Como diría un buen amigo, “fierrero” él, “el mundo de los autos te apasiona” y allí en el entorno del mismo aparecen los que saben de veras, los entendidos, los entusiastas, los que no saben nada, pero también y por cierto, una clase muy especial: los innovadores.
Y estos últimos, por cierto, son capaces de “agarrar” un auto de muy vieja data, modificarlo en distintas áreas, cambiar elementos y convertirlos en una mezcla divertida y funcional, la especialidad o el estilo del “hot road” como ellos la denominan.
Y lo cierto es que el resultado viene a ser un producto atractivo, una mezcla de cosas y de tempos, y que naturalmente a su vista determina que todo quien lo contemple vaya tejiendo elogios o por lo menos, interés, según su propio punto de vista.
Y así, en este marco aparece este automóvil Chevrolet del lejano 1929, dos puertas, sedán, cerrado, con techo duro, pintado de color bordó, restaurado y reformado para ubicarlo en la onda “hot road”.
Un trabajo sin dudas para destacar, una realización bien lograda mostrando ingenio y vocación.
Johnatan Bueno es el propietario de este Chevrolet de 1929 y nos expresaba que hace siete años y medio que lo adquirió. Cambio de elementos, muchos de ellos fundamentales, restauración de chapa y pintura y modificaciones en distintas áreas han dado por resultado que el viejo Chevrolet aparezca ahora a la mirada de entendidos y no tanto, con una imagen que difiere bastante de la original.
Se instaló un motor Chevrolet 283 V8, se utilizó una suspensión regulable, bajándose la altura del auto, se colocó un tren delantero de los que utilizan o utilizaban, los TC argentinos, se cambió el rodado por uno deportivo de 275-60-15 más bajo y ancho, se bajó el techo, hubo variantes en el habitáculo, se dejó la electricidad en óptimo estado, se colocaron guardabarros más grandes.
En fin, variantes de todo tipo que pusieron a este viejo Chevrolet en cosa actual y en la onda “hot road”.
