Mejores perspectivas para la madera en las inversiones todavía pendientes

De acuerdo al informe dado a conocer este mes por el Instituto Uruguay XXI, el sector forestal de nuestro país tiene volumen suficiente de madera de eucalipto y pino para captar mayores inversiones y continuar creciendo en la industrialización de esta materia prima. El instituto aclaró que para poder determinar los volúmenes de ambas maderas con miras a 2050 es preciso tomar en cuenta una serie de aspectos que refieren a la duración de los ciclos forestales, a los datos disponibles en la actualidad y las posibles líneas de desarrollo del sector forestal uruguayo.

Precisamente debe tenerse en cuenta que los ciclos forestales en el Uruguay pueden ir de 10 a 20 años mínimos, según se trata de destino de pulpa de madera o aserrío, y de acuerdo al informe de referencia, “la plantación de pinos disminuyó paulatinamente hasta ser de poca importancia en los años recientes. Sin embargo, lo plantado con anterioridad asegura una disponibilidad muy importante durante los próximos 20 años, con picos de volumen muy grandes en el futuro cercano. Un promedio anual de disponibilidad de madera superior a los tres millones de metros cúbicos supera ampliamente la capacidad industrial instalada en Uruguay”.

Ello quiere decir que con la infraestructura de procesamiento de madera –muy reducida– con que cuenta el Uruguay, en el futuro inmediato se seguirá exportando materia prima para darle valor agregado fuera de fronteras, en lo que ha sido lamentablemente una constante en nuestro país a partir de la explotación de los montes plantados a partir de fines de la década de 1980, como consecuencia de la entrada en vigencia de la Ley de Desarrollo Forestal.

Considera Uruguay XXI que la capacidad instalada de los aserraderos de pino nacional permite un consumo de entre 3.000 y 4.000 hectáreas de bosque maduro (un millón de metros cúbicos por año). La superficie destinada a plantaciones de pinos debería estar entre 60.000 y 80.000 hectáreas para satisfacer esa demanda , y “hoy es el doble de ese número”, consigna el análisis del instituto. Agrega que en 2019 había 25 millones de metros cúbicos en turno completo pronto para la cosecha, y que gran parte de ese volumen se exportó en bruto, es decir sin ningún valor agregado dentro del país.

No se trata solo del pino, en realidad, sino que el resto de los rangos forestales, si bien se reducen paulatinamente en el stock planteado, los proyectados se muestran muy superiores a la capacidad instalada actual, con un volumen que asegura la oferta para cualquier emprendimiento industrial.

En el caso del eucalipto, a su vez, de las 600.000 hectáreas plantadas, hay unas 107.000 manejadas para obtener madera de aserrío, pero de acuerdo a Uruguay XXI, igualmente “por el manejo que recibe un bosque de madera de calidad, produce en su ciclo completo un tercio de su volumen en madera de aserrío y/o exportación y dos tercios de madera para pulpa”. De estos datos surge que hay grandes excedentes de volumen de madera en nuestro país, al punto que el promedio hasta el 2030 será de más de 20 millones de metros cúbicos anuales de disponibilidad, pero tal como ocurre con el pino, hasta que no aumente la capacidad instalada para procesamiento, se irán acumulando volúmenes que permitan compensar las bajas de disponibilidad en el transcurso de las próximas dos décadas. Aunque con tres plantas de celulosa en funcionamiento, la demanda podrá generar presión sobre otros usos de la madera de eucalipto.

Sin dudas, el cuello de botella para obtener el mejor aprovechamiento de la riqueza forestal en el Uruguay –es decir, que se genere reciclaje de recursos por vía de la industrialización, aplicación de tecnología y creación de fuentes de empleo directos e indirectos, que tanto se necesitan– es la falta de inversiones significativas, más allá de algunas excepciones que no alcanzan a compensar el déficit en este sentido.

En este contexto es que debe evaluarse el anuncio de que inversores estadounidenses y uruguayos han adquirido el 100% del aserradero Frutifor Lumber Company, en Tacuarembó, luego que se informara que los empresarios Mark Crandall de Estados Unidos y Matías Abergo (Enkel Group) de Uruguay, confirmaran el desembarco de Arboreal. Este proyecto transformador para la industria maderera de Uruguay aumentará inmediatamente la capacidad de secado del aserradero, duplicando la producción y por tanto las exportaciones de madera procesada a partir del tercer trimestre de 2021. La inversión transformará además la matriz productiva de la madera en Uruguay y posicionará al país en el mercado mundial de CLT (Madera Laminada Cruzada, por su sigla en inglés), ya que se implementará la instalación de la mayor y más avanzada planta del producto en Sudamérica.

De acuerdo a lo anunciado por los inversores, el montaje está previsto para inicios de 2022. Se estima que la inversión, que superará los U$S 20 millones durante 2021-2022, generará aproximadamente 45 nuevos empleos en Tacuarembó de forma directa y más de 100 de forma indirecta.

Estos sistemas de procesamiento de madera, también llamados en su globalidad Mass Timber, permitirán construir en madera edificios en altura, casas, complejos habitacionales, centros deportivos, instituciones médicas, escuelas y otros proyectos en Uruguay y la región. De esta manera la inversión de Arboreal contribuirá a la generación de valor agregado de los recursos forestales de Uruguay, dinamizando la zona norte del país, y promoverá el desarrollo de la construcción de viviendas ambientalmente sustentables, según las previsiones de los inversores, quienes planean realizar una masiva capacitación en técnicas constructivas en madera, tanto a nivel arquitectónico como en el proceso constructivo, de forma que los profesionales en áreas de arquitectura, ingeniería y construcción adquieran los conocimientos necesarios y mejores prácticas.

Para los inversores, Uruguay tiene recursos forestales muy competitivos para posicionarse como referente en el mercado EWP (Engineered Wood Products) de la región y el mundo. “Vemos un país que ofrece la estabilidad jurídica y económica necesarias para invertir en el largo plazo. Estamos muy entusiasmados con nuestra inversión en Uruguay y agradecemos todo el acompañamiento recibido por el gobierno, sus ministerios y el asesoramiento y apoyo de la agencia de promoción de inversiones Uruguay XXI”, aseguró el CEO de Enkel Group, Matías Abergo.

Por supuesto, una flor no hace primavera, pero sí es un paso alentador en la dirección correcta respecto a lo que se necesita para complementar la cadena forestal en una parte clave, que es dotar de valor agregado a la materia prima que se genera dentro de fronteras y que fuera leit motiv cuando se aprobó la Ley de Desarrollo Forestal y se le dio política de Estado a sus objetivos, aún por los gobiernos del Frente Amplio, que en su momento votó en contra y criticó la ley.

En este caso, la inversión es importante no solo por su monto y empleo generado, sino por su impacto en la cadena industrial de la madera de pino, recurso que Uruguay tiene en abundancia y calidad, que de esta manera potencia las etapas de mayor valor agregado, como señalara el ministro de Industria Omar Paganini, y es de esperar que no se trate de un hecho aislado, sino que pueda repicarse ya en el futuro inmediato, para dar otro perfil a esta explotación, más allá de su salida como materia prima.