Argentiuna venció 2 a 0 a México y se recuperó tras su caída ante Arabia Saudita hizo su trabajo casi a la perfección. La idea azteca quedó estampada rápidamente en el terreno: no dejar jugar al rival, evitar que se recibiera la pelota con comodidad y no ceder espacio alguno. Argentina no le encontró la vuelta. Messi no pesó por adentro, Di María tampoco por afuera, porque cada vez que los albicelestes intentaron jugar, tenían a dos jugadores encima, que no dieron tregua y realizaron un enorme esfuerzo físico.
Lo más claro llegó en una pelota quieta de México, que generó un nudo en la garganta a los hinchas argentinos, aunque Martínez hizo una atajada espectacular para mantener el cero. Ya sobre el final de esa primera etapa, Argentina llegó con claridad. Un tiro libre de Messi, que se fue arriba, fue lo más claro del albiceleste.
Pero las cosas cambiaron totalmente para el complemento. Argentina fue metiendo mano en el equipo, y a México le fue imposible mantener el esfuerzo del que requería su receta.
Los de Scaloni fueron teniendo más espacios. Había menos resistencia. Y la tranquilidad llegó por parte de Messi, que recibió sobre el borde de la medialuna para definir abajo y marcar la apertura. Luego se buscó aprovechar los espacios ante un rival que nunca llevó peligro. Y tras un córner corto Fernández recibió, se metió en el área, acomodó el cuerpo y marcó un golazo definiendo cruzado.
Argentina debía ganar y ganó. Y ahora va por más.