La masiva vacunación en Israel permitió la drástica reducción de los casos de COVID-19

Mientras que el 18 de enero de este año en Israel se registró la peor fecha de casos confirmados en 24 horas con 10.116 personas, ahora, tres meses después, se registraron sólo 137. Comparando abril con enero hay 98% menos casos; 93% menos de enfermos críticos y casi un 90% menos de fallecidos.
Según datos manejados por la periodista uruguayo-israelí Ana Jerozolimski (directora del Semanario Hebreo en Uruguay y conocida como Jan Beris), actualmente están cursando la enfermedad 3.491 personas en todo Israel, un país de más de 9 millones de habitantes; tres veces la población de Uruguay. Son 826.823 los que se han recuperado. Lamentablemente, ascienden a 6.296 los fallecidos. Aún hay un millón de personas no vacunadas, entre ellas cerca de 200.000 mayores de 50 años.
Israel fue uno de los primeros países en 2020 en imponer el tapabocas en los lugares públicos, y en diciembre comenzó una masiva vacunación tras un acuerdo con el laboratorio Pfizer, que le entregó millones de dosis a cambio de información sobre el efecto de las vacunas. Esa fue la base de su éxito, ya que Pfizer se comprometió a proveer todas las dosis necesarias a cambio de estadísticas oficiales sobre el progreso de los vacunados, ya que tiene bases de datos con los antecedentes médicos de toda su población.
Actualmente unas cinco millones de personas, más del 53% de su población de 9,3 millones de habitantes, ya ha recibido las dos dosis de la vacuna de Pfizer/BioNTech, y los casos se han reducido notoriamente, aún cuando falta bastante para alcanzar la “inmunidad de rebaño” que logra recién cuando se supera el 70% de la población completamente vacunada (con las dos dosis). Entre las medidas que habían tomado, además de la vacunación, fue el cierre temporal de restaurantes, bares y playas.
El 85% de la población mayor de 16 años ya fue vacunado contra el COVID-19 o infectado por el virus, por lo que a partir de hoy, ya no será obligatorio usar tapabocas cuando las personas circulen al aire libre, dado que “la tasa de infección es muy baja en Israel gracias al éxito de la campaña de vacunación, así que es posible suavizar las medidas”, dijo el ministro de Salud, Yuli Edelstein, en un comunicado. Sí se mantiene el uso obligatorio en lugares cerrados.
Además, Israel utilizó una política muy restrictiva para quienes no se vacunaron. Para asegurar el libre acceso a establecimientos como teatros, recitales, hoteles y gimnasios, Israel implementó un “pase verde”, una app con la que la persona acredita que ha sido completamente inoculada o que cuenta con inmunidad luego de haber transitado la enfermedad.
Por ejemplo, según afirma Jerozolimski “a la entrada al café, te piden la constancia de que estás vacunada. Genial. Ahí saqué yo feliz mi celular mostrando la aplicación en la que aparece esa prueba. Es indudable que la vacunación ha sido clave en la gran mejoría. Y los números actuales de la pandemia, son incomparables con lo que se vivió hace tan solo un tiempo”.
Además, el miércoles anunciaron que a partir del 23 de mayo autorizará la llegada de turistas. Las autoridades israelíes habían cerrado de forma casi hermética las fronteras a los viajeros por ocio tras el inicio de la pandemia en marzo de 2020.
Los ministerios de Sanidad y Turismo indicaron que los turistas podrán volver a Israel a partir de finales de mayo si están vacunados y presentan un test PCR negativo, además de hacerse una prueba serológica en su llegada al país que demuestre la eficacia de su vacunación.

COMPLICA LA CEPA SUDAFRICANA

Sin embargo, la agencia EFE da cuenta que un estudio israelí mostró que la variante sudafricana del coronavirus es más resistente que la británica frente a la vacuna de Pfizer, aunque no especificó el grado de resistencia.
La investigación, que aún no cuenta con revisión de pares y que se basó en una muestra de unas 800 personas, identificó que el porcentaje de casos de la cepa sudafricana en comparación con la británica era significativamente más alto entre personas que habían recibido ambas dosis de la vacuna frente a quienes solo habían sido inoculados con una.
El estudio, realizado por investigadores de la principal mutual de sanidad israelí, Clalit, junto con la Universidad de Tel Aviv, identificó que entre pacientes infectados pasados los 14 días de recibida la primera dosis de la vacuna, menos del 0,5% había contraído la cepa sudafricana de coronavirus. Esta cifra resultó casi idéntica al analizar a un grupo de control, compuesto de la misma cantidad de pacientes, de edades similares y que no habían recibido la vacuna.
“Esto significa que la variante sudafricana tiene la capacidad, hasta cierto punto, de penetrar la protección de la vacuna”, señaló Adi Stern, profesora de la Escuela de Biomedicina de la Universidad de Tel Aviv y una de las autoras del estudio.