Movilidad sostenible: un cambio de foco necesario

Hoy es el Día mundial sin automóvil, una iniciativa que nació a mediados de la década del ‘90 en Europa, y que ha ido ganando terreno en el mundo occidental conforme va creciendo la preocupación por el cambio climático, pero a la vez es una fecha que pone en discusión la distribución del espacio urbano y la movilidad de las personas en las ciudades. Por primera vez se realizará hoy en Paysandú una movilización enmarcada en esta fecha, convocada por usuarios de bicicletas en el tránsito que han invitado a otros a sumarse, para dar visibilidad a este debate.
El uso del automóvil tiene un arraigo muy fuerte en nuestra cultura, ya que se asocian al autor una serie de valores que van mucho más allá del desplazamiento individual o familiar. Tan internalizado está que el mismo Estado y los sucesivos gobiernos usan como parámetro del bienestar económico a la variable de la venta de automóviles cero kilómetro, es como afirmar que quien está en condiciones de hacerlo, no duda en comprar un cero kilómetro. Pero eso va más allá de qué usar para desplazarse en la ciudad. Esa es otra discusión que da la impresión que el mismo Estado ahora está dispuesto a dar, por lo menos si tomamos en cuenta la recientemente publicada “Guía para la planificación de la movilidad urbana sostenible en Uruguay”, un documento en cuyo desarrollo trabajaron, junto a consultores, integrantes del Proyecto Movés, que integran los ministerios de Vivienda y Ordenamiento Territorial, de Ambiente, Economía y Finanzas (MEF), Industria, Energía y Minería y Transporte y Obras Públicas (MTOP), además de la Agencia Uruguaya de Cooperación Internacional. El trabajo fue financiado por el Programa de las Nacionales Unidas para el Desarrollo (PNUD) a través de fondos GEF.
En este documento, con el que se trabajará con las intendencias departamentales, aparece un radical cambio de concepto respecto a lo que ha sido hasta ahora la planificación de la movilidad, donde lo que históricamente se ha pretendido es hacer más espacio para poder desplazarse de manera más ágil en automóvil. Tenemos muchos ejemplos de esto, como la rambla o los accesos a Montevideo, o aquí mismo en Paysandú la obra en el Acceso Norte (avenida Dr. Roldán), realizada hace pocos años, donde no se previó espacio para la circulación segura de bicicletas o peatones en tramos que admiten velocidades de 75 kilómetros por hora. Eso recientemente se ha remediado desde la rehabilitación de la paralela Dr. Roldán vieja.
La Guía tiene dos enfoques simultáneos, por un lado este de la movilidad y por el otro el de la sustentabilidad ambiental. Dos partes de la misma unidad, en realidad.
Desde este último punto vista, la incidencia es digna de ser tenida en cuenta para la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero.
“En Uruguay cerca del 95% de las personas vive en áreas urbanas; el transporte es el mayor emisor de CO2 dentro del sector energético uruguayo, representando alrededor del 60% de ellas”, indica. Cambiar la forma en la que se desplazan las personas hacia modos más sostenibles puede tener un impacto serio.
Recordemos que cada país firmante del Acuerdo de París se ha comprometido a realizar su mayor esfuerzo al respecto, y si bien por su dimensión tal vez no sea Uruguay quien cambie la balanza, no sería la primera vez que demos el ejemplo en políticas que luego acaben extendiéndose.
De acuerdo a los datos aportados por la Encuesta Continua de Hogares (ECH) del Instituto Nacional de Estadística (INE), la motorización creció de manera significativa. En el período comprendido entre 2014 y 2018, la cantidad de automóviles aumentó un 17%, mientras que la cantidad de motos se redujo un 12%. Esta transformación se dio por las condiciones de mercado que favorecieron el acceso al automóvil y por una mejoría general en las condiciones económicas de la población.
Un hogar en Uruguay gasta en promedio anualmente un 9% del total de su presupuesto en transporte. “El número es significativamente mayor en Montevideo (U$S 4.346) que en el Interior urbano (U$S 3.250).
Un cambio en la movilidad urbana hacia modos más sostenibles también traería impactos favorables localmente y en factores mucho más tangibles e inmediatos que las emisiones, reduciendo la siniestralidad, la congestión en las calles, el ruido urbano, y permitiría recuperar parte del enorme espacio público cedido a la infraestructura para vehículos. Quizás en Paysandú no se aprecia tanto el espacio que se destina a estacionamiento, ya que no hay mayor consecuencia que tener que caminar algunas cuadras, pero si nos detenemos a contar son cientos de metros cuadrados ocupados por máquinas que permanecen vacías durante varias horas. Para tener una idea, hoy, que se ha vuelto a permitir estacionar contra la acera Sur en calle Leandro Gómez, se puede ver la diferencia de espacio en la calle respecto a cuando esa faja estuvo liberada para la circulación.
La Guía tiene el objetivo de proporcionar a los técnicos en los gobiernos departamentales herramientas para la planificación e implementación de estrategias de movilidad sostenible en las ciudades y territorios, y promover una planificación integral del desarrollo urbano y la movilidad. Está organizada en cuatro partes, en la primera de las cuales se exponen conceptos y principios relacionados a la movilidad sostenible; segunda parte aborda el proceso de planificación, la tercera presenta un amplio conjunto de medidas, con lineamientos, recomendaciones para su planificación, diseño e implementación, y la cuarta, y última, contiene principios y criterios de diseño de movilidad urbana e infraestructura orientada a la movilidad urbana sostenible. Pero su mayor virtud es evidenciar que desde el Estado y desde el Gobierno hay un cambio de enfoque sobre cómo deben funcionar las cosas, que necesariamente deberá ser transmitido al conjunto de la población, de lo contrario no habrá avance posible.