De los sustituidos y los sustituyentes
El fin de semana se presentó en San Javier un ambicioso proyecto ecoturístico a desarrollarse en unas 20 islas del río Uruguay, la mayoría comprendidas dentro del Parque Nacional Esteros de Farrapos e Islas del Río Uruguay; no todas porque la extensión de este proyecto alcanza una zona algo más al norte, hasta casi el extremo sur de Concepción del Uruguay.
El acto en que se realizó esta presentación, se hizo en el emblemático Galpón de Piedra de la vecina localidad del departamento de Río Negro –construido por los inmigrantes rusos para uso de toda la comunidad en sus actividades productivas– con la presencia de numerosas autoridades, funcionarios de los ministerios de Ambiente y Turismo, y medios de comunicación que realizaron la cobertura, que luego participaron en un recorrido en embarcaciones de la Armada Nacional y de operadores turísticos.
Del proyecto todavía no se conocen los pormenores, apenas algunos anuncios relacionados con intervenciones en las islas para dotarlas de infraestructura, algunas embarcaciones pequeñas que han llegado, la idea de que los alojamientos sean en tierra firme y no en las islas y el nombre de la organización que van a aterrizar el proyecto en el lugar y la fundación internacional que está detrás de la iniciativa.
No caben dudas de que se trata de un proyecto muy importante y que está orientado a la gran promesa turística que ha acompañado esta pandemia, que es la promesa de un turismo enfocado a los espacios naturales convertido en generador de desarrollo local. Si le parece estar teniendo un deja vú, es porque ya ha leído esto anteriormente. O al menos algo parecido. Es que se trata justamente de parte de la fundamentación de por qué se llevaba adelante el proyecto del Corredor Pájaros Pintados, hoy caído en desgracia y del que solamente persiste alguna cartelería dispersa y los nombres de algunas controvertidas lanchas, que se usan para tiras y aflojes políticos.
El intendente de Río Negro, Omar Lafluf, asumido cuando el deceso del corredor ya estaba declarado, comentó en una entrevista con EL TELEGRAFO que este proyecto, a efectos de las localidades de la zona, San Javier y Nuevo Berlín, eran incluso superadores del impacto logrado por el corredor. La afirmación es como poco discutible, pero encima de ello es imposible de demostrar, porque lo que se logre de ahora en más, se logrará construyendo encima de la visibilidad que estas localidades consiguieron en el marco del Corredor. Es como afirmar que el corredor Pájaros Pintados fue un buen sustituto de la inclusión de los Esteros de Farrapos en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas. No sustituye, en todo caso viene a sumar a lo que se hizo anteriormente, que no fue poco, reconocido por los propios operadores.
Y no solo difusión dejaron tanto el SNAP como el Corredor, ha quedado muy buena infraestructura, como el mismo Galpón de Piedra o la Estación Náutica, en el caso de Nuevo Berlín, y la lancha, que lamentablemente no quedó por una caprichosa e inconsulta decisión ministerial que no consideró la opinión de la Intendencia, del Municipio ni de los operadores turísticos locales, algunos que realizaron inversiones importantes –a la escala de la localidad lo fueron– y perdieron de un plumazo un atractivo que tanto el gobierno departamental como el local se habían manifestado dispuestos a mantener. Claro, todo esto ocurrió antes de la pandemia. Entonces es difícil de comparar.
Se puede aceptar que, como dice Lafluf, este Ministerio de Turismo tenga una visión diferente, de hecho la tiene. Lo que no parece fácil de llevar es que las decisiones se adopten sin tener en cuenta a las personas que trabajan en el territorio, que en algunos casos hicieron mejoras comprometiendo incluso patrimonio personal y de un día para otro se encuentren sin el paraguas bajo el que pensaron que estaban. Porque no es lo mismo hacer mejoras en una vivienda para ponerla en condiciones de alquilarla a turistas o montar un pequeño negocio, sabiendo que se contaría con el respaldo de una marca que se hizo conocida y un proyecto que realizó permanentemente actividades en la localidad, a, de un día para otro verse en la soledad y al descubierto.
Ahora surge esta nueva esperanza y ojalá, por el bien de toda la zona –porque incluso Paysandú se verá beneficiado si sabe plegarse a la propuesta– traiga consigo ese desarrollo prometido y muchas personas puedan crecer profesional y económicamente.
De hecho el ministro Cardoso dijo que se espera en el país una aceleración en el turismo de naturaleza y anunció que desde agosto saldrán a capacitar hasta a las chircas en cuanto al turismo en espacios naturales, por el impulso que se espera.
Pero si esto es así, lo que no se comprende es la estrategia. La fortaleza que buscaba el Corredor era unificar toda la oferta turística del litoral bajo una marca común y que las diferentes propuestas se complementen entre sí. Por lo que estamos viendo y lo que comentan las autoridades “lo nuevo” es venderlas por separado, así tener una Ruta Unesco, un Destino Termas, las áreas protegidas. Todo por separado, por más que en el territorio coexistan y para el visitante resulte más cómodo tener claro de antemano todo lo va a poder encontrar cuando llegue.
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