas como el Sol están formadas principalmente de este gas, que también puede tomar estado líquido y tiene el triple de energía que la gasolina pero se trata de energía limpia, es decir, no contamina ya que solo libera agua en forma de vapor, y no produce dióxido de carbono.

La demanda de hidrógeno renovable en Europa será masiva en las próximas décadas. Sin embargo ese continente tiene espacio limitado y menos disponibilidad de recursos que América Latina para su producción, por lo que algunos organismos internacionales están empezando a señalar la posibilidad de que los países latinoamericanos puedan desarrollar proyectos de producción de hidrógeno renovable como un camino para la recuperación económica post COVID-19 (que de acuerdo a las previsiones demandará un enorme esfuerzo ya que se estima que ocasionará el peor impacto en el empleo y la economía desde los años 30 del siglo XX).

Hoy ya nadie discute la existencia del cambio climático y, por otra parte, los gobiernos comienzan a asumir ciertos compromisos y desarrollar acciones más contundentes porque resulta evidente que es necesario encontrar la manera de que las temperaturas globales no sigan subiendo.

De acuerdo con lo establecido por el reporte del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de 2018 para limitar el calentamiento global por debajo de 1,5 ºC sobre los niveles preindustriales debemos lograr emisiones netas mundiales cero para mediados del siglo XXI, para alcanzar el objetivo de descarbonización del sector energético mediante la electrificación alimentada con energías renovables.

Por citar un caso, la Comisión Europea está evaluando una serie de políticas para acelerar el desarrollo del hidrógeno y prevé que la participación del hidrógeno crecerá del 2% al 14% al 2050, trabajando actualmente en una “Estrategia de hidrógeno para una Europa climáticamente neutra” que incluye el compromiso de invertir US$ 430.000 millones en hidrógeno verde desde ahora al 2030.

Por su parte, el actual presidente norteamericano, Joe Biden, incluyó en su plan energético el acceso al hidrógeno verde al mismo costo que el hidrógeno convencional en una década, mientras que empresas petroleras como Repsol, BP y Shell están entre quienes han lanzado proyectos de hidrógeno verde y varios países han elaborado planes nacionales de producción de este combustible renovable.

Aunque en nuestro país la agenda pública ha incorporado escasamente este tema, lo cierto es que Uruguay cuenta con un lugar destacado en el mundo y con claras ventajas comparativas en el escenario de América Latina y el Caribe en materia de energías renovables.

Un reciente artículo Cecilia Correa y Michelle Hallack, de la División Energía del Banco Interamericano de Desarrollo, se preguntan si el hidrógeno verde será una oportunidad para que Uruguay continúe descarbonizando su economía, e incluso se convierta en un potencial vector para la exportación de energías renovables.

Se trata, en verdad, de una pregunta interesante si tenemos en cuenta que actualmente Uruguay tiene una de las matrices eléctricas más renovables del mundo con capacidad de exportación de electricidad renovable hacia sus países vecinos en muchos períodos del año.

Muy lejos quedaron los apagones de los años 90 cuando la variabilidad de lluvias agotaba las reservas de las represas en tiempo de sequías y era necesario recurrir a la generación eléctrica en base a petróleo, dado que la reconversión de la matriz energética realizada en los últimos 15 años nos otorga una importante tranquilidad de soberanía energética.

Al enumerar las buenas condiciones uruguayas para la producción de hidrógeno verde, las especialistas destacan principalmente nuestra matriz eléctrica con gran participación de energía hidroeléctrica, eólica, biomasa y solar, que le permiten una generación de electricidad casi que en su totalidad renovable (de 2017 a 2020 el 97% de la electricidad generada fue de origen renovable), además de poseer “abundantes recursos renovables (eólicos y solares) con buena complementariedad durante el día y la noche que podrían ser generados de forma competitiva”.

Consideran que la existencia de un marco legal estable, ser un país democrático con una calificación crediticia de grado de inversor, estar a la vanguardia como referente en lo que respecta al gobierno digital y contar con puertos con acceso al océano Atlántico y rutas al interior, posicionan a Uruguay en muy buena forma para a la atracción para inversores y hacen pensar en que el hidrógeno verde y sus derivados son una oportunidad de incrementar la exportación de energía a nivel regional y mundial.

Actualmente Chile, Cosa Rica y Uruguay son los países de Latinoamérica más avanzados con miras a la producción de hidrógeno verde. En nuestro país el Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM), en conjunto con Ancap y UTE, se encuentran impulsando el primer proyecto piloto de Hidrógeno Verde de Uruguay (H2U) a partir de la articulación de esfuerzos públicos y privados. En relación al mismo, la semana pasada el gobierno presentó a potenciales inversores privados un Data Room (sala virtual que alberga datos e información), oportunidad en la que participaron en forma virtual más de 650 interesados de 30 países.

Los ministros de Economía y Finanzas (MEF), Azucena Arbeleche, y de Industria, Energía y Minería, Omar Paganini, dijeron que para este período de gobierno el desarrollo del denominado hidrógeno verde será un asunto estratégico, agregando que luego de la descarbonización de casi la totalidad de su matriz eléctrica, Uruguay se encuentra en una transición hacia la economía de hidrógeno verde, que contribuye a descarbonizar el sector energético. El plan, que proyecta una inversión del orden de los 20 millones de dólares y apunta principalmente al transporte de camiones y buses, podrá utilizar la capacidad instalada en la planta de Ancap ubicada en el barrio montevideano de Capurro, que ya produce hidrógeno a escala industrial.

Con este camino trazado, es de esperar que se trabaje firmemente en el logro de los objetivos propuestos y se exploten adecuadamente las herramientas existentes para inversores –como la Ley 16.906– para que tal vez en unos años la producción de hidrógeno verde pueda ser el nuevo commodity uruguayo, un producto de exportación con el valor agregado de la sostenibilidad y la generación de empleo que pueda proporcionar.